Al ver el cuerpo de mi madre desplomarse mi mundo se detuvo por completo,donde estaba mi corazón ahora solo existe un enorme vacío. No siento nada, no quiero nada, solo deseo estar sola.
Deseaba tanto que esto solo sea un mal sueño y poder despertar pronto para verla, para molestarla y hacerla reír con las desgracias que me ocurrían a diario.Pero no, no era un mal sueño, era la maldita realidad. No entiendo que fue lo que sucedió, habiendo un millon de personas en el mundo,¿Por qué justo a ella? nunca había hecho enemigos, mucho mal trato mal a alguien.
La gente empezaba a llegar y dar sus condolencias, yo solo los observaba, ni siquiera me movia, solo estaba sentada mirando a un lugar fijo en la pared intentando asimilar lo sucedido.
Quería gritar hasta que mis cuerdas bucales doliera, golpear cosas y decirles a todos que ella estaba bien y que solo nos estaba haciendo una broma de mal gusto.
Sentí unos delgados brazos rodearme,levante la vista y me encontré con dos pares de ojos observandome con compasión.
—¿Qué hacen ustedes aquí?— Preguntó mientras vuelvo mi vista a la pared.
— Jamás te dejariamos sola, lo sabes— Asiento y ellas me abrazan.— Saltamontes, no sabemos muy bien lo que paso, ¿Nos podrias con...?,¡Auch!.¿Por qué me golpeas pendeja?—Michelle se soba su brazo derecho.
— No es momento de andar de curiosa—La mirada de Jess se clava en un punto fijo, observo lo que mira. Liam. Está recibiendo a toda la gente mientras contiene las ganas de llorar, lo conozco, sé que necesita a alguien que este dandole apoyo.
—Ve con él — Suelto y Jess me mira confundida — Él necesita a alguien y tú eras la única que le agrada en este lugar— La veo dudar unos momentos — Estaré bien, tengo a Michelle— Jess asiente y va a hablar con mi hermano.
Michelle se sienta a mi lado y se dedica a abrazarme en silencio. Me conoce tan bien que sabe que lo único que necesito en estos precisos momentos es silencio.
No sé cuanto tiempo ha pasado desde que estoy sentada sin articular una palabra o hacer algún movimiento, mis músculos se comienzan a adormecer, necesito tomar aire. Me libero del abrazo de mi amiga y le aviso que saldre a fuera para despejar mí mente y estirarme un poco .Esquivo a todas las personas que hay en lugar, no quiero escuchar sus condolecias ni la pena que les doy.
La fresca brisa de la noche me golpea en el rostro. Subo la cremallera de mi chaqueta para evitar un poco el frío y me recuesto sobre la hierba húmeda por el sereno, no me importara que le frío del suelo traspasara mis ropas ni que después pudiera enfermarme. Puse mis brazos detrás de mí cabeza para sentirme un poco más cómoda, y observe detenidamente el cielo nocturno, siempre me tranquilizaba un poco. Por mi mente pasaron millones de recuerdos con mi madre, pero uno en especial cuando tenía siete años.
La oscuridad de la habitación era aterradora, sin mencionar que mi imaginación se dedicaba a jugarme bromas pesadas.
Escuche un ruido aterrador, parecían enormes pisadas, tal vez era un monstruo Con mis pequeñas manos tome el borde de la sábana y la levante hasta que quedo cubriendo mi cuerpo por completo, estaba realmente asustada, y esta vez ni Jordan ni Liam podrían protegerme, ambos decidieron ir a un campamento de verano.
El miedo me estaba consumiendo. Algún monstruo debe estar en mi habitación,¿Qué hago?— ¡Mami, ayuda, el monstruo viene por mi!— Grité lo más fuerte que pude estando debajo de la sábana.
Segundos después la puerta de mi habitación se abrió y los rayos de la luz artificial iluminaron cada rincon del lugar. La delgada tela sobre mi cuerpo fue retirada lentamente, dejandome ver la cálida sonrisa de mi madre—Tranquila, mi niña, ya estoy aquí —Se sienta en la cama y me abraza—Siempre te protegeré —Sus palabras me reconfortaron, y todo el miedo que sentía abandono mi ser, me recoste sobre su regazo y bosteze.
—¿Siempre, mami?— Pregunte mientras con mi puño frotaba mis ojos por el sueño, mi madre acaricibia mis cabellos con su mano y me susurró 《Siempre, sin importar las circunstancias》.
Qué rápidamente las lágrimas que se me habían escapado con el recuerdo. Ella me había prometido que me protegería pero en estos momentos era ella quien me estaba causando el daño, ya no estaba y nadie cuidaria de mi. Debí correr más y salvarla, debí ser yo quien la protegiera, quién cuidará de ella, cubrir su cuerpo del impacto poniéndome como escudo, yo debí ser quién recibiera el disparo, no ella.
Me incorporé quedando sentada, quiera huir, correr lejos de la realidad, no soportaba más estar aquí, queria verla a ella. La necesitaba, era esencial en mí vida.
Escuché unos pasos acercarse hacía mi, levante la vista y las lágrimas se me escaparon. Allí estaba ella, delante de mí, con su cabello castaño recogido en una coleta alta, traía puesto su clásico uniforme blanco de enfermera, y sus ojos cafés me observaban con dolor.
Quería creer que era ella, que era mi madre quien estaba parada frente a mi pero en el fondo sabia que no lo era. Me levante y corrí directo hacia los cálidos brazos de mi tia . Deseaba engañar a mí mente y a mí corazón, diciéndome que era mí madre, que eran sus brazos de ella pero simplemente no sentía calidez ni protección. Su parecido físico era magnífico, mi madre y ella eran como dos gotas de agua, como todas las gemelas. Mi tía me estrechaba entre sus brazos y susurraba palabras de aliento.
— Tranquila, cariño— La voz de mi tía estaba quebrada, me libere de su abrazo y la mire, sus ojos se habían tornado rojos y estaban cristalinos.
Estaba por hablar, cuando Liam apareció y abrazo a mi tia. Decidí darles espacio para que hablen,por lo tanto me alejé y decidí entrar a la casa. En mi mente se posó una idea, necesitaba asimilar que esto era real y solo existía una manera. Me acerqué con pasos lentos hasta el ataúd donde se encontraba su cuerpo, y la ví, estaba tan pálida, tan carente de vida, el rosado de sus labios se había tornado a un blanco opaco. En la ese momento mi corazón termino de partirse en fragmentos.