Car-gola
Una familia de 4 gárgolas iba en el carro hacia una función de cine, iban muy alterados por que casi no avanzaban por el tráfico.
Quien iba manejando era la hija mayor y a su lado estaba su madre quien le enseñaba a manejar de forma lenta pero segura.
Para matar el tiempo cantaban canciones, jugaban juegos de camino y la madre de vez en cuando les contaba cuentos y anécdotas a sus hijos.
La fila de carros no se movía, y tampoco lo haría, en ellos no había nadie y ni hablar que la hora estaba trabada, eran las eternas 5:23 p.m.
Tanto su madre y su hija lo sabían, pero no podían hacer nada al respecto, sus pies estaban pegados al carro de piedra, su naturaleza era ser decoración, ser una de tantas obras de arte.
Pero tenía una conciencia, un alma, trataron de liberarse en muchas ocasiones, pero era doloroso.
Todo se tornó oscuro y criaturas desconocidas rodearon el auto y taparon el auto con un plástico azul. Fueron horas, días o incluso años bajo la oscuridad; los niños estaban aterrados y la madre ya no sabía qué hacer, ya no podía tranquilizarlos como antes.
Al final, como su entorno, su mente se oscurece y dejaron de pensar más, ahora solo duermen hasta que una era de luz llegue.
Familia
Toda mi vida estuve soltero, la atracción, el enamoramiento es algo que nunca he sentido de una forma verdadera, nunca he sentido el amor de una forma auténtica, solo algo preseleccionado por la sociedad, un asqueroso estereotipo que se ha plantado en mi mente desde que era un mocoso sin intelecto, sin la capacidad de cuestionar, creando en mí un dogma tan gigante que ni siquiera era digno de cuestionar, hasta esta noche, y siéntanse afortunados a los que se atreven a gastar saliva diciendo que "no creen en el amor" porque una novia suya los engañó, mis motivos no se atreven a ser tan patéticos como esos, la primera novia que tuve, mi mente idiotizada por todas las demás personas que profesan el amor desde lo más interno de su ser, por esas personas que no parecen estar enamoradas de su pareja si no que parecen amar el mismo concepto de amor, amar el concepto del descompuesto cadáver del romanticismo en la sociedad, mi primera pareja era una mujer que no era atractiva para el estándar, mi primera y última amada era una mujer con una obesidad casi mórbida, en esos tiempos lo único que deseaba encontrar era el sentimiento, la pasión, el amor, quería encontrar algo por lo cual desvivirme, pero en esos tiempos yo tenía una gran inseguridad y un gran miedo al rechazo, era bastante cobarde e inseguro, hasta que la vi, vi su seboso cabello que parecía ser el hogar de una sociedad más inteligente que ella viviendo en su cuero cabelludo, podía apreciar las gotas de sudor de un extraño tono amarillo, Pude apreciar cada gramo de grasa moverse mientras su cuerpo chocaba contra sí mismo para dar un paso, se me acercó al percatarse de que mi mirada se postró sobre ella, llegó delicadamente y me dirigió la palabra, era la primera vez que una mujer me hablaba. por gusto, entonces no supe que hacer, aún recuerdo sus primeras palabras
- ¿Tú qué?
- ¿ah? - le respondí inconscientemente mientras mis pensamientos volaban con el concepto de una relación romántica
- Si, ¿por qué me ves? Que, ¿apoco te gusto? Dijo ella con una pose imperativa y poderosa.
- Ahhh ¿sí? – Respondí con el mejor uso de mis pensamientos románticos e intentando evitar la invasión de mis pensamientos lógicos.
- Bueno, ahora eres mi novio.
Y esas cinco palabras fueron las más románticas que alguien me había dedicado en toda mi vida, con eso caí profundamente enamorado de esa mujer.
Así soporté un par de meses de maltratos, recuerdo perfectamente una situación que denota los abusos a los que me tenía sometido, la primera vez que fui víctima de un robo improvisado y sin clase, un robo vulgar que solo se podría hallar en el tercer mundo, mi reacción fue completamente natural y orgánica acorde a mi experiencia, pero ella se enojó conmigo, mi shock hacía que solo sintiera la saliva de sus gritos en mi cara, unos gritos tan feroces que no me sorprendería que vomitara un par de culebras en el proceso, solo pasaba una palabra por mi mente "perra" quería gritarle en la cara, solo quería cinco segundos de poderío, pero me temo que no era tan valiente como para gritarle cara a cara, después de un par de días ella me invitó a una cena con su familia, si ella era tan desgraciada ¿qué podía esperar de su familia?, seguramente eran una bola de degenerados incestuosos que de milagro no nacieron con tres manos, pero bueno era mi primera novia, no esperaría un gramo de decencia, fui a su casa y al entrar sentí como si me hubieran dado un puñetazo en la maldita cara por la peste a cerdo muerto que irradiaba de toda la casa, apenas estaba recuperando un poco los sentidos que me había quitado el mal olor cuando vi unos malditos pies gigantes, estaban más grandes que mi cabeza, con mi vista hice un recorrido por todo su cuerpo y era un maldito monstruo, medía más de dos metros y le calculaba por lo menos 200 kg y no de grasa, iba vestido como un chef pero desarreglado y sin glamour o clase, parecía un tipo insano, sucio, un desgraciado que no ha tocado un jabón en meses, lo saludé tembloroso y el tipo me dijo "encantado" encantado, mi mente estaba tratando de procesar la relación de su tamaño y aspecto con su saludo tan elegante, estrechó mi mano, pero parecía un niño saludando a un obeso del centro, después conocí a su hermano, que para nada se acercaba a la complexión del chef, este era más normal de cuerpo, aunque atlético no se veía una brutalidad de carne, él me saludó de una forma más relajada, aunque igual estrechó mi mano y me percaté que le faltaba un dedo, luego conocí a los principales, el padre y la madre de mi amada, el señor ni siquiera tuvo la vergüenza de vestirse de la cintura para arriba, un desgraciado panzón velludo y calvo, ese hombre emanaba una ignorancia tal que pareciera ni siquiera ser digno de autodenominarse un humano, es más como un animal sin raciocinio que convierte el lenguaje en un dialecto y proyecta una personalidad para protegerse del mundo exterior, ese tipo intentando ser alguien y poderse presentar me estrechó la mano y sentí toda la grasa mezclado con su sudor, la señora, ¡por Dios la señora! Era una mujer que siempre estaba fumando y no precisamente tabaco, su maquillaje estaba todo deshecho y corrido, su cabello estaba tan enredado que parecía que le nacerían rastas un día, venía vestida con ropa que alguna vez parecía elegante, pero ahora no son más que ropas viejas, su casa estaba llena de grasas y tonos amarillentos embarrados en el papel tapiz marrón, sus focos amarillos creaban una atmosfera más sucia y repelente, la sala estaba destrozada y vieja y el espantoso refrigerador en medio solo hacía que la casa pareciera una maldita pocilga, después de las presentaciones tan patéticas llegó la hora de la cena, la mesa estaba bien puesta con un raro filete que para ser honestos no parecía de cerdo, los cubiertos estaban perfectamente acomodados, el hombre repulsivo e indecente de mi suegro me dijo