El departamento estaba en silencio, solo se escuchaba el ruido de mi pelota de goma golpeando la pared.
Jess leía un libro y yo estaba recostada en el sofá mientras jugaba con la pelota.
- ¿ Crees qué fue una buena idea lo de la cita de Michelle?. - Digo captando la atención de Jess.
- Creo que fué una pésima idea pero no teníamos de otra, era eso o el Señor tatuajes nos iba a acusar con su padre. - Deja a un lado su libro.
- Pobre Carlos, siento pena por él no tiene ni la menor idea de lo que va a sufrir. - Ambas reímos.
La puerta fue cerrada de un golpe haciendo que me sobresaltara y perdiera mi pelota. En la sala apareció una muy sucia y enfadada Michelle. Su camisa blanca ahora era café al igual que sus zapatos y su cabello.
-¿ Qué te sucedió?- Preguntamos Jess y yo al unisono.
-¿ Tú qué crees?, Es culpa de ese injerto mal nacido de Carlos alías la vaca.
-¿ La vaca?. - Pregunté confundida.
- Digamos que le gusta comer pasto. - Sonrió.
- ¿Podrías decirnos que fue lo que sucedió?. - Ella suspiro y asintió.
Flashback (Michelle).
Esto es una completa estupidez, debí asesinarlo cuando pude, nadie se hubiera enterado,¿Yo en una cita?, ¿Qué sigue después?, ¿ Un reptil como presidente?, ¿ Las abejas dominarán el mundo?. Lo único bueno de esto es que podía conseguir comida gratis.
A lo lejos pude visualizar al estúpido chantajista de sonrisa perfecta, no se veía mal, ese pantalón ajustado formaba bien su redondo trasero. Tal vez después de todo no puede ser tan malo.
Si todo sale bien le diré gracias y le agarraré las nalgas y si sale mal solo le agarraré las nalgas y me iré.
Me acerqué hasta él y como estaba de espaldas lo saludé de la manera más femenina que podía.- ¡Ya llegué, puto! - Hablé al mismo tiempo que le dí un zape un su cabeza.
- ¡Auch!, ¿Qué forma de saludar es esa, dulzura? - Lo agarre del cuello de su camisa y lo jale con brusquedad haciendo que quede a centímetros de mí.
- Si me vuelves a decir " dulzura", averiguaré donde vives y me meteré por tu ventana en la noche, voy a descuartizar a toda tu familia delante de ti para que sea lo último que veas, luego te sacaré los ojos con una cuchara y voy a obligarte a que te los comas. ¿ Entendiste, animal? - Hablé con tono amenazante.
- ¡Vaya, que ruda!, Me gusta. - Lo solté tan fuerte que hice que retrocediera.
- ¿Qué tienes en mente para hoy, pedazo de escroto?.
- En primer lugar ¿ Puedes dejar de insultarme, en segundo lugar ¿ Tú qué quieres hacer?.
- ¿Es en serio?, ¿ Invitas a salir a alguien y no sabes dónde llevarla?, Por esa razón morirás solo y muerto. Vayamos a comer, el trabajo de Blake es cerca. Camina, princesa. - Comencé a caminar, él se posiciona a mi lado e intentó agarrar mi mano. - ¡Alto ahí, vaquero! .- Aparte mi mano rápidamente.- No quiero embarazarme, no quiero ser un bebé cuidando a otro bebé.
-¡Solo quería agarrarte la mano!, No vas a quedar embarazada por eso.
- Una cosa lleva a otra y no estoy lista así que mantén tu distancia. - Todo el camino fue en completo silencio.
Entramos al local y nos sentamos en la mesa que estaba al lado de la ventana. Un suculento chico se acercó a pedir nuestra órden y luego se retiró hasta quedar al lado de su amigo. Se veían tan bien juntos, me preguntó ¿ Quién será el Seme y quién será el uke?.
- Sé que estás aquí de manera obligada pero ¿ Podrías dejar de mirar a esos chicos?.
- ¿Eres mi madre?.
- No, pero...
- Entonces no puedes decirme que puedo y no puedo hacer. - Volví a mirar a los chicos que estaban en el mostrador y ahora se estaban abrazando, ¡ No esperaba ver yaoi en vivo y en directo!.
- ¿ Y ahora qué hacemos? - Pregunta el señor tatuajes.
- No tengo ni la menor ¡Mira un gato!. - Empecé a caminar detrás del gato y cuando lo intenté atrapar empezó a correr. - ¡Pinche gato del demonio ven acá!- Corrí detrás del gato, no pensaba dejar que se escapará, escuché los pasos del idiota seguirme pero lo ignoré.
Perseguí al gato hasta que llegamos a un parque y el muy desgraciado se subió a un árbol. - Ni pienses que por subirte a ese árbol te salvarás de mí. - Subí las mangas de mi camisa hasta la mitad de mi brazo, di un salto y me agarré de la primera rama, estaba algo delgada pero aguantaba.
- Te vas a caer, baja de una vez.
-¡Silencio!, Las pizarras no hablan. - Me sujete de la siguiente rama y pise la anterior, el sonido de la rama rompiéndose me alerto, traté de sujetarme bien pero fue inútil y caí sobre un enorme charco que no había visto antes, estaba completamente mojada.
Mi espalda, mi cabeza y mis nalgas me dolían, no estaba muy alto pero la caída realmente me dolió, escuché la risa de Carlos. - Que buen caballero eres. - Me extendió su mano y no dudé ni un solo segundo en tomarla, lo jalé con fuerza haciendo que el también cayera al charco.
Me levante quedando de rodillas a su lado y empecé a moverlo sobre toda el agua sucia. - ¿¡Qué te pasa!?.
- Nunca te burles de mí, dulzura, lo pagarás bien caro. - Alcé un poco del agua y se la tiré en su cara.
- ¡Estas loca!.
- ¡Y tú estúpido! - Trato de levantarse pero se lo impedi sentándome a horcajadas en él. - ¡Aún no he terminado contigo, aborto mal hecho!. - Traté de golpearlo pero el lo impidió sujetando mi mano.
- Te ves tan sexy cuando estás enojada.- Dijo de manera coqueta.
-¿ En serio?. - Puse mi mano al lado de su cabeza y empecé a acercarme lentamente a su rostro y él cerró los ojos, había caído en mi trampa. Con mi mano apoyada arranqué un pedazo de pasto, liberé mi otra mano y apreté sus cachetes haciendo que su boca forme una "O" y enseguida le metí el pasto. - Y tú te ves tan sexy comiendo pasto.- Me levante y el empezó a toser y expulsar todo el pasto con tierra.
Empecé a caminar para irme pero me detuve, estaba olvidando algo, me acerqué a él y le di la vuelta dejándolo de espaldas y le agarré una nalga.