I Love You

Capítulo 39

Lleva el cabello despeinado, después de una ducha, la toalla blanca le rodea la cintura, se ha dado cuente que le miro, me dedica una hermosa sonrisa.

—Buenos días.

—Buenos días.

—Estas radiante esta mañana.

—Y tu muy sexy en toalla. 

Me dedica una sonrisa tímida y suelto a carcajada abierta.

—Se está burlando de mi señorita ¿Dilaurentis?

—Eso parece señor Dilaurentis.

Llega a la cama, justo a un lado de mí, se coloca encima, pero sin cargarme su peso. Me mira a los ojos y me besa la punta de la nariz. Yo le empujo y no puedo quitarlo de encima.

—Adonde señorita ¿Dilaurentis?

—Al baño señor Dilaurentis.

—Y a que iría al baño tan temprano?

—Si no te quitas de enzima creo que mi vejiga reventara.

Me mira confundido con una cara que explica un “¿Qué?” le miro esperando se quite, pero en vez de eso, consigo escuchar el sonido de su risa, una risa burlona y contagioso. Termino riendo e intentando controlar mi cuerpo.

—En serio, necesito ir.

—Gánatelo.

Fanfarronea. ¿Gánatelo? ¿Qué quiere decir eso? Tal vez… No, no sé qué significa. Le miro confundida, y él sabe que no le entiendo así que mira mis ojos y mis labios, y así sucesivamente. Oh… Me acerco cuidadosamente y le beso, giro y yo tengo el control. Pasó mis manos por su abdomen y toma su cabello húmedo. El intenta quitarme la camisa y salgo corriendo. Directo al baño. Cierro la puerta tras de mí y escucho su risa, desenfadada y confundida, pero divertida. 

Cuando salgo del cuarto de baño – Después de una ducha, lavarme los dientes y hacer las necesidades de un humano -. Taylor no está en la habitación y me alegro. El comprende que necesito mi espacio, que aún no estoy lo suficientemente lista como para compartir un espacio mayor del que ya compartimos. 

Me coloco una camisa holgada y un short de mezclilla, con unas sandalias bajas. Entro en la salada guiada del sonido de la voz de Taylor. Está hablando por el celular, parece confundido y su voz es gélida.

—No… ¿Quién te lo ha dicho?... No te preocupes, estamos bien… Ella es mi esposa ahora… No aun no festejamos… Claro te mantendré informado, papá- 

Se gira y su mirada es glaciar, la cual cambia cuando me ve. Sus ojos pasan de glaciares y duros a suaves y tiernos. 

—¿Que fue eso?

—¿Hace cuánto tiempo has estado escuchando?

Su voz y su cara parecen nerviosas. ¿Hay algo que no se?

—Lo suficiente para saber, que estabas hablando de mí con tu padre.

Me mira y por alguna razón se relaja. ¿Hay algo más? Se sienta y me invita a sentarme. Paso a un lado de él dispuesta a sentarme a un lado. Me toma de la muñe, acto me toma desprevenida, pierdo el equilibrio y caigo en su regazo. Sonríe pícaro y yo le miro asustada pero divertida.

Me rodea la cintura con sus brazos y yo le rodeo el cuello.

—Necesito que confíes en mí. ¿Sí?

—De acuerdo. Sammy… - ¿Barbie? ¿Ella que tiene que ver? – Ella y yo… Mi padre cree que es la mejor opción para casarme, pero yo te quiero a ti y no a ella. A él no le agrada la idea de que me case contigo, pero no me interesa su opinión, después de todo es mi felicidad y no la de él.

—Mira Taylor… No quiero causarte problemas, si tu… Si tu… Quieres que me vaya lo hare ¿Sí? No es necesario que pierda a tu familia por mí, solo nos estamos casando por negocios. ¿Recuerdas? 

—Lo sé, pero pretendo que te enamores de mi – Si tan solo supieras que yo ya estoy enamorada de ti – Pretendo hacerte feliz hasta donde pueda hacerlo, incluso aunque no esté a mi alcance, espero que yo pueda enamorarme de ti y tú de mí, ser viejos juntos y tener hijos.

¿Hijos? No he pensado en hijos. ¿Cómo le digo que aún no estoy pensando en hijos?

—Y si no funciona? ¿Y si no es como creímos?

—¿Tú crees que no funcione? ¿Crees que sería difícil? ¿No crees poderte enamorar de mí? ¿Tan mal tipo soy Danna?

—No Taylor – Le tomo de la mejilla izquierda – Eres un estupendo hombre, y cualquiera pudiera enamorarse de ti…

—Incluso ¿tu?

Sonrió, y mes sonrojo. Giro los ojos y ríos burlona.

—Claro, incluso yo.

Tiene una hermosa sonrisa en el rostro. En sus hermosos ojos avellana se puede ver la ternura. ¿En verdad este hombre será mi esposo? ¿Sera mío como yo de él?




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