Estaban frente al profesor de la clase de Historia, sentados en el escritorio, mirándolo. Iba haciendo preguntas conforme leía el trabajo.
—¿En qué año inició la Segunda Guerra Mundial?
Ninguno contestó.
—Es evidente que no hicieron el trabajo. Lo sacaron de internet y por eso no saben nada.
—¡Claro que lo hice! Yo misma me encargué de todo.
La respuesta de Ellie empeoró las cosas, pero ella contestó sin pensar en lo que diría.
—Así que ni siquiera trabajaron juntos. No me sorprende, he notado que el joven Warton no asiste a mis clases.
Hubo silencio.
—Quiero ser ‘buena onda’ con ustedes, les daré otra oportunidad. Harán el trabajo de nuevo, pero esta vez lo expondrán al grupo. De esta forma veré si realmente lo hicieron juntos.
Debían aceptar para aprobar la materia. Terminó la clase y se retiraron. Todavía no se dirigían la palabra, Ellie intentó hablar con él, pero Joan se la llevó.
—¡Ya sé cómo molestaremos a Zack! —anunció, antes de marcharse con ella.
—Joanne, tengo que hablar con Andrei. Es increíble que él no lo haya intentado y, por si fuera poco, tenemos que hacer el trabajo de Historia otra vez.
—Ahora deja que él se encargue. Mira, vamos con Zack y lo retamos a ligarse a Marcy. Siempre la ha criticado, como si él fuera tan perfecto, estaría bien ver si se atreve o no.
—Creo que no deberíamos involucrarla. Será una víctima más de él.
—Ay, por favor. Ella jamás caería en sus redes, es muy inteligente.
—¿Tú crees?
—Bien, aquí viene.
Zack iba caminando, acompañado de Oliver.
—Oye, ¿es cierto que tienes novia? —habló Joan.
—¿Quién? ¿Yo? —respondió Oliver— No, estoy disponible, nena.
—Tú no, imbécil. El otro imbécil.
—¿Qué te importa, Joan? ¿Ya me extrañas?
—Eso quisieras. Entonces… ya no eres capaz de conquistar chicas, eh. Te tienen bien amarrado.
—Podría conquistar a la que yo quisiera.
—Menos a Ellie.
—¡Cállate, Oliver!
—Te reto a que conquistes a Marcy, estoy segura de que ella te rechazará en un instante.
—Esa chica moriría por mí con solo saludarla. Es una marginada, si soy el primer hombre que le hable bonito, no me la quitaré de encima.
—O sea… que no puedes.
—No quiero, que es diferente.
—Bueno, me quedaré con la idea de que no puedes.
Joan y Ellie se retiraron. La chica sabía que, si le dejaba esos comentarios, él era tan estúpido que lo haría, con tal de demostrarle que sí puede.
Regresaron a las clases. Una vez más, Ellie solo estaba pensando. ¿Por qué la gente era tan mala? Su amiga Joan estaba molestando a su ex y, eso no era lo grave, tenía que usar a una inocente chica. Esperaba a que Marcy no se dejara, porque si no, sufriría. Luego, recordó a Imelda, que era capaz de fastidiar hasta a su propio hermano. Madyson… ¿ella era mala por decirle la verdad? No. El malo era Andrei, por tratar de jugar con sus sentimientos. Terminaron las clases y se encontró con él.
—Tenemos que hablar.
Esta oración sonaba tan fría viniendo de su parte. Fueron a un lugar apartado.
—No estoy seguro de seguir con esto.
—Lo sé… pero tenemos que vernos para hacer el trabajo de Historia —dijo ella, con mucha tristeza—. No lo volveré a hacer yo sola.
Respiró hondo, preparándose para confesarle su odio por la materia.
—Quiero que sepas algo muy importante y no me interrumpas —pidió, ella permaneció en silencio—. Odio todo lo que tenga que ver con Historia, por eso no quise trabajar en el informe. Mi madre ha trabajado siendo historiadora, viajando por todo el mundo, tratando de investigar cosas y misterios.
—¿Eh? ¿Desde que eras un niño?
—Sí.
—Ya veo. Eso quiere decir que no te prestó atención —supuso—. ¡Ah, ya entiendo todo! Por eso eres así. Te sientes abandonado y triste.
—¿Qué? No, nada de eso.
—Se ve en tu mirada.
Se miraron a los ojos.
—Bien, ya te expliqué todo —dijo él, al desviar la mirada—. No fue porque no quisiera estar contigo.
—No puedo creer que estés dudando de lo que sientes por mí. Nosotros ya estábamos juntos, ¿Qué está pasando?
—Creo que me dejé llevar.
—¿Qué? ¿En serio? Bien, debo admitir que esperaba algo así. No tienes corazón. Al principio estaba convencida de que no era tu culpa, pero… pero, eres un insensible que vive atado a su pasado. Si piensas que puedes ir y esperar amor verdadero de otra persona, entonces vete. Es lo que te hace falta.
—¿Eh? Espera, no es…
—Déjame hablar. Quiero decirte algo antes de irme, te aseguro que yo soy la única chica que te amará de verdad —decía con la voz quebrada—, porque a pesar de cómo me has tratado, sigo enamorada de ti, pero ya lo pensé y no quiero volver a verte.