«Quédate un momento. Hablemos.»
Ellie tomó asiento después de la impresión. Estaban sentados muy cerca, cuando llegaron, inconscientemente se sentaron en una banca sin guardar la distancia. Como si estuvieran saliendo juntos en una cita.
—¿De qué quieres hablar?
—No lo sé, solo quiero hablar.
La chica lo pensó y se le ocurrió algo.
—¿Cuál es tu mayor sueño? Además de viajar en el tiempo…
—No tengo otro sueño. ¿Cuál es el tuyo?
—Quisiera ser diseñadora de modas. Cuando termine la escuela, comenzaré a estudiar eso. Tengo muchas ideas para vestidos y ropa.
—Ya veo.
—Y… ¿crees que logres viajar en el tiempo?
—Solo me falta una fórmula para hacer que funcione, tengo la máquina, el control. En cuanto descifre una forma en la que no desaparezca cuando viaje, estará listo.
—¿Desaparecer?
—No tengo con quien probar la máquina, así que será arriesgado. Haré la prueba yo mismo, puede que me lleve a la época equivocada, a otra dimensión o solo muera en el intento.
—¿Qué? ¿Estás dispuesto a arriesgar tu vida? Si no funciona… ¿morirás?
—Al final no importará lo que pase si no funciona.
—¿De qué estás hablando? ¡Tu vida importa mucho! —ahora se veía muy preocupada— Hablas como si quisieras suicidarte.
Él no respondió a esto, solo bajó la mirada. Era claro que, si su vida no tenía sentido, ésa era una opción. Y qué mejor que hacerlo con su invento que, si no funcionaba, al menos dejaría de vivir en este mundo tan cruel. Si funcionaba, sería su mayor logro y motivo para seguir viviendo.
—No lo hagas —pidió ella, muy triste—. En esta vida hay cosas maravillosas.
—Para ti. Yo no tengo nada.
Los ojos de la chica se llenaron de lágrimas. Nunca pensó que él estuviera deprimido, a pesar de que ya tenía conocimiento de su comportamiento frío y distante, no le gustaba la forma en la que hablaba sobre su vida.
—Para mí, tú eres maravilloso.
Confesó. Al escuchar esto, quedó atónito. Su corazón se paralizó, tuvo esa extraña sensación otra vez. ¿Cómo era posible que hubiera alguien que le hablara así? Sabía que ella estaba interesada, pero no la tomaba en serio. Creía que era una chica más que quería jugar con sus sentimientos. Se sentía diferente. Se miraron, quedaron en silencio mientras sus miradas coincidían. Era otro mágico momento, un momento que no sería interrumpido esta vez. Estaban solos en ese lugar, la gente pasaba, pero no prestaba atención. Hubo una atracción entre los dos al grado que se acercaban más y más, hasta que sus labios tuvieron contacto. Se besaron. Fue un beso dulce, con una sensación de amor y calor. Ambos disfrutaban de ese beso. Cuando se separaron, seguían mirándose. Sin palabras. Él la abrazó fuertemente, como si no quisiera que escapara. Ella tenía sentimientos encontrados: amor, preocupación, miedo…
Al día siguiente, las clases estaban por comenzar cuando los alumnos circulaban por los pasillos, escena típica de cada mañana. Andrei estaba conversando con Ellie, después de ese encuentro romántico, él ya no se comportaba igual.
—Buenos días —Imelda llegó nuevamente—. Oye, dice Madyson que te dará otra oportunidad si sales con ella, ya que… bueno, la rechazaste.
—No me interesa —respondió él—. Ya no me molestes con lo mismo.
—¿No me digas que ahora sales con Ellie? Se ve como si ya estuvieran juntos.
—Sí, ella es mi novia.
Imelda quedó boquiabierta, puesto a que solo bromeaba con estos comentarios. ¿Qué clase de farsa era esta? Su hermano se moría por Madyson, era imposible que superara eso. ¿Por qué de la nada ya estaba con Ellie? Se alejó rápidamente. Fue a encontrar a su amiga en la entrada. En cuanto vio que llegó, la abordó…
—Madyson, tengo una mala noticia. Andrei me dijo que Ellie es su novia. Ahora están juntos, si no me lo dice él mismo, te juro que creo que es mentira.
—¿En serio? Por fin se decidieron.
—No hables de esa forma, prometiste que lo molestarías.
—Oh, sí. No vamos a ponérselas fácil. Déjame hablar con él, puede que lo haga cambiar de opinión.
Las clases comenzaron. Todos estaban en silencio, haciendo los ejercicios de álgebra. Cindy miró hacia el lugar de Ellie, le envió un mensaje a su celular: «¿De verdad? ¿Ya son novios? ¡Qué bien!» Escribió. Emilly notó que Cindy texteaba.
—¿Qué pasa? —preguntó en voz baja.
—Ellie y Andrei son novios.
—¡¿Qué?! —la joven levantó la voz y todos voltearon a verla, incluido Johann—. P-perdón.
Volvieron a sus ejercicios. Emilly no lo podía creer. Cuando terminó la clase, cada quien formó su grupito para platicar.
—¿Cómo te fue ayer? —preguntaba Esteban— No nos dijiste que tenías novia, ¿Quién es ella?
—Sí, bueno, es que no pensé que se lo fuera a tomar en serio —respondió Zack— Salí con ella, dijo que se iría de viaje y me hizo prometerle que la esperaría.