I Just Love You

Capítulo 13

La venganza es un plato que se sirve frío ¿No? La sonrisa que surcaba mi rostro era completamente de maldad y satisfacción. Al parecer olvidó que él mismo había declarado la guerra, y yo no olvido, jamás lo hago.

¿Hay algo más incómodo que gane en la batalla de presenciar una charla con la desquiciada de tu ex y el perverso de tu ex – amigo?

No, creo que no.

Solo hacía falta la maquiavélica risa de fondo. Los aires de grandeza se fundieron en mí al ver como Brandon me fulminaba con la mirada y volteaba reiteradas veces—incrédulo—mirando en dirección de los dos especímenes parados en la puerta principal y luego me observaba a mí en el primer escalón de las escaleras.

Mi sonrisa se expandió, mientras que a su vez le guiñaba un ojo con entera caradurez y altanería. Su rostro se volvió rojo de furia, apretó sus labios y me arriesgo a decir que estaba a punto de romper los dedos de sus manos por la fuerza que ejercía al apretar sus puños.

Y eso me satisfacía.

— ¿Brandon? —Se hizo notar la voz de Leyla— ¿Puedes acercarte?

Me molestó el tono en que lo preguntó. Un tono dulzón, meloso y patético. En su rostro de Taipán se generó una sonrisa integra de inocencia.

No me lo creo.

Oprimí mi mandíbula y entrecerré los ojos mirando en dirección de su intolerable presencia. La asesiné de mil maneras solo con mi mirada, a lo que ella sonrió insolentemente provocando que mis dientes rechinaran.

Un carraspeo hizo que desviara mis ojos de la víbora y la posara en el Neanderthal situado frente a mí. Este me ojeó un microsegundo y prosiguió a descender las escaleras para acercarse a los indeseados.

Negué molesta y subí a mi habitación para encerrarme. Acto seguido me lancé a mi relájate cama y hundí mi rostro entre las suaves almohadas. Una extraña sensación se atravesó en mi cuerpo.

Ira.

Desquiciadamente inicié una clase de movimientos que reflejaban lo frustrada que me hallaba. Mis puños golpeaban el somier y desparramaban, por doquier, mis sabanas. Mis labios articularon una serie de insultos que no yo misma comprendía.

Estaba histérica.

Solo mi cuadro de Picasso "La lección" era testigo de mi efímera locura. Mis bramidos eran ahogados por el colchón y mi rostro se ocultaba con la delicada tela de mi cojín.

Una vez acabado mi ataque de locura, respiré profundamente y tomé mi celular, coloqué el buscador y busqué una canción que milagrosamente me calmara. Encendí el parlante y lo conecté para luego disfrutar del sonido.

I walk a lonely road
The only one that I have ever known
Don't know where it goes
But it's only me, and I walk alone

No había nada mejor que Green day para tranquilizar a tu monstruo interior. Sonreí al sentir la calma calar mi ser y me recosté nuevamente en la cama mientras la mejor parte de la canción comenzaba a sonar y relajaba todo mi sistema.

My shadow's the only one that walks beside me
My shallow heart's the only thing that's beating
Sometimes I wish someone out there will find me
Till then I walk alone

Mis manos se movían frenéticamente simulando tocar la batería y mi imaginación volaba rompiendo los límites de la realidad.

Era positivo desaparecer en tu mente alguna vez ¿Cierto?

El sonido de la puerta ser golpeada se hizo levemente presente, elevé mi cabeza sin levantar del todo mi cuerpo y miré en esa dirección con el ceño fruncido. No estaba del todo segura de que hayan llamado, puesto que la música estaba a gran volumen. Me encogí de hombros y volví a retomar mi postura anterior.

Con un gruñido y un rodamiento de ojos me levanté al confirmar que si habían golpeado la puerta, interrumpiendo mi momento de confort. Suspiré brevemente y me encaminé a abrir. En mi rostro surgió una mueca de sorpresa al verlo frente a mí.

— ¿Qué? — Pregunté cortante.

Brandon frunció el ceño y movió sus labios, pero me fue imposible oírlo.

— ¿Eh? —Cuestioné confusa a lo que él rodó sus ojos.

— ¡Qué bajes el volumen! —Chilló. Mi sistema se fundió de entendimiento y con pesar tomé mi celular e hice descender el volumen.

Con gran cálculo arrojé mi celular a la cama y me situé en la puerta, para evitar que entrara si el caso llegaba a presentarse.

—Ahora sí ¿Qué se te ofrece pajarito?

Brandon gruñó—No me llames así.

—Como digas, pajarito—Sonreí maliciosamente.

Me observó con molestia—Leyla comentó que habías sido grosera con ella.

Lacé una carcajada repleta de gracia, acción que provocó que me observara extrañado.

— ¿En serio el Taipán dijo eso? —Volví a reír con más humor aún— ¿Qué más te dijo pajarito ingenuo?

Bufó y apretó sus puños—Uno, no sé qué demonios quisiste decir con eso, dos, no soy ningún ingenuo y tres, te repito que no me llames así. Es ridículo.

Fruncí mi ceño.

Elevé mi mano derecha posicionándola frente a su rostro—Uno, Taipán es una víbora venenosa, completamente mortífera, Dos, vaya que si eres ingenuo—Refunfuñó molesto—Y tres pajarito, pajarito, pajarito, pajarito ¿Es suficiente para hacerte entender que no dejaré de decirlo?

—Eres insufrible ¿Lo sabías? —Gruñó enfadado.

Sonreí—Acabas de aclarármelo, muchas gracias.

Removió con frustración su cabello y clavó sus ojos chocolates en los míos— ¿No te interesa saber a que vinieron? —Cuestionó luego de haberse mantenido mirándome, como si de un bicho extraño se tratara.

Negué—No, ¿Por qué habría de?

Se encogió de hombros— ¿No estás molesta?

Lo analicé con una mueca de extrañez— ¿Por qué habría de estarlo?

Talló su rostro con sus manos—No me respondas con preguntas—Se quejó.

— ¿Entonces por qué las haces?

Gruñó furioso— ¿Podrías madurar y responder?

Sonreí, estaba claro que se estaba molestando y eso me hacia sonreír agigantadamente. Era gracioso como su rostro se volvía rojo a causa del enojo y su falta de paciencia era cómica.




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