Capítulo 11

—¿Cuál es tu problema? ¡Cualquier mujer quisiera tener un nuevo guarda ropa! ¿porque tú no?

—Porque yo no soy como cualquier mujer entiende! A mí no me puedes convencer con solo comprarme cosas y darme dinero

—Ok entonces ¿quieres ir de compras conmigo?

—¡No!

—Vamos necesito comprar un regalo para mi hermana.

—Y ¿porque no llevas a Barbie para que lo compre?

—Porque sus gustos no son como los de Samanta.

—¿Y si como los míos no?

—¿Te gusta leer no?

—Sí, ¿eso que tiene que ver con esto?

—Sal de ahí o tendré que entrar.

—Pues entra está cerrado, digo por si aún no te has dado cuenta.

—Claro que lo sé, pero tengo llaves.

¡Carajo! ¡Obvio tiene llaves este es su cuarto! Danna ¿en que estabas pensando? abrí la puerta y casi se cae, pues estaba recargado en ella.

—¡Cuidado Dilaurentis!

—Vamos quiero que me acompañes.

—Es que no quiero ir.

—Anda hagamos las paces ¡yo solo quiero llevarme bien contigo!

Si es con la persona que pasare el resto de mi vida, o al menos eso se supone, creo que debemos conocernos. Y tomando su mano que esta estirada hacía a mi salí de la habitación.

—Tay, querido, ¿puedes venir un minuto por favor?

Yo solo mire a Taylor y él me mira como pidiendo permiso.

—Por favor es importante, es sobre el viaje.

—Está bien, estaré en la cocina, no te tardes.

Se acercó a mí y me beso la frente, Anomalías tiernas, tiene este tipo.

Tal vez si lo hubiera conocido en otras circunstancias me hubiese gustado conocerlo, pero ahora no hay otra opción.

-Anita, tengo una pregunta.

—Dígame señorita

—Danna dime Danna, por favor.

—De acuerdo, Danna.

—Cuando llegue Taylor te llamo Ester, ¿es así como te llamas o te llamas Ana?  porque después cuando entro en la cocina te dijo Ana.

—Bueno mi nombre es Anastasia, pero me dicen Ana.

—Y ¿porque no le dijiste a Taylor que te llamas Ana y no Ester?

—Bueno, como empleada de la casa, yo no puedo corregirle.

—¡Ohm! ya veo.

—Danna vámonos.

—Hasta luego Anita.

Solo recibí un movimiento de cabeza de su parte, supongo que no tiene permitido dirigirse a mi o a Taylor y mucho menos a Samy.

—Bien ¿qué le quieres comprar?

—Estaba pensando en un libro, algo clásico, ¡que le guste!

—Bueno pues, necesitamos saber que libros ha leído, para no obsequiarle uno que ya tenga.

—Pues, no lo sé yo no me intereso con eso de los libros sabes.

—No importa, la mayoría no lo hace.

Y camine, lo deje ahí parado, ¡es que como es posible que exista gente a la que no le guste leer! ¡Simplemente me molesta! ¿Acaso no saben lo maravilloso que es leer? ¿La experiencia de terminar tu primer libro? ¿Lo que es tener un libro en tus manos?

—Danna ¿espérame si?

—Bueno, ¿qué edad tiene tu hermana?

—17

—Bueno que tal si le compras "Persona normal" no es un libro muy grueso y es...

—Si a ti te gusta lo compramos para ti.

—No es necesario, de verdad.

—Está bien será persona normal.

Así estuvimos un tiempo en la librería buscando libros, o más bien yo, porque Taylor simplemente se aburrió y se sentó en un sofá grisáceo que se encontraba en la entrada. 

GRACIAS POR LEER, NO SE ACEPTAN ADAPTACIONES NI INSPIRACIONES DE ESTA HISTORIA. ESTA HISTORIA ESTA ESCRITA POR DOS PERSONAS SIENDO YO QUIEN LE DIO EL DESARROLLO Y FINAL.

SE ACEPTAN CRITICAS CONSTRUTIVAS, NO GROSERIAS, TRATA COMO QUIERES SER TRATADO. 

“ALGUNAS PERSONAS LLEGAN A NUESTRA VIDA COMO BENDICIONES Y OTRAS SE VAN COMO LECCIONES.”