I Am Smartest ~ 2da Edición

Mentiras

Un nuevo día comenzaba en la escuela. En la entrada, Andrei llegó y se encontró con Zack y los demás. Tenía prisa por llegar y hablar con Ellie. Sabía que su hermana le diría todo en cualquier momento y lo mejor era ir y decirle antes. No era un asunto que debía tratarse por teléfono o mensaje, para él, era algo que debía ser en persona. Sin embargo, sus amigos lo recibieron esa mañana.

—Oye, hoy no vamos a entrar a clases. Vámonos a algún lugar a pasar el tiempo —le propuso Zack—. Apuesto a que hay algo muy importante que nos tienes que decir.

—¿De qué estás hablando?

—Últimamente has estado con Ellie, queremos saber qué pasa —agregó Esteban—. Nosotros tenemos varias teorías.

—No voy a decirles nada —declaró—. Tengo que irme.

Comenzó a caminar, pero los demás se le cruzaron en el camino.

—No te hará daño faltar un día a clases —comentó Jeremy—. Vamos a pasar un tiempo entre amigos.

—Tengo que hablar con Ellie. Es muy importante.

—Puedes hablar con ella por teléfono. ¡Vámonos!

Se lo llevaron entre todos. Subieron al auto de Zack y se fueron.

 

Mientras tanto. Ellie ya estaba en el salón de clases cuando Imelda se acercó a ella.

—¡Hola, Ellie! Buenos días.

La chica la miró desconcertada por ese saludo tan amigable.

—He notado que tú y mi hermano se llevan muy bien. Creo que deberíamos ser amigas, ¿Qué opinas?

—Ah, creo que es buena idea.

—¿Te gustaría salir después de clases? Para conocernos más.

—Sí, me parece que es un buen comienzo —respondió, creyéndose la buena actitud de Imelda—. Me dará mucho gusto llevarme bien contigo.

—Ay, ¡qué linda! Cualquier cosa que necesites, puedes decirme —dijo antes de irse a su lugar—. Ah, por cierto, mi hermano no va a entrar a clases. Vi que se fue con Zack y los demás.

—Oh, con razón no ha llegado —dijo Ellie, al mirar los asientos vacíos—. Gracias por avisarme.

Imelda se fue. Joan intervino después de escuchar la conversación.

—No deberías confiar en ella.

—Quiero darle una oportunidad, al final de cuentas es hermana de Andrei. Deberíamos llevarnos bien.

—Como quieras. Si te hace algo esa víbora, me avisas.

 

Más tarde, en el Rock&Roll Café.

—¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué de repente tú y Ellie están tan juntos? —preguntaba Jeremy.

—Arreglamos las cosas y estamos saliendo. No hay nada extraordinario en eso.

—Estabas dudando demasiado, algo debió pasar —comentó Esteban—. Yo creo que ustedes se acostaron.

—Es lo que todos creemos —agregó Zack—. Sabemos que lo de la playa fue un fiasco, pero sé reconocer a una pareja con vida sexual activa. Fue eso, ¿Verdad?

—Bien, pero no debería hablarles de esto.

—¡Woah! ¡Lo estás admitiendo! —exclamó Oliver, rápidamente.

—No tengo por qué darles todos los detalles de mi vida —dijo Andrei, un poco molesto.

—Tranquilo, solo queríamos confirmar —dijo Zack, encendiendo un cigarro—. Hablando de eso, por fin lo hice con Marcy.

Todos quedaron sorprendidos al escuchar esto.

—¿Es en serio? —preguntaba Esteban.

—No fue tan difícil y debo decir que fue fabulosa. Creo que se esforzó porque yo era el primero en su vida.

—Oye, ¿sabes lo que eso significa? —preguntó Jeremy— Se enamoró de ti. Una chica como ella, no lo haría por pasar el rato.

—Sí, bueno… es inevitable que las chicas se enamoren del gran Zack.

—Dices que no te puedes quitar a Amanda de encima, ahora tienes a Marcy —dijo Esteban y luego rio al imaginarse la situación.

—Va a ser terrible cuando se te junten las dos —comentó Oliver.

—No pasa nada. Tengo todo controlado —Zack estaba muy confiado.

—No puedo creer que Marcy lo hiciera —habló Andrei—. Ella sabe que tienes novia.

—¿Ya ves? Soy demasiado atractivo que logro un efecto así en las mujeres.

Andrei frunció el ceño al escuchar a Zack, jactándose. Los demás solo sonreían, esto no era nuevo para ellos.

—Ahora solo me falta restregárselo a Joan en la cara.

 

Al finalizar las clases, Ellie salió acompañada de Imelda. Ella quería asegurarse de que su hermano no la encontrara y se la llevó lo más rápido posible. Fueron a una cafetería distinta al Rock&Roll Café.

—¿Por… por qué tanta prisa? —preguntaba Ellie al tomar asiento, cansada de caminar rápido.

—Esta cafetería se llena cuando terminan las clases y no quería perder un lugar —fue su excusa.




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