I Just Love You

Capítulo 4

Al llegar a casa Liza subió a su cuarto en silencio y se encerró. Subí a mi habitación y me quité mi uniforme para luego salir de mi habitación y encontrarme con Brandon. Este me ignoró, pero yo lo detuve de su remera haciendo que este gruñera al mirarme.

—¿¡Estás loco!? — Susurré.

Frunció el ceño — ¿Ahora que te sucede? — Preguntó cortante.

— No hables fuerte, Liza está en su cuarto — Ordené — Mira, si quieres hacerme daño, fastidiarme o lo que sea que a tu maquiavélica cabeza se le ocurra, hazlo, pero no con Liza presente — Le advertí —¿Fui clara o necesito dibujarlo para ti?

Sonrió sarcástico — Lo tendré en cuenta.

Gruñí — ¿Por qué eres tan inmaduro?

Se tornó serio — ¿Por qué estás aquí?

— No respondas con otra pregunta — Amenacé — Tienes suerte de que no le diga a.…—

Me interrumpió — ¿A quién? — Preguntó levantando una ceja — Déjame adivinar ¿A mamá? — Preguntó burlonamente.

— No te acusaré porque mi segundo nombre no es delatadora. De no ser así ya lo habría hecho.

Brandon se acercó a mí invadiendo mi espacio personal — No me vas a delatar ¿por qué no eres buchona? O ¿por qué hay algo más?

—Porque no soy una buchona— Respondí obvia— O ¿qué? ¿Qué más podría haber? — Pregunté desafiante y con postura firme.

Se encogió de hombros—No lo sé, ni me interesa. Pero dejemos algo en claro…— Hizo una pausa— Esto es la guerra.

— Lo acabas de decir— Confirmé seria.

Sonrió burlón—Yo que tú me prepararía—Aconsejó volteándose y dirigiéndose a las escaleras.

Lo detesto.

Era una persona sumamente detestable, oír su nombre provocaba que mis oídos sangraran y casi por culpa de su actitud prepotente y caprichosa pudimos salir lastimadas tanto yo como Liza. Si el me declaraba la guerra bien, pero yo no me iba a quedar de brazos cruzados, si hay algo en lo que soy buena, es que, en momentos de guerra, mi demonio le fascinaba tomar el mando.  Pero sabía que él también era listo, así que me convenía estar preparada para cualquier trampa.

No se saldrá con la suya, lo aseguro como que mi nombre en Anel Redclife.

(...)

Era sábado y estaba encerrada en mi cuarto leyendo con los auriculares puestos que Janine me había obsequiado. Cuando escuché mi nombre desde el piso de abajo, suspiré dejando mis auriculares de lado y me dispuse a bajar.

—Anel, iré con John a comprar los artículos de la casa— Me informó Janine colocándose su abrigo, seguido de sus guantes.

— Bien.

— ¿Deseas algo? — Preguntó mirando como John tomaba las llaves del auto.

Negué— No lo creo— Lo pensé mejor— O tal vez sí— Sonreí penosamente.

Ella me observó curiosa— Dime.

— Eh, solo artículos de higiene personal

Asintió— Claro, no hay problema— Dijo sonriente— Bien, ¿Listo? — Miró a John.

Este asintió.

— ¡Esperen! ¡Quiero ir! — Gritó Liza bajando las escaleras velozmente.

Reí al verla correr desesperada.

—De acuerdo, apresúrate— Ordenó John.

Al marcharse me encaminé a la heladera y tomé un Cup-cake. Mi boca se hizo agua al verlo bañado en dulce de leche con pequeñas chispas de colores decorándolo. Me acomodé en la punta de la mesa y no demoré de degustar este delicioso aperitivo. Mientras silenciaba a mi ruidoso estómago escuché pasos bajando la escalera en dirección a la cocina. Rodé los ojos al saber de quién se trataba.

—¿Qué estás haciendo? — Preguntó Brandon apoyándose en el marco de la puerta.

— Busco la fórmula para la paz mundial en este Cup-cake— Respondí sarcástica provocando que rodara sus ojos.

—Mal contestada—Gruñó.

Me encogí de hombros—Te odio y todo lo que digas me va a resultar ofensivo.

Me observó serio— Siéntete especial porque también te detesto— Atacó.

Asentí— ¿Especial? — Me auto-pregunté— No.… ¿Desafortunada? — Hice una pausa— Sí—dije mientras tiraba el envoltorio del Cup-Cake en la basura, acto seguido me giré y comencé a caminar hacia la salida de la cocina, pero Brandon posó su brazo haciendo que mi abdomen chocara con él evitando mi salida.

Suspiré profundamente—¿Ahora qué? —Pregunté mirándolo.

Brandon frunció los labios—Nada.

Gruñí—Sí que eres idiota.

—¿Qué dijiste? —preguntó mirándome fijamente.

— I-DIO-TA— Deletreé con valentía.

En un santiamén Brandon me había colocado en su hombro y se encaminaba conmigo hacia afuera ignorando mis gritos.

—¿¡Quién es el idiota ahora!? —Preguntó sin detenerse hasta acercarse a la puerta que daba al jardín.

— ¡No sé por qué preguntas si ya conoces la respuesta! —Mi piel se erizó al sentir el frío clima del exterior—¡Suéltame ya!

Lo sentí negar—¡Incorrecto! —Chilló—¡Respuesta equivocada! —dijo para después lanzarme a la piscina.

Impacté en el agua, encogiéndome como si de una pasa de uva se tratase.

¡Estaba helada!

Se atrevió a hacerlo, ¡Lo hizo!

Pues bien, como dije antes yo nunca pierdo una batalla y por lo visto esta es mi oportunidad. Contuve mi respiración lo más que pude logrando divisar la silueta de Brandon comenzando a removerse nervioso.

De un momento a otro este se lanzó al agua haciendo el intento de sacarme, nadé hacia la superficie y comencé a reír en medio de temblores. Brandon salió unos segundos después con una mueca de preocupación en el rostro que prontamente desapareció al verme reír

— ¡No puedo creer que hayas caído! — Dije entre carcajadas.

—¿¡Estás loca!?—Chilló—¿¡Qué hubiese pasado si era verdad y no te ayudaba!?

— Tú mismo lo dijiste estamos en guerra— Esta vez yo sonreí burlonamente hundiendo su cabeza en el agua y rápidamente salí de la piscina orgullosa de mi misma.

Se lo pensará dos veces antes de meterse conmigo.




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