I Just Love You

Capítulo 23

La noche había llegado y junto a ella una gran neblina. Sentada en mi cama, suspiré aburrida por haber pasado la mayor parte del día en la habitación. Agradecía a Janine por haber traído un plato con trucha hasta mi habitación, ya que un satisfactorio almuerzo a base de tacos fue cancelado.

Ahora me hallaba comiendo un plátano mientras giraba mi cabeza hacia la izquierda y cogía mi celular. Con lentitud entré a la carpeta de contactos y el nombre de la persona que más deseaba ver se encontraba allí.

La había extrañado.

Necesitaba sus sabios consejos de mamá osa. Sin cuestionarme mucho más, marqué su número y luego solo el pitido de que la llamada se estaba realizando traspasó mi tímpano derecho.

  — ¿Hola?

Sonreí — ¿No has agendado mi número todavía? 

  — ¿Anel? ¿Niña? ¿¡De veras eres tú!?

Lancé una risita — ¿Me has extrañado no es así?

  —¡Pues claro , cariño!  ¡Prometiste que estarías en contacto y no he sabido de ti en semanas!

Carraspeé —Lo sé y lo siento Bertha —Apreté mis ojos —Es solo que sigo teniendo problemas aquí y bueno yo, necesitaba hablar contigo. Pensé que sería una buena opción hacerlo por aquí  Moví mi celular —Antes que ir a visitarte a estas horas.

Suspiró —Si, definitivamente es una buena opción. En estos tiempos la seguridad es lo que más necesitamos.

Asentí —Te extraño —Al decir lo que me aquejaba sentí una inmensa liberación, pero al instante las lágrimas se acumularon en mis ojos, volviéndolos cristalinos.

  —Cariño y yo a ti — Dijo con melancolía — Sabes que odio que llores.

Abandoné el plátano en mi mesita de luz y con mi puño estrujé mis ojos con el objetivo de quitar el gran cúmulo de agua que recorría mi rostro. 

  — Te necesito, no sé que hacer.

  — Tranquilízate y dime, ¿Qué ocurre corazón? 

 ¿Qué debía decir?

Oh, dios. Estaba tan confusa.

  — Lo odio.

— ¿A quién?

— Al estúpido niño en pañales — Gruñí — Lo detesto, ¿Sabes por donde podría meter su flechita?  — Pregunté colérica — ¡Por donde no le llega el...!

  — ¡Anel! ¡Vocabulario! — Bufé golpeando mi cien — Ahora, ¿Con el niño en pañales te refieres a Cupido?

 Gruñí al escuchar su nombre —No lo menciones.

  — ¿Sabes que es un mito verdad? — Cuestionó y yo solo rodé los ojos — Sin embargo, eso no es lo que interesa—La oí tomar aire — ¿Quién es la persona que está trastornándote?

 Tragué saliva —B-bueno, no puedo decírtelo porque me regañarás.

  — Creo que tengo una leve sospecha, pero necesito que lo digas para confirmarlo. Sabes que siempre te ayudaré con lo que sea, pero para ello requiero de información. 

Tragué saliva sonoramente —Digamos que mantuve una relación intima con alguien que no era correcto.

  — ¿Tú y él? 

—¡No! — Mordí mi labio inferior — Sabes que no podría — Rasqué mi cuero cabelludo — ¡Es un idiota, un pájaro de mal agüero, un demonio reencarnado, un gruñón y un sarcástico! — Me quejé — ¡Y lo peor de todo es que todas esas características son las que más me atraen a él!

  — Hacia Brandon — Afirmó.

— ¡Sí y...!

 ¿Qué?

Oh, no. Me descubrió ¿Tan obvia soy?

  — ¿Disculpa?

— ¿Es Brandon no es así?

Mis ojos estaban abierto como platos, tenía que negar a como diera lugar su acertada afirmación.

— Puff, claro que no ¿Cómo podría ser...?

Anel — Me interrumpió con un tono de nerviosismo en su voz.

Me dí por vencida — Bien, lo siento. Sí es él y ¡Lo siento, no fue mi intención! ¡Jamás estuvo planeado! ¡Su testarudez me atrajo como una abeja a la miel y lo aborrezco! 

Percibí un bufido al otro lado de la línea —Veamos ¿Hace cuanto sucede esto?

Me encogí de hombros —Un par de semanas creo.

  — ¿¡Qué!? ¡Creí que había sido hace poco! — Chilló horrorizada y sorprendida — ¡Oh, joder!

Me envaré sobre mi cama — ¡Berta, vocabulario!  

Ella gruñó —Calla que aquí el adulto soy yo —Me riñó —Tomaré asiento o terminaré en el sueloAy señor escuché que decía — Analicemos esto, hace un par de semanas has tenido una relación "No de hermanos" con tu hermanastro —Asentí —Dios me libre, aún no todo está perdido —Fruncí el ceño.

  — ¿A qué te refieres?

— Dime ¿No estarás enamorada de él cierto? 

Hice silencio sin saber que responder ante su pregunta.

  — Sabes que yo nunca busco los problemas, sino que ellos me siguen a mí ¿verdad?

— En parte.

Rodé los ojos — Como sea. Creo que sí, no lo sé. Estoy en un lío bastante gordo. ¿Qué debo hacer? 

  — Habla con él y dile lo que sucede.

Ojalá fuera tan fácil.

Negué frenéticamente — Por supuesto que no. Hoy al mediodía discutimos frente a la familia Rudd — Comenté — Fue bastante feo y nos dijimos unas cuantas verdades a la cara, imagínate que John se llevó todos mis libros como castigo.  

— Entonces debió de ser bravo.

Lo fue.

Literalmente.

  — Escucha, eres una niña inteligente. Sabrás como solucionar esto, no quiero decir que no cuentes conmigo pero eres muy lista. 

Estoy aterrada.

Tomé mi cabello entre mis manos —Dios, ¿En dónde me metí?

  — ¿Solo han sido besos?

Me ahogué con mi propia salvia — ¡Sí, solo eso!

— ¿Segura?

Gruñí frustrada — Creo que no te oigo bien ¿Hola? Creo que hay interferencia-

  — ¿Qué? ¡No mientas y responde! 

  — ¿Hola? ¿hola? ¿Bertha sigues allí?

Ella lanzó una bufido —¡Anel...!

  — ¡No te oigo, ¿operadora? debo colgar te quiero y gracias!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.