Capítulo 31

Me abraza fuertemente y me besa demasiado tierno y dulce que creó, me enfermare de diabetes si sigue besándome así.

—Cuéntame lo que soñaste, ¿Si?

Niego con la cabeza. Porque sé que es una estupidez y se dará cuenta que siento algo por él y eso está prohibido en DannaLandia.

No, es que no me gustaría que sepa que siento algo muy fuerte por él, sino que me da miedo que él no sienta los mismo por mí y me rechace. Es miedo, miedo al rechazo.

—¿Es muy feo?

-No, pero no quiero contarte.

—¿Porque?

—Es estúpido.

—Nada de lo que hagas es estúpido Danna.

Es un amor, pienso, pero un pensamiento distinto abarca mi mente, eso no fue lo que dijo cuándo creyó que le he estafado.

Me levanto de la cama y me coloco las pantuflas.

—¿Adónde vas?

Se levanta apresuradamente.

—A mi habitación.

—¿Creí que dormirías conmigo esta noche?

—Pues creíste mal... después de todo, ¿quién querría pasar la noche con una caza fortunas no?

Su cara cambia de preocupación y confusión a entendimiento y frustración.

—Oye, al respecto... lo siento.

—No, no hay problema, te pagare lo que te he robado.

Intento salir de la habitación, pero él me toma de la mano para detenerme.

—Edgar me lo ha contado todo... y quiero que me disculpes.

—No hay nada que perdonar, ¿Solo déjame sola, quieres?

Me suelta y yo salgo de la habitación, intentando no llorar.

No sé, si he leído muchos libros y he visto muchas películas. Cuando la chica se va el hombre perfecto, aquel que la ama incondicionalmente, la sigue y la besa. Por alguna extraña razón todo se arregla, eso me hubiese encantado si Taylor estuviese siguiéndome tratando de arreglar todo.

Pero una vez más, mi hermosa mente me dice que eso solo ocurre en libros. 
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¡FELICES FIESTAS!

SOLO SE VIVE UNA VEZ. PERO SI LO HACES BIEN, UNA VEZ ES SUFICIENTE. – MAE WEST