Ice

Capítulo 36

Miré todas las maletas amontonadas, eran las siete y media de la noche y estábamos esperando a que partiera el autobús de Jess.

— Entonces, ¿Viste algo interesante ayer en tu trabajo?.— Pregunto Michelle, sabía muy bien a lo que se refería.

— No debiste decirle dónde trabajo.— Digo molesta, Jess se acerca hasta nosotras.

— Ya dejé mi maleta, ¿De qué hablan?.— Se sienta en medio de Michelle y de mí.

— De cuánto le gusta Black a Blake.

— Qué no me gusta, es decir, pensaba que era un chico atractivo con una personalidad horrible pero estos últimos días con él me ha demostrado lo contrario, no sé si el me gusta.— Dí un largo suspiro, cada palabra que había dicho era cierta, no sabía muy bien que era lo que sentía por él.

—Es posible resistirse a un físico atractivo pero es imposible resistirse a un interior hermoso.

— Vaya, Michelle, eso fue hermoso. — Dije impresionada por sus palabras.

— Lo sé. Charlie, vengo inspirado. — Sonrió mientras lo dijo.

—¿Charlie?.—Dijimos Jess y yo al mismo tiempo.

Michelle abrió la boca y se llevó una mano al pecho dramáticamente. — No puedo creer que no conozcan ese meme, a veces no sé cómo un ser tan perfecto y único como yo, puede ser amiga de alguien como ustedes.

— Eres nuestra amiga porque somos las únicas que te siguen las locuras. — Digo obvia.

— Buen punto, pequeña Blake.— Escuchamos a la profesora llamar a Jess, ya era hora que se fuera. — Antes de que te vayas quiero darte esto, espero lo uses con sabiduría. — Michelle le pasó un sobre Manila a Jess quién lo abrió de manera instantánea.

Sus ojos se abrieron más de lo normal, estoy segura que eso no es nada bueno.— Michelle, no quiero estos condones, ni siquiera tengo con quien usarlos. — Le devolvió de nuevo el sobre a Michelle.

— Está bien, yo solo decía.— Levanta las manos en señal de paz.

— Jess.— Ella me mira.— Cuando hables con Liam dile que es el peor hermana del mundo, que en todo este tiempo que ha estado fuera no se ha dignado en hablarme y sin embargo a ti te habla todos los días.— Las mejillas de Jess se encendieron de inmediato.

— ¡Te atraparon, roba hermanos!.— Gritó Michelle mientras la señalaba.

Jess creía que no sabía de las videollamadas que tenía con mi hermano, pero estaba muy equivocada, varias veces los encontré hablando pero preferí no decirles nada. La profesora volvió a hablarle a Jess, nos despedimos con un fuerte abrazo y estuvimos ahí hasta que el autobús partió.

Ya iban a ser las ocho de la noche, iba tarde para el trabajo. Michelle decidió que lo mejor sería que me acompañe hasta mi trabajo, ya que según ella algún loco podría secuestrarme.

Cómo había dejado mi motocicleta en el edificio tuvimos que tomar el autobús que nos dejaba a dos calles del trabajo. Ella iba con la mirada pérdida, algo le preocupaba.

— ¿Te pasa algo?.— Pregunté captando su atención y ella negó de inmediato.

— No es nada, solo tengo algo de sueño. — Aunque sabía que mentía preferí no molestarla, sería imposible tratar  de que me lo diga.

Bajamos del autobús y caminamos en silencio hasta Bob's, me despedí de ella y entre al local. Me sorprendí al notar que todos mis compañeros de trabajo estaba parados en una línea horizontal. No tenía ni la menor idea de lo que estaba pasando pero por sus expresiones pude darme cuenta que no era nada bueno. Me acerqué a Carla. — ¿Qué es lo qué está pasando?.— Pregunté bajo para que solo ella logrará oírme.

— El jefe decidió regalarle está sucursal a su hijo, por lo tanto él está a cargo ahora y acaba de informarnos que habrá recorte de personal. — Su tono emanaba evidente preocupación.

Cuando iba a decir algo fui interrumpida por un ruido estrepitoso. — Muy bien, como ya saben hoy habrá recorte de personal, tú, tú y tú, son los que se van, busco una buena imagen del local y ustedes de bueno no tienen nada. — Los tres salieron en silencio y sin decir nada.

Esto era una completa idiotez.— Esto es estúpido, no puedes solo despedirlos porque crees que no son atractivos. — Solté sin pensarlo. Su mirada se posó en mí y una amplia sonrisa apareció en sus labios.

— Yo soy el jefe y hago lo que se me antoja, por ejemplo ahorita se me antoja despedirte. Estás despedida.— Sentí el enojo recorrer mí cuerpo, apreté mis puños y contuve mi ira.

Una idea apareció en mí cabeza, ya estaba despedida y no tenía nada más que hacer. Aprovechando que el idiota estaba de espaldas tomé  un frasco de ketchup que había en una de las mesas y se le vacíe encima, tire el bote y salí del local.

¿Qué se supone qué haga ahora?, No quiero ser una completa carga para mí hermano, lo único que me permitía no ser tan dependiente de Liam era el trabajo y ahora lo perdí.

Pasé mis manos por mí rostro, ahora no me queda más que volver a casa. No tenía ganas de caminar hasta la parada de autobús por lo que decidí tomar un taxi.

Sentí mí celular vibrar y lo saqué para leer el mensaje que había llegado.

De: Black. 
Para: Blake

¿Qué estás haciendo?.

De: Blake
Para:Black

Estoy de ida a mí casa.
 


 

De: Black
Para:Blake
 


 

Pensé que trabajabas hasta las nueve.
 


 

De:Blake
Para: Black
 


 

Acaban de despedirme.
 


 

De: Black
Para:Blake
 


 

Es una lástima, pero lo bueno es que podemos adelantar nuestra salida, pasó en diez minutos por tu casa.
 


 

Guardé mi teléfono. — Ya llegamos.— Me informó el taxista, le pagué lo correspondiente y subí lo más rápido al departamento.
 




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