I Love You

Capítulo 29

Mientras yo lloro y me pregunto qué es lo que me pasa, el habla con Edgar.

—¿Así que fueron al centro comercial?

Dijo pensativo.

—Sí y le puedo asegurar señor Dilaurentis que la chica que está ahí – Señalo el despacho- Es un tesoro.

—¿Un tesoro?, ¿porque?

—Nosotros creímos que ella usaría su dinero para comprar cosas, pero ella nos dijo que traía dinero propio que ella gano.

Desperté y aún estaba en el despacho. Al parecer eran las 10 de la noche y yo tenía un hambre atroz. Salí del despacho y entre al cuarto de baño.

Tras verme en el espejo y comprobar que no quedaba ni el más mínimo rastro de llanto, me dirige a la cocina.

—¿Todo bien?

Pregunto Fanny. Solo asiento con la cabeza. Por qué sé que, si hablo, terminare en llanto.

Tomo un poco de leche y un paquete de galletas de chocolate que encuentro en la alacena.

Subo a mi habitación y ceno allí. Cuando termino me coloco el pijama, no quiero bajar a depositar el vaso en su lugar, pero después recuerdo que no llevo mi celular y que lo deje en el despacho de Taylor.

Bajo un poco despreocupada, pero asegurándome que nadie este despierto y así parece.

Dejo el vaso en el lava platos de la cocina y salgo, directo al despacho.

Empujo la puerta y la luz está apagada, y yo entro sin preocuparme de encenderla. Tomo mi bolso que está en sillón en el que hace unos momentos llore. Ese recuerdo me sofoca y una lagrima fría rueda por mi mejilla. Mi respiración se agita y siento la necesidad de tener a Taylor abrazándome.

—Si tan solo estuvieras aquí – susurro mientras sollozo – Te odio... Dilaurentis.

—¿Por qué?

La voz de Taylor sale de la obscuridad y yo lo busco con la mirada. Aparece en el lumbral. Respiro profundo y no sé qué decir. Me limpio apresuradamente las lágrimas y la nariz con el dorso de mi mano.

—No te importa.

Le contesto lo más tranquila que puedo, intentando ocultar que estaba llorando, intento que falla.

Intenso salir por la puerta, pero él me toma del brazo y me lo impide.

—Suéltame Dilaurentis.

Chillo, intento no llorar más.

—No Danna necesitamos hablar.

—¿Hablar de qué? ¿De cuánto dinero te robe? De lo casa fortunas que... que... -Mi vos se quiebra- Soy?

—No, lo siento, eso ya lo sé.

Dice de lo más frio y despreocupado posible. Y eso basta para que me invada un rio de lágrimas. Intento soltarme de su agarre, pero es imposible. Me acorrala en la pared y me besa. Me besa como nunca.

Ahora sé que el mejor beso que he dado es este y sin lugar a dudas es con el hombre que me gustaría tener como novio, si él me amara. Un beso, un beso que me hace volar y sentir que necesito a este hombre como nunca he necesitado nada más en la vida.

 

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“ENCUENTRA ALGO QUE TE APASIONE Y MANTENTE TREMENDAMENTE INTERESADO EN ELLO.”
Julia Child




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