Ideal Insomnia

La persona (Kent_707) y Si puedes cambiar quien eres, solo necesitas dinero (ARMTart)

La persona

había alguien, nadie sabe su nombre, su edad es un misterio y su género es ambiguo, no resalta en nada, se puede decir que es alguien promedio.

 

Su infancia fue normal, su familia era común, incluso era clase media, la clase más estándar que puede haber.

 

No tenía problemas con nadie, pero tenía la sensación de que le faltaba algo, emoción.

 

El renunció a su trabajo y empezó a viajar alrededor del mundo, cometió crímenes y solo hubo resultados comunes, se hizo mafioso, pero fue uno normal, se hizo el loco y se volvió aún más ordinario.

 

Al final optó por quitarse la vida, terminando con un final triste, sin ser tan ordinario como toda su vida.

Si puedes cambiar quien eres, solo necesitas dinero

"Si, pero ¿sabes qué? en las ciudades ya casi nadie va a los circos, no quiero recaer en esto, pero si es necesario para sobrevivir, no me importaría regresar a nuestra vieja vida" confesaba el presentador del circo a su más fiel amigo (el liliputiense) en un pequeño bar con las luces cálidas, que hacía una esencia especial, dado a que ya era de noche, el hombre acababa de dar su show menos vendido de toda su vida como cirquero, ya que solo se presentó una familia con un niño que ni siquiera prestaba atención, terminando ese show, se fue directo al bar para ahogar sus penas en la botella de whisky, el solo concepto de la imagen le daba escalofríos a los demás clientes que bebían desanimados, un hombre que está vestido con colores chillones y llamativos, representantes de la felicidad en su trabajo, sentado en la barra con su amigo enano, mientras sus colores eran absorbidos por la cálida luz amarilla, su amigo y compañero de borrachera que llevaba por alias el liliputiense le respondió " ¿te refieres a la vieja vida? ¿aún podemos?", "si, supongo, aún tengo los contactos necesarios" le respondió el cirquero deprimido "pero, nuestro sueño, el sueño de todos los integrantes del circo, era abandonar esa vida llena de violencia y atrocidad" dijo el pequeño pero maleado amigo, "no hay opción, ya a la gente no le Impresionamos, yo recuerdo cuando iniciábamos, veía las grandes sonrisas de los pequeños niños llenos de inocencia, prefería eso a, bueno, ya sabes, pero si seguimos así, los animales morirán de hambre, y después, nosotros" expresó el cirquero "bueno, Yo sé que vas a elegir de forma correcta, aunque regresemos a eso, yo siempre te voy a apoyar", el estimado amigo del cirquero se levantó de la mesa y comenzó a caminar a la salida, mientras todos los demás clientes se quedaban asombrados observándolo, no por su pequeña estatura, sino por su rostro, su piel era de un ligero tono moreno, usaba el cabello corto como cualquier persona, pero tenía un montón de cicatrices en su rostro, del lado en donde le faltaba el ojo estaba completamente deforme y mal figurado, con los dientes a plena vista, estos detalles le daban esta aura de peligro y malicia a pesar de su tamaño, cuando un gran hombre que dejó de contar las copas que bebió desde hace mucho, se levanta y de su boca salía la peste a alcohol, escupiendo difícilmente las palabras que le surgían de su corazón , pero no de su mente, solo lo dijo por decir, "miren a ese pinche pitufo, jajaja como odio a los pitufos, los atraparé aunque sea lo último que haga", el bar se mantuvo en silencio, a excepción de las demás personas alcoholizadas, los sobrios solo callaron, debido a la gran ponencia que tenía el pequeño hombre, el cirquero solo rio ligeramente mientras se acomodaba el gran sombrero de copa que llevaba, dejó en la barra el único par de billetes que había generado ese día, se acercó al liliputiense que estaba hirviendo de rabia, mientras permanecía estático en la salida, postró su mano casi cadavérica sobre el hombro del liliputiense, el liliputiense volteó a ver el rostro de su amigo, un rostro tan flaco que era casi cadavérico de los años que cargaba en su espalda, era pálido a tal grado de casi ser un albino, este igual tenía un par de cicatrices en su rostro, pero no tan notorias como su amigo, solo suena y le dijo "ya lo decidí, encárgate de él, hay que practicar", el liliputiense solo hizo una mueca y fue caminando hasta el tipo ebrio que le había insultado, se quitó la corbata que llevaba puesta, saltó, tomó su labio inferior, lo perforó con sus uñas, y solo se dejó caer, lo que provocó que el hombre perdiera su labio inferior y que toda su mandíbula quedara expuesta ante el resto del bar, todos callaron, sobrios y briagos, no había ni el ruido de un alma en pena, cuando el liliputiense soltó el labio inferior, dejándolo caer al suelo en un pequeño charco de sangre que estuvo creciendo mientras lo sostenía, en ese momento, comenzó la hemorragia del hombre alcoholizado, no podía generar más sonidos que no fueran gritos de dolor, tiñó las luces cálidas que le daban el ambiente especial al bar de rojo, provocando que todo el bar quedara con una energía exaltante y perturbadora, su compañero de borrachera pateó al sádico personaje enano llegando hasta la barra, donde tomó un vaso y se lo arrojó en la cara al hombre que le pateó, enterrándose en medio de su rostro, cabe recalcar, que el vaso no estaba roto, solo dio dos pasos, y calló boca abajo, haciendo que el vaso, le perfore el cráneo, el liliputiense fue caminando tranquilamente hacia el cadáver, tomó el vaso que adentro, tenía pedazos de cara, cráneo y cerebro, tomó una botella, la sirvió en ese vaso, creando un cóctel sádico, le abrió la boca al que tenía los dientes expuestos y el liliputiense, solo vio su rostro cubierto de lágrimas, se carcajeo y dijo, "miren, un pinche buldog", posteriormente le echó en la boca el cóctel que había costado la vida a un hombre, se sentó en el bar, y esperaba pacientemente a la policía, mientras reía y murmuraba "estamos de vuelta".




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