Día 3: medicina
No había un hombre más afortunado que el psicólogo más alabado del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, Anthony Stark llevaba ocho años de su carrera, y su vida no podía ser mejor después de todo, tenía todo el dinero que deseaba, el cariño de sus compañeros y pacientes, el éxito en su carrera, y especialmente a Peter Parker, su joven alma gemela.
Ellos se conocieron por intermedio de May Parker (la tía de Peter), desde que su esposo Ben se fue del mundo, la pobre mujer se a ido en una profunda depresión, que llevándola incluso a atentar contra su vida.
Hace seis años Tony había enviudado, por lo que había perdido la esperanza de abrirse al amor, pero desde que su paciente le presenta a su sobrino único, ya sabía que no podía dejar pasar un enamoramiento como este, le regalo flores, una caja de bombones e incluso lo llevó a una cita bajo las estrellas, donde terminaron por oficiar su amor. Hace dos meses que estan en relacion, pero lo que aún no sabe es que su bello novio tiene un secreto que le aterra contar.
en un día caluroso de verano los dos fueron a una playa solitaria, donde casi nadie iba, asi estarian a solas y disfrutarian mas de la compañía del otro, corrieron por todo el lugar, se tiraban arena como niños pequeños, Peter hacia su castillo de arena mientras tarareaba una canción de amor, Tony le tomaba fotografías, llos enamorados corrieron por toda la orilla del mar, pero cuando el mayor quiso llevarlo más adentro del mar, el joven se aleja de forma aterrada mientras se agita fuerte
—no..no..
—¿que pasa amor?
—Es el mar...me da miedo
Tony acercó su rostro al del joven y lo levanta en brazos para acunarlo, el joven de a poco se tranquilizaba, apoyando su cabeza en el cuello de su enamorado.
De pronto el hombre con Peter en brazos, lentamente se dirigió hacia el mar, al notar el mar se estaba siendo cerca, el joven entra en pánico otra vez
—¿Tony que? que haces? para dónde me llevas? ¿por que me llevas ahi? no lo hagas, de verdad tengo miedo
—Tranquilo mi amor, no voy a lanzarte, no haré nada que tu no quieras, pero si quiero que me dejes curarte.
—mi amor, cariño lo aprecio de verdad, pero….tengo miedo, no quiero….no camines mas
Peter se aterro mas aun cuando Tony ya se introdujo al mar, lejos de la orilla, no pdejaba de temblar, su respiración cada vez más se cortaba.
—No me tires por favor
—No lo hare mi amor, confia en mi
—Por que me haces esto?
—El mar es lo mas hermoso, ¿por que te aterra algo tan precioso como esta belleza de la naturaleza?
Mientras trataba de calmarse, el joven respiro lo más hondo que pudo sin soltarse del abrazo del mayor, pero sin abrir los ojos:
-Cuando tenía diez años, mis tios y yo hicimos un dia familiar en la playa, en las primeras horas nos divertiamos mucho, jugábamos a la guerra de arena, construiamos una ciudad arenosa, y también lanzando la pelota, pero antes de irnos quería mojar mis pies por última vez, pero….cuandos mis tíos estaban distraídos, yo quise meterme más al fondo a nadar un poco mas ese dia las olas estaban muy peligrosas, cuando casi voy al fondo…..la ola me iba arrastrando mas y mas, en ese momento me asuste mucho, llamaba a mis tíos para que me rescataran, mi tio Ben me escuchó y fue a rescatarme, no podía para de llorar, podía sentir a la muerte nadando debajo de mi en ese momento- el castaño empieza a llorar- hasta que sentí los brazos de mi tio jalandome fuerte hasta la orilla, me coloco un flotador y me empujo hasta la orilla, donde mi tía me esperaba, nos abrazamos los dos, pero mi tio no lo vi en ningun lado, no estaba.
La historia de Peter dejó a Tony con el corazón adolorido, como el amor de su vida pudo sufrir mucho.
-Peter, mi vida, cielo mío, tanto calvario, mírame mírame con esos ojitos tan brillosos que tanto me gustan, juntos superaremos nuestros miedos nunca vas a estar solo siempre me tendrás a mí ya no llores cariño mío, no llores más— junto sus labios con los de su chico en un relajante beso
—¿De verdad?.
El mayor asiente sin cortar su beso, las caricias de Tony siempre lo distraía de todos sus defecto, como si los llevará hacia un mundo que solo existieran ellos dos, estaba tan distraído que ni siquiera se dio cuenta que el hombre lo colocó suavemente en el agua, cuando sus ojos castaños abrió sus pies ya estaban dentro del mar, el chico quedó tan estático, ni siquiera se movía, no podía dejar de mirar su reflejo que se formaba en su peor miedo, estaba aterrado al inicio, pero a la vez no dejaba de sentir una sensación de paz, aunque no lo entendía, lo único que sabía era que ese miedo pronto se iba yendo tal como cuando empezó.
—calma bebé, estoy aquí, sujetándose
—no entiendo, se supone que no debería estar aquí, y que estaría con miedo, no lo entiendo, ¿qué es esto? ¿Cómo puedo estar aquí de la nada, como? ¿Cómo puedo sentir paz con este monstruo de agua salada que mató a mi tío?— el joven se rompió en un mar de lágrimas abrazado al mayor
—En realidad nunca fue miedo, lo que sentías por ello era rencor y tristeza por todo lo que pasó, pero nadie tuvo la culpa de nada, nadie arrebató la vida de tu tío, él fue un héroe, un héroe muy fuerte, que demostró una vez más lo importante que tú y tu tía eran para el, y cuánto los amaba.
—Si no me hubiera ido hasta aquí, tal vez nunca habría pasado, y aún tendría a mi tío conmigo y mi tía.
—No es tu culpa mi amor, aunque cueste asumirlo fue su destino, sin duda lo que hizo fue más que un acto de amor. Cuando alguien te quiere y ama, siempre será capaz de sacrificarse por ti, sin importar nada, tu tío Ben, tu tía May, yo.
Las palabras de Tony no solo eran ciertas, sino también sabías y conmovedoras, era la realidad de todo lo que un ser humano haría por uno mismo y por los suyos, el peso que Peter llevaba ya no lo tenia mas, una calma lleno su corazón, y todo gracias a Tony.