Ice

Capítulo 4

Tuvimos un comienzo muy raro y torpe, digno de un par de locos como nosotros.💫
 


 

¿Cómo es posible qué siempre me meta en problemas?, ¿Qué tan difícil es mantener una buena conducta?, ¿ Por qué eres tan agresiva, Blake?. Seguro en cualquier momento me pegarán un cartel en mi cabeza que diga; "Cuidado, problemas andante".

Siempre he detestado el salón de castigo, por eso siempre lo he evitado. En todos mis años de estudiante jamás había llegado a ser castigada, normalmente era una advertencia y podía irme pero incluso el director tiene su límite y por lo visto se cansó de mi conducta.

El profesor de literatura había faltado, por lo tanto teníamos la hora libre, pero claro que no podíamos salir del salón. Michelle estaba sentada frente a mí, sus labios se movían pero no entendía nada de lo que decía, en realidad no le estaba tomando atención.

—¡Oye pendeja!, ¡baja de tu puta nube y escúchame!. Lastimas mis sentimientos, idiota—Michelle lleva una mano a su pecho de manera dramática y cambia su expresión por una de dolor. Sin duda alguna sería una muy  buena actriz.— Si estas así por la marca tengo algo que lo quitará de inmediato—¿Espera qué?, ¿Qué acaba de decir?.

— ¿Tenías algo que podía remover la mancha y no me la diste?. —Ella se ríe y trata de parecer tierna—Eres una insecta — Cegada por el enojo de todo lo que me acaba de pasar, unas inmensas ganas de darle bofetadas sin parar me invaden. Trato de lanzarme sobre ella pero unos brazos se cierran en mi cintura evitando que logré mi objetivo.

— Eres una dama, no una salvaje y ¿ por qué tienes la marca de Harry Potter? —Cody me gira para quedar frente a él y con una mano levanta mi cabello para tener mejor visión.

—¡Sueltame!. Exactamente esa es la razón por la cual quiero asesinar a Michelle. —Lo empujo un poco fuerte deshaciendo su agarré, no quiero tenerlo cerca. A mi mente vuelve lo sucedido hace una hora, bufó y decido hablar.—Por cierto estoy castigada, no podre salir hoy contigo, lo siento—Su sonrisa desaparece de su rostro y su semblante cambia por completo. Está molesto y no siquiera trata de ocultarlo pero yo no tengo la culpa que el director sea un viejo amargado que se las desquita con todos porque no tiene quien le de.

—Bueno. Si eso es lo  que realmente quieres, no saldremos hoy. —¿Como quiero?, si esto no es lo que yo quiero. A veces realmente llega a ser un completo idiota, ¿cómo se le puede ocurrir que prefiero estar encerrada en el colegio durante dos horas en vez de ir a divertirme con él?. — Si no tienes nada más que decirme me voy. — Gira sobre sus talones y sin importar las órdenes del director sale del aula.

Como sea, este chico es más dramático que una mujer. Al fin y al cabo tengo cosas mas importantes por las cual preocuparme, por ejemplo; quitar esta maldita marca de mi frente. Miró a Michelle en forma de advertencia, la mendiga hija de su madre me pasa un frasquito con algo de miedo, se lo quito algo torpe, saco mi teléfono y lo ocupo como un espejo. Coloco un poco de la crema y conforme la esparzo va desapareciendo.

—Por cierto, ¿Qué tienes, Blake?, andas más agresiva de lo normal, máximo te enojas tres veces por día y ya van cinco.—Jess por primera vez en el día deja su teléfono a un lado y me observa fijamente con el ceño fruncido.

—Miren, no se a que se refieren, estoy bien , no tengo nada—Sonrio .

—Saltamontes, no sonrías pareces una loca que en cualquier rato va a sacar un cuchillo y nos asesinara, creo que ya se lo que te pasa— Toma su teléfono, lo desbloquea y comienza a urgarlo, sonríe al encontrar lo que quiere —Esto, te ayudara a olvidar todo, ayer lo descubrí y creeme me cambio la vida, se que te va a encantar—Me pasa el teléfono, siento como unas inmensas ganas de vomitar se apoderan de mi, ¿en serio creía que esto me ayudaría?, miro a Michelle quien sonríe como una niña pequeña.

Observo una vez mas la imagen, no puedo creerlo, como se supone que la imagen de un hombre penetrando a otro me ayudaría.—¡Dios Michelle!, ¿Qué mierda es esto?—Pongo el teléfono sobre la mesa,Jess lo toma y al ver la imagen sus ojos se abren como platos.

—Eso queridas amigas se llama Yaoi, es lo más lindo que verán en toda su vida así que disfruten lo —Toma su telefono y suspira como toda una enamorada.

—Michelle eso es porno, si ves eso te iras al infierno—Digo mirando como ella observa con tanta emoción aquella imagen que me revolvió el estómago.

—Saltamontes, si tengo que ir al infierno por ver yaoi, entonces tengo un pase VIP, estoy segura que me vendrán a buscar en limosina y cuando llegue el diablo me dará su reinado—Dios, ¿Por qué no me mandas amigas normales?

No te hagas, tú eres más rara hablas con los gatos, incluso le cantas.

¡¡Callate subconsciente!!, nadie te pidio tu opinión.

—¿Cuánto tiempo de castigo te dieron por lanzar ese tubo?—Interroga Jess, mientras mira las nalgas de un chico que pasa. por nuestra mesa, pinche pervertida.

—Dos horas, estaré dos malditas horas encerrada en una habitación con una profesora amargada y un para de alumnos problemas y los raros—Bufo, normalmente me meto en problemas a finales del año nunca al principio.

—Buena suerte, pendeja. Serás como un conejito indefenso en medio de la jungla, todos los de castigo son un par de lunáticos que asesinan personas —Suena la campana y me despido de mis amigas, ya es hora de irnos, pero como soy pendeja e hice que me castigaran me toca ir a la sala de castigos.

Al llegar al salón, noto que la profesora aun no ha llegado, pero ya hay algunos estudiantes, Michelle tenia razón, estas personas parecen lunáticos, solo hay tres y dos de ellas me intimidan, hay una chica de piel muy pálida, su cabello es de un rubio casi llegando a blanco, tiene un maquillaje muy oscuro que le da una apariencia de zombie, en su mano derecha tiene una navaja, ella me mira fijamente y pasa el filo de la navaja por uno de sus dedos, el otro es un chico pelinegro, trigueño, quien tiene una mirada de asesino, y el tercero bueno ese esta recostado sobre su asiento durmiendo plácidamente.Tomo asiento en el fondo lejos de todos, segundos después entra la profesora con una cara de por su culpa malditos imbéciles tengo que quedarme más tiempo.




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