Mi castigo, mi penitencia, mi maldición, mi pesadilla, mi infierno este suelto.
Mientras los días pasaban, no tenía idea de lo que pasaba en el exterior, caía en sueños profundos. Como si estuviera en mi paraíso.
Estaba en una casa familiar, una habitación con aroma a fresas, tenía colores pasteles; durazno, azul cielo y rosa. Su cama blanca, sueve como una nube. En el buro se hallaba una imagen de tres personas. Era la de un padre, un hermano y seguramente ella. Pero no logro recordar su nombre, si es bella. Pelo largo teñido de rubio, usaba tacones y un vestido pegado color negro, labios pintados de rojo.
Sentí que alguien cruzo de largo la habitación. Sali de la habitación, se dirigió a la sala, era ella. Cuando estuve en la sala la vi en el sillón, me miraba como si me estuviera esperando.
- Al fin llegaste Kai – Me sonrió.
- Estas aquí… - Me senté junta a ella.
- Nunca me fui, siempre estuve junto a ti. – Sus palabras eran falsas
- Eso no es verdad…yo…yo te asesine… - Sollozaba
Me apoye en sus piernas llorando, tenía su sangre en mis manos, ahora comprendo que estaba equivocado, todo lo que me dieron de ti, era mentira.
- No es así… - no esperaba esa respuesta.
- ¿De qué hablas? – Me levante limpiando las lágrimas de mi rostro.
Cuando ella estaba por decirme algo más, despertaba. Pero perdía como 2 o 3 días, ese sueño se repetía una y otra vez. No recibía respuesta alguna.
También cuando despertaba el mundo de afuera era un caos, Kaios seguía haciendo de las suyas. Aun me preguntaba cómo es que la policía aun no lo capturaba. Hasta que descubría que los despistaba o incluso ya había matado a unos oficiales que lo habían visto. Parecía el mismísimo Jack destripador.
A este punto solo quería ya descansar, no abrir los ojos, dejar ya este mundo infernal, esto no es vida, es el infierno estando esclavizado en mi propio cuerpo y mente.
También le gritaba a Kaios para que me dejara salir y con el paso del tiempo le dije que me matara de una vez por todas, que me dejara en ese sueño para siempre, no me importa lo demás, ella ya no está, ella era mi mundo y el me lo quito todo.
El sueño se repetía.
- Al fin llegaste Kai – Me sonrió.
- No quiero esto, esto no es real, pero tampoco quiero salir de aquí. – Decía frustrado
- Nunca me fui, siempre estuve junto a ti. – La miraba con tristeza
- ¿Qué debo hacer?
- Estar junto a mí, no te preocupes, aquí estarás seguro – Se hallaba en mismo sillón.
- Tal vez, pero tienes razón, no hay nada allá afuera, solo me queda esto.
- ¿No es lo que quieres? ¿Estar conmigo? – La mire con decepción.
- Si eres real… ¿dime que debo hacer allá afuera? ¿Debería volver?
- Afuera no hay más que dolor, aquí estas en paz
- Si es verdad – Quería hacerle el cuestionamiento de nuevo de que la asesine, pero siempre despertaba y no quería eso, pero… - ¿Qué paso con nosotros?
Por un momento ella borro esa expresión calmada y revelo de nuevo su preocupación.
- Nosotros… estamos bien. – Su respuesta era falsa.
- Incluso aunque seas un sueño, me estas mintiendo.
Después de eso, se quedó callada por varios minutos, fui paciente porque era la primera vez que se callaba tanto tiempo. Pero lo que dijo después me heló la sangre.
- Búscame Kai – Me llamo la atención su respuesta inmediatamente.
- ¿Dónde? – La sostuve de los hombros.
- Mátalo….
Y desperté… un mensaje que tenía presente. Creo que fue bastante clara.
Los días pasan, se me hacen eternos, nada se compara a esta tortura, incluso la muerte suena piadosa, pero vivir…no esto ni siquiera es vivir, es…estar en el limbo, es mi castigo por el pecado.
KAIOS ya no me habla, él vive mi vida, la vida que me arrebato, él siempre fue mi enemigo, él siempre quiso esto, quería que yo desapareciera, pero por alguna razón no lo he hecho, si he sentido menos fuerza, me siento cansado todo el tiempo, como si agonizara, pero no me estoy yendo.
También tengo otros sueños. Mis padres, ellos me visitan, a veces pienso que ya he muerto, pero sigo despertando y me dicen exactamente lo mismo. Que debería quedarme con ellos, que los perdone, que viviéremos una vida mejor.
- Por favor hijo, este es tu hogar, quédate. – Estamos en mi vieja casa, la casa de mis padres.
- No Mamá, los perdono, sé que hicieron mucho por mí, aunque me fui de casa, pero esto no es real. – Todos los sueños rechazaban esa realidad.
- No importa, aquí puedes vivir tranquilamente. – Los sueños eran más insistentes.
Pero luego hacia una preguntas o afirmaciones para romper los sueños.
- Mi madre querría que estuviera bien, no querría que viviera algo falso ¿O sí? – Se quedaba callada, a veces mi padre aparecía y decía otras cosas para que no se pierda el sueño, pero hacia lo mismo de siempre.
- Tú no eres mi padre, mi padre era de carácter fuerte. Es verdad que fue el que me hecho de la casa, pero jamás me hablaría como tú lo haces. – Lo siguiente era la misma respuesta que me dijo mi ex novia muerta.
-MATALO…. – Matar a alguien, matarlo a él KAIOS.
Mientras más despertaba, veía como KAIOS tenía días malos. Ni siquiera la perra interesada podía satisfacerlo más, incluso me pregunto porque seguía viva. No me sorprendería que la próxima ve que despierte, esa perra ya está muerta.
En el último sueño que tuve una vez más con Mi ex novia, pero ya solo me iba de ahí, a lugares donde quería estar solo, el saber que todo es falso solo te da esa sensación de querer morir. Todo el tiempo en esos sueños, la tortura, nada más que ilusiones. Lo único que quiere es que acepte y me vaya. Pero ahora sé que no puedo hacerlo. Es verdad, quisiera estar muerto ahora, no es lo que quiero ni la forma en que quiero irme, debo hacer algo para recuperar mi vida.