I Just Love You

Capítulo 24

Al otro día y como siempre el clima seguía en las mismas condiciones.

Extremadamente frío.

Estiré mis extremidades y un gruñido de satisfacción salió de mis labios al oír el crujido de los huesos de mi espalda. Fregué mis ojos y quité las lagañas que asquerosamentelos decoraban, finalmente bostecé y decidí reincorporarme.

Me encaminé al baño y luego de hacer mis necesidades, continué con la higiene tanto de mi cabello, rostro y boca como el del resto de mi cuerpo. Al salir divisé la hora en el reloj, el cual indicaba las 6:00 am, hice una mueca y continué mi recorrido hacia el placard para escoger que es lo que usaría hoy. Lo cual consistía en lo de siempre; abrigado para no pescar alguna pulmonía. 

  — ¡Niños!¡El desayuno está listo! — Exclamó Janine desde la cocina.

Suspiré y dirigí una ultima mirada de mi persona en el espejo. Coloqué un ápice de colonia detrás de cada lóbulo de mi oreja y proseguí a tomar mi mochila para dirigirme a la cocina. 

  — Tostadas con dulce de ciruela, café con leche y un jugo de naranja — Comentó Janine al verme aparecer por el marco de la puerta — Disfrútalo.

La observé neutra — Se supone que estoy castigada — Comenté frunciendo el ceño — No debería recibir tantas atenciones.

  — Él que estés castigada no quiere decir que no debas alimentarte como corresponde, ahora ve y siéntate — Dirigió su mirada nuevamente hacia la entrada — ¡Solecito!¿Cómo has amanecido, cariño?

Ella sonrió y acarició su cola de caballo sujeta con un moño lila —Bien, mamá. Hola Anel.

Sonreí —Ey, siéntate aquí —Señalé la silla a mi lado. Liza sonrió y me obedeció esperando su desayuno.

  — Ten — Dijo Janine entregándole el mismo tipo de desayuno solo que difería en el dulce colocado en las tostadas y el tipo de jugo. 

  — Gracias.

Por último John y Brandon aparecieron en silencio y bien arreglados. Dirigí mi mirada hacia el pajarito pero instantáneamente la retiré clavándola en mi café al percatarme de que él estaba por hacer lo mismo hacia mi.  

  — Buenos días — Saludó John tomando asiento en la punta de la mesa. Brandon sin decir una sola palabra lo imitó tomando asiento frente a Liza.

Nadie hablaba ni hacía el intento por armar algún tipo de conversación, la tensión se podía palpar en el aire al igual que la incomodidad. Solo se oían el masticar que nuestras bocas producían al triturar las tostadas.

Incómodo.

 Sorbí la última gota de mi bebida en el momento exacto en que John anunciaba que era hora de ir al colegio. Al igual que al principio, en silencio toda la familia se ubicó en el auto. Janine y John en sus lugares correspondientes, pro mi parte agradecí infinitamente que Liza tomara asiento entre medio de Brandon y yo. 

Algo era algo.

  —¿Estás bien? — Preguntó en un susurro. Estábamos seguras de que nadie escucharía, ya que Janine y John conversaban de algo en relación a su trabajo y Brandon tenía colocado los cascos, oyendo música a un alto volumen.  

Asentí quitando la vista de la ventana y la posé en ella —Claro.

Hizo una mueca —No tendré la edad suficiente, pero no soy tan despistada, estás triste.

Suspiré —No lo estoy —Apreté mi rodilla —Solo nerviosa, tengo que hablar con David.

Sonrió —Es lindo —Se sonrojó.

Lancé una risita —No lo niego, pero no es mi tipo.

Frunció el ceño y sus mejillas hicieron mofletes —Eres afortunada, es el segundo chico considerado más guapo luego del mono de mi hermano —Hizo una mueca de asco —En el vecindario los conocían por ser la dupla de bombones—Rodó sus ojos — Bombones já, solo David. 

  — Vaya no sabía que eran tan conocidos.

Se encogió de hombros — Lo son, recuerdo que mamá los regañaba a ambos porque hacían que en lugar de que cayera agua nieve, caían chicas. Por doquier. 

Lancé una risa y ella negó sonriendo — Al fin sonreíste — Dio reiteradas palmadas — Soy buena.

Negué con media sonrisa —Lo eres.

Rió —Sabes, creo que si me dedicara a escribir una novela sobre ti, tendría más de un tema que hablar. Es todo un drama.

Hice una mueca —Que graciosa —Sonrió feliz y luego dirigió su mirada hacia el frente dando por finalizada nuestra silenciosa conversación. La imité solo que posé mis ojos en el paisaje a mi lado.

 ... 

  — Tengan buen día — Saludó Janine — ¿Anel, hablaste con David?

¿Por qué sacó el tema antes de que Brandon se fuera?

Mierda.

— Eh..., sí. Le avisé que no podía salir — Me encogí de hombros — Pensé que se lo tomaría mal, pero me equivoqué.

Sonrió — Está bien.

Mojé mis labios y sin decir nada más, los tres bajamos del auto y observamos como John y Janine tomaban rumbo lejos del colegio.

— ¡Oh, allá está Mía! ¡Nos vemos! — Exclamó Liza desapareciendo a toda velocidad.

 Tragué saliva inquieta al percibir la mirada penetrante de Brandon sobre mí. Había quitado sus cascos y ahora solo sujetaba con su manos derecha la correa de su mochila colgada sobre su hombro.

  — ¿Qué? — Cuestioné observándolo de reojo. 

Negó —Nada.

  — Estás mirándome.

Lanzó una carcajada que realmente me molestó — Deja de creer que eres el centro del mundo —  Se acercó a mí y yo solo tomé cierta distancia — Porque no lo eres, Bruja.

Se alejó dejando en mí una sensación de fuego y odio que aumentaban  cada vez que los segundos pasaban. Todo el escaso buen humor que logró Liza ,él idiota lo desechó en tan solo segundos.

Con rapidez entré al colegio luego de oír la campana sonar. Al llegar al curso divisé solo a Melanie, quién escribía a toda velocidad sobre sus hojas.

  — ¿Qué hay? — Dije tomando asiento a su lado.

— Todo mal, olvidé realizar la tarea de la profesora Monterrey y hoy es la fecha de entrega ¡No terminaré!

 Cierto, economía.




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