I Love You

Capítulo 4

El jugo se derramo por completo. Y tanto que me gusta, pensé amargamente y con el corazón saliéndose de su lugar. Y ahí estaba una rubia alta de lindos ojos azules, con sus lentes y un traje entallado como si fuese su segunda piel, los ojos que hay detrás de esas gafas me examinan y con una mueca de sus rojos labios sé que estoy desaprobada.

—Y ¿tú eres...?

—Hola soy Danna

—No te pregunte tu nombre.

—Yo... yo...

—Tu... tu...

Dice imitándome. Maldita rubia oxigenada pensé.

—Que no sabes que las del servicio no debes buscar en la cocina si Taylor se entera de que...

—¿De qué me tengo que enterar?

Apareció Taylor caminando por la puerta de la cocina con unos jeans ajustados y una camisa negra pegada al pecho. ¡Wow! tengo que tener el suficiente control para no babear. De repente mi boca se secó.

—Que esta está robando de tu jugo, corazón.

¿Corazón? ¿Que no era yo la esposa aquí?

—Samanta. No le hables así, ella es Danna y es mi esposa.

—¿Esposa?, ¿pero nunca has festejado una boda?

Quedo atónita y me mira aun con más con desprecio. Por dentro sé que ella está enamorada de él. Es obvio, se le nota en la mirada. Siento unas inmensas ganas de sacarle la lengua. Sé que es un poco... o bueno muy infantil, pero me satis facería.

—Lo sé... Pero eso es lo de menos. Espero que se lleven bien –nos miró a las dos y salió de la cocina —Te espero en mi oficina en cinco Samanta.

Me está mirando como la bruja que es y ahora sé que la primera mirada que dio no se compara a la forma en que lo hace ahora. Pareciera que yo soy un pedazo de basura a lado de ella y lo admito. Ella es rubia y de ojos azules. Su estructura es delgada y alta, lleva el cabello suelto y por alguna razón no entiendo como entro a la casa a las 5:00 a.m.

—Mira niña - Su voz suena realmente dura y fría pero no le tengo miedo. No creo que dures mucho. Para ser la señora Dilaurentis necesitaras más que ser una chica boba que se resbale por todas las esquinas.

—Tranquila Barbie no te robare a Ken.

 —Nena a mí no me hables ¡así!

Me tomo del brazo y me lanzo una mirada imponente. Pero yo no baje la mirada y la tome de la muñeca para hacerle una llave.

—Maldita zorra de barrio suéltame. 

Chillaba, pero está claro que no la solté.

—No me llames así y discúlpate.

—No y ahora suéltame.

Esta vez grito una chica del servicio apareció con una escoba. Justamente la chica que nos recibió al ver como tenía a Samanta se soltó a reír.

—¿Danna?

A pareció Taylor por el lumbral.

—Suéltala mujer.

Se acercó a mí, pero yo lo miraba con odio y si se atrevía a tocarme seguro que me desquitaría con él y al parecer lo entendió. Se fue lentamente acercando a mí y me abrazo, así que tuve que soltar a Samanta sin antes jalarle su cabello barato.

—¡Ana vez lo que ocurre y no haces nada!

Regaño a la chica del servicio.

—La amenacé con despedirla si se me acercaba, defendí a la chica mientras ella me sonreía agradecida. — así que si debes de regañar a alguien debe ser a esta.

Solo moví la cabeza en la dirección de Samanta indicándole que ella fue la culpable, donde se encontraba de pie y arreglándose el cabello.

—A Samanta ¿porque?

—No le hagas caso Tay está un poco celosa es todo.

—¿Celosa yo? Pero que cara… yo no empecé a insultarte con que eres una niña que se resbala por todos los rincones.

—¿Eso es cierto?

Miro a Samanta duro y enojado se podría decir.

—Yo...

—Pídele disculpas ¡Samanta! ya te he dicho que es mi esposa ¡Carajo! No puedes decirle o tratarle así ¿entiendes?

—Lo siento.

Y salió de la cocina, y le siguió Ana. Dejándonos a Taylor y a mis solos. Yo no decía nada solo mire el jugo derramado, tenía tantas ganas de tomar jugo y suspire.

—¡Wow! me sorprendes Danna nunca nadie se había enfrentado a Samanta y ha salido victoriosa. –lo dijo con una pequeña sonrisa, me atrevería a decir que le divirtió la escena.

—Bueno, solo es cuestión de tenerla dominada.

—Pero aun así tengo que pedirte que te disculpes con ella ¿me oyes?

—Yo no...

—No me interesa lo que haya pasado es Samy es mi asistente personal y es muy buena y eficiente en su trabajo. No puedo permitir que la trates así.

Así que esa tiene un sobre nombre "Samy" maldita la hora en que mis padres me vendieron.

—¿Porque me tengo que disculpar? ¡Yo soy tu esposa no ella! - Grito exasperada y perdiendo los estribos —Se supone que es una empleada!

—¡No solo es una empleada! - Golpeo la barra para después mirarme. Claramente noto que estoy asustada y aguantando la respiración –lo siento, pero ella es muy buena en su trabajo no puedo permitirme perderla.

—Sí, "Samy” -Digo asiendo comillas con los dedos —es más que una empleada y más importante que tu esposa.

Salí acelerando el paso y subí a la habitación.

 

GRACIAS POR LEER, NO SE ACEPTAN ADAPTACIONES NI INSPIRACIONES DE ESTA HISTORIA. ESTA HISTORIA ESTA ESCRITA POR DOS PERSONAS SIENDO YO QUIEN LE DIO EL DESARROLLO Y FINAL.

SE ACEPTAN CRITICAS CONSTRUTIVAS, NO GROSERIAS, TRATA COMO QUIERES SER TRATADO. 

“Todo error deja una enseñanza, toda enseñanza deja una experiencia, y toda experiencia deja una huella.”

 




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