Ice

Final

Abrí los ojos de golpe, grave error. La luz artificial de la habitación me provoco un ardor haciendo que los vuelve a cerrar.

Mi mente comenzó a recordar rápidamente todo lo que había sucedido, la charla entre Gus y yo, el enfrentamiento entre Marcos y él, su muerte y por último el golpe, aquel golpe que me dejó contando pajaritos.

- ¿Pesadillas? - Me sobresalte de inmediato al escucharlo. Estaba sentado en el otro extremo del colchón mirando fijamente la pared.

- No entiendo, ¿De qué hablas?. - Se giró para quedar frente a frente.

- Te levantaste de manera brusca y dijiste Nathan, sin mencionar que estás media sentada, una persona reacciona así cuando tiene pesadillas.

Y solo entonces me dí cuenta que estaba sentada, mi cuerpo estaba sudoroso y mi cabeza aún dolía como el mismo infierno. Analicé lentamente las palabras de Gus y más recuerdos vinieron a mi mente.

Traté de escapar y en el momento que iba a hacerlo apareció Nathan, pero todo había sido un sueño, un jodido sueño. Debo admitir que una parte de mí aún no asimila su muerte y guarda la esperanza que él se encuentre bien, buscándome. Pero la otra parte simplemente lo asimiló y acepta que es la realidad, una realidad que me lástima.

La herida es reciente y el tiempo se encargará de sanarla y sobretodo ayudarme a aceptar a vivir en un mundo donde aquel hombre que me ponía los pelos de punta simplemente ya no está.

- Si Nathan estuvo en el es un sueño, si tú hubieras estado en el sería una pesadilla - Me límite a responder.

La comisura derecha de su labio se elevó formando una media sonrisa. Me dispuse a mirar mis manos para distraerme, no me gusta para nada estar a solas con él porque siempre dice algo para molestarme aún más.

- Solo vine a avisarte que tu padre se fue hace una hora. Después de todo su deuda ya está saldada, y también quería pedirte disculpas por el golpe, no te lo merecías - Era más que obvio que José se iría, su deuda era con Marcos y como ya no está todo ha acabado para él.

Y acerca de la disculpa, eso no me lo esperaba. Pero ¿Quién pide disculpas si va a seguir haciendo daño?, simplemente es estúpido.

Me limité a observarlo, no se veía tan arrogante como de costumbre ni gracioso con respecto a la situación, estaba en estado neutro, no podía ver qué sentía.

- ¿Piensas seguir con esto ? - Solté sin más - No le veo el objetivo, después de todo ya no está Marcos y mucho menos Nathan para que "le des una supuesta lección" - Traté de sonar suave, no pienso hacer que se moleste.

Desvía la mirada y parece perderse en sus pensamientos, se queda tanto tiempo en silencio que por un momento creo que no responderá. - He perdido muchas cosas por estar contigo, no pienso echarme hacía atrás ahora que estoy apunto de conseguirlo.

- Perdiste porque quisiste, tú así lo decidiste - Acomodo un mechón de mi cabello.

- Blake, mientras tú sigas aquí todo continuará, esto empezó contigo y terminará contigo- Se pierde por un momento en sus pensamientos y luego vuelve a hablar- El trato sigue en pie, no voy a lastimar a nadie más si te casas conmigo. - Se levanta y veo como sale de la habitación.

Camino hasta detenerme a poco centímetros de la puerta.

- Il triti sigui in pii, ni viy i listimir i nidii mis si ti cisis cinmigi - Digo mirando la madera.

Está bien, sé que estoy actuando como una niña inmadura pero este sujeto saca lo peor de mí. Siento algo frío en mi pie y solo entonces me doy cuenta que estoy sin zapatos, ¿Qué carajos?, No recuerdo que me los quité. Levantó un poco mi pie y entonces notó lo que he pisado, sangre.

Me quedo perpleja por un momento mirando la mancha roja, pero no solo es eso. Hay un camino de gotas de sangre apenas notables, y como curiosidad es más grande que la galaxia decido seguirlo.

Sigo lentamente aquel rastro qué forma una línea curva hasta llegar a la puerta del vestidor, me quedé estática unos momentos pensando si debía abrir o no. Luego de un mini debate mental me decido por abrirlo, giró la perilla lentamente y abro la puerta aún insegura por lo que estoy haciendo, ¿Y si me encuentro con algo desagradable?, ¿Y si es Chucky qué vino para matarme?, sí mi momento a llegado quiero decir : Dios, perdona a esta pecadora que ha leído cosas que no debería y que por culpa de eso sabe más de sexo que lo que debería. Dios me tenga en su santa gloria.

Lo primero que veo es un hombre inconsciente tirado en el suelo con una polera atada en su boca y otro que parece ser un pantalón tiene capturadas sus manos, el rastro de sangre sigue hasta llegar al pequeño charco que se encuentra debajo de su cabeza. Me sobresalto y me quedo parada en la entrada unos segundos, decido entrar y camino lentamente, solo he dado tres pasos cuando una mano se cierra, me jala hacía la izquierda con delicadeza haciendo que mi cara se choque contra algo duro y la puerta se cierra.

Lo primero que veo cuando logró separarme un poco es una manga larga azul eléctrico, mi vista comienza a subir lentamente escaneando cada parte de su rostro, sus rosados labios, su nariz perfilada hasta llegar a esos ojos celestes. Sentí mis piernas flaquear y de pronto mi vista se empezó a nublar, estaba a poco de desmayarme.

Un brazo se cerró alrededor de mi cintura. - No de nuevo - Escuché un bufido. Leves golpes en mi mejillas me volvieron a traer poco a poco a la realidad.

Una vez que todo dejó de dar vueltas y mi vista se aclaró, lo ví. Me lancé sobre él y enrede mis brazos alrededor de su cuello y escondí mi rostro en la curva de su cuello. - Pensé que... Pensé que solo había sido un sueño - Dije al borde de las lágrimas.

Él me devolvió el abrazo, me pego aún más a su cuerpo y luego depósito un beso en mi coronilla. - No lo fue, aquí estoy. - Y entonces empecé a llorar, simplemente me quebré y saqué todo lo que tenía guardado.

Su abrazo se hizo más fuerte, como si pensara que en cualquier momento me caería. Limpie mis lágrimas y me alejé un poco para verlo directamente a los ojos.




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