Brandon caminó junto a mí hacia la puerta del orfanato en absoluto silencio. Era alrededor de las ocho y había empezado a oscurecer en ciertas partes del cielo. Mis ojos se posaron en Brandon al igual que los de él en los míos, al oír música proveniente del orfanato.
Bertha lo logró.
Convenció a Margaret.
—¿Qué es todo ese ruido? —Curioseó Brandon con una leve sonrisa—¿Haces una fiesta y no invitas?
Sonreí—Iba a decirte, en cuanto llegáramos—Brandon elevó una ceja—Pero no sabría si realmente Bertha había logrado convencer al ogro.
—Pues al parecer a Bertha nadie se le niega.
Asentí de acuerdo—Puede llegar a ser muy persuasiva, sí así lo desea—Me encogí de hombros—¿Entramos? —Tomé el pomo de la puerta, al recibir una afirmativa respuestas de parte del pajarito. Al entrar nos recibía oscuridad mezclada con constantes y parpadeantes luces de colores. Muchos de los niños se veían correr de un lado a otro, jugando entre ellos.
Guiados por las guirnaldas posadas horizontalmente en las paredes, caminamos hasta donde generalmente almorzamos, el gran salón. A la izquierda del lugar, se hallaba la mesa donde almorzamos, cubierta con un mantel blanco y sobre esta una fuente con una especie de bebida roja. A su lado había Magdalenas de chocolate y decoradas en la base con coco, Sushi de Nutella, alfajores partidos a la mitad de distintos tipos y demás.
—Vaya, sí que Bertha sabe cómo organizar una fiesta—Mojó sus labios—¿Eso será Ponche?
—Si quieres saber, si eso posee alcohol…—Lo observé amenazante—Te informo que no.
Brandon negó ofendido—¿Por quién me tomas?
Suspiré localizando a Bertha, quién charlaba con una mujer que se me hacía demasiado conocida. Fruncí el ceño al intentar descifrar de quien se trataba, pero la oscuridad me lo impedía.
—Oh, mierda—Repentinamente habló Brandon, clavando sus ojos en la persona que yo observaba unos segundos atrás—Esa es mamá.
Tragué saliva sonoramente nerviosa y más aún debido a la canción que sonaba de fondo.
Turn down for What.
¿Coincidencia?
—¡No puede verte aquí, pájaro! —Lo analicé preocupada—¡Vete por la puerta de atrás!
Brandon frunció el ceño—¿Estás de broma? —Negué nerviosa—No iré a ningún lado.
¿¡Qué!?
—¿¡Estás demente!? —Chillé escandalizada—¡Si se llegan a enterar, que has estado viniendo a verme, te colgarán de tu diminuto órgano reproductor!
Brandon gruñó—Diminutos tus pechos—Lo observé indignada—Solo mantente tranquila y confía en mí.
—Si esto sale mal, juro que con gusto te colgaré yo.
Sonrió coqueto—¿Así que te gustaría? ¿Eh?
—Eres un idiota—Abrí mis ojos como platos al divisar a John observándonos discutir desde el otro lado del salón. Tragué saliva al ver como tomaba la mano de Janine y se encaminaban hacia nosotros—Estamos perdidos y por tu culpa.
—Bruja, solo respira e intenta calmarte—Tomó mis hombros—Déjame esto a mí y tú solo mantén esos lindos labios unidos, los cuales, por cierto, son hermosos.
¡Dios santo, se están acercando!
Y como toda valiente, solo me escondí tras la espalda del pajarito, quién decía tener todo bajo control, sin embargo, lograba distinguir un rastro de tensión en su cuerpo.
—¿Tú que haces aquí? —La imponente voz de John, fue la primera en lograr que me tensara—Deberías estar en la casa.
Brandon se enderezó—Pues estoy aquí ¿Algún problema?
—No quieras pasarte de listo Brandon—Amenazó John.
—¿O qué? —Retó el pajarito—¿Te la llevarás lejos, solo para que no pueda verla? —Tragué saliva al percatarme que hablaban de mí—Ya la alejaste de la casa y ahora ¿Qué sigue?
—Basta ya—Interrumpió Janine—Estamos en casa ajena y además es el cumpleaños de Anel, por lo que esta conversación está fuera de lugar.
Alabada seas Janine.
—Feliz cumpleaños cielo—Sonrió empujando a Brandon, para poder estrecharme en un abrazo—El solecito, está con su abuela, pero te manda todo su cariño.
Sonreí—Gracias Janine, dile por favor que también la quiero y que la echo mucho de menos.
—Se lo diré—Unos grandes brazos me rodearon y me apretujaron, casi quitándome el aire. Mis pies se elevaron del suelo a causa de la fuerte muestra de cariño.
—¡Feliz cumpleaños, cariño! —Dijo John—Lamento lo de hace un segundo—Se disculpó luego de devolverme al suelo—Es solo que es difícil, ya te hacía mi hija.
Sonreí culpable.
—Lo lamento, papá—Habló Brandon haciendo que lo observamos—No quise faltar el respeto hacia ti—Rascó su nuca—Sé qué crees que es un capricho, que no estoy siendo sincero y que solo pretendo divertirme…—Formuló una mueca—Pero no es así…—Sonrió observando la pequeña bruja en su muñeca—Solo necesitas mirarme a los ojos, para darte cuenta lo que siento por ella.
Mis mejillas se tornaron calientes y la piel se encrespó totalmente.
—Mi bebé…—Janine lo abrazó dulcemente—¿Quién diría que el gruñón, podía ser romántico? —Reí al ver a Brandon rodar los ojos—Sé lo que se siente, corrijo, ambos sabemos lo que se siente—Tanto Brandon como yo, los observamos interrogantes—John y yo vivimos algo parecido de jóvenes—Sonrió recordando—Pero en ese tiempo, nuestros padres eran más cabezas duras que nosotros.
—¿De qué hablas mamá?
—Hablo de que tu padre y yo, también fuimos hermanastros—¡No puedo creerlo! —Mi madre se casó son su padre…—Señaló a John—Y nos tocó a ambos vivir bajo el mismo techo…—Negó—Éramos como perro y gato y peor aún, hasta que un día las cosas cambiaron.
—Entraste al baño mientras me duchaba.
Janine se sonrojó—¡John! —Reprochó—¡Están los niños!
—¿Qué con eso? —Nos observó—¿Acaso ustedes no vivieron algo parecido?
—Verla caer sobre materia fecal de perro ¿Cuenta? —Cuestionó Brandon, haciendo que lo fulminara con la mirada y John hiciera una mueca de asco.
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Editado: 02.06.2023