Identidad Oculta

El encargo

  • Como lo acabas de decir ofreces una cantidad bastante interesante, así que debo asumir que lo que quieres no es algo sencillo de lograr. – Especula la hermosa mujer, sabiendo que nadie ofrece tanto dinero por algo sencillo, mucho menos un hombre como el que tiene al frente, lo que ese hombre debe buscar seguro es muy grande y lo que él puede ganar aún más, es por eso que decidió recibirlo, está realmente interesada en lo que ese negocio le puede traer, a ella le encantan los retos, así que quiere escucharlo.

Las palabras de la mujer lo regresaron al momento y recordando su objetivo principal con esa importante visita, decide explicar lo que busca que la organización haga por él, dejando en claro lo que ella ya sabía no será no una tarea fácil.

  • Efectivamente no es sencillo, debo admitir de que además de que es una tarea muy peligrosa, pocas personas la aceptarían y muchas menos lograrían completarla con éxito. – Admite con calma. – Pero conozco de primera mano sus resultados, así que si hay alguien que puede hacerlo es su organización. – Asegura el hombre, pues si ellos no pueden entonces nadie puede hacerlo.
  • Interesante. – Comenta la mujer después de escucharlo atentamente. – Entonces vamos al grano, ¿Qué quiere que hagamos por usted? – Cuestiona la mujer mirándolo directamente a los ojos.
  • Necesito cierta información. – Expone el hombre.
  • Seamos más específicos por favor, ¿de quién?, ¿Qué tipo de información? – Cuestiona ella lentamente. – Tranquilo, sabe perfectamente que tenemos políticas muy serias de confidencialidad.
  • Se que puedo confiar en su confidencialidad, así que le contare un secreto. – Comenta el hombre en medio de toda su conversación se ha planteado seriamente la posibilidad de invitar a esa mujer como su aliada, está seguro que con su ayuda podría lograr su objetivo más fácilmente.

Al escucharlo la mujer levanta una ceja sorprendida, cada vez está más interesada en lo que ese hombre quiere hacer.

  • Bueno no espere que tanto como un secreto, pero lo escucho. – Dice ella dándole toda su atención.
  • Quiero destruir a un hombre y apoderarme de su imperio. – Declara con firmeza nada mas de imaginar logrado su objetivo su corazón se acelera, pues con ello estaría a solo un paso del éxito, todo el poder caería en sus manos tranquilamente.
  • ¿Un imperio? – Pregunta ella con calma.
  • Así es. – Responde poniéndose de pie, para acercarse a la gran ventana que tiene el sofisticado despacho donde esa noche lo recibió esta misteriosa mujer, desde donde se puede ver gran parte de la ciudad, pues diferente a lo que muchos creerían incluso el, aun cuando esta organización es ultra secreta y sus métodos bastante cuestionables, ellos se encuentran a plena luz del día, en uno de los edificios más elegantes del país y se dice que en muchos lugares más, el poder que tiene esta organización bien podría superar a los más grandes conglomerados del país, pero para llegar a eso el camino fue duro, lleno de penas y sacrificios que solo las cicatrices que esa hermosa mujer lleva tanto en su alma como en su cuerpo podrían contar, algo que muy pocos saben. – Necesito cierta información que me permita infiltrarme y apoderarme desde adentro del imperio más grande del país. – Anuncia viendo a lo lejos, donde brilla el edificio más grande de la ciudad con el nombre en letras gigantes.

La mujer que sigue la dirección de su mirada solo puede levantar las cejas con clara sorpresa mezclada con gran intriga, ¿Acaso ese hombre está hablando enserio?, ella solo puede reír ante la locura del hombre.

  • ¿Se da cuenta de que estamos hablando de un imperio que puede destruir a quien quiera? – Cuestiona la mujer entre divertida y emocionada. – Uno que de descubrir lo que intenta hacer podría desatar una guerra, que puede perder. – Añade con calma.
  • Lo tengo claro. – Declara el hombre seguro.
  • Vaya, debo admitir que muy pocas personas logran sorprenderme. – Dice ella mientras se pone de pie a su lado mirando hacia el mismo lugar que el detalla con esa mirada ambiciosa en sus ojos. – Usted definitivamente es uno de ellos, lo que quiere lograr es bastante ambicioso, pero de lograrlo sería invencible. – Admite.
  • Es la idea. – Explica el regresando la mirada a la mujer.
  • ¿Por qué me cuenta sus planes tan detalladamente? – Cuestiona ahora, nadie va por ahí diciéndole a todo el mundo lo que planea menos si es algo tan grande.
  • Estuve pensando un poco y creo que podríamos ser aliados, ¿Qué tal si le ofrezco una sociedad en este plan? – Cuestiona el hombre seriamente estudiando cualquier reacción en la mujer, aunque le es difícil descifrar que está pensando por la máscara, así que solo puede ver sus ojos y los movimientos de su cuerpo, pero ella permanece con la misma postura tranquila, no dejando ver que en realidad le sorprendió la propuesta.
  • Me halaga en verdad que tenga esa confianza en mi organización. – Responde ella con calma. – Pero me temo que debo declinar. – Anuncia ella regresando a su puesto para explicar. – Son las reglas, El Enclave es completamente neutral, estamos por encima del bien y del mal, solo hacemos el trabajo que se nos pide, no hay lazos, ni amistades de por medio, tenemos un cliente, una misión y un objetivo, cumplido el trabajo se termina la cooperación, ese es nuestro compromiso.
  • Somos leales a nuestros clientes en tanto trabajamos en su encargo, terminado el trabajo, se termina el vínculo. – Concluye la mujer cruzando sus piernas en un gesto elegante que siempre termina logrando toda la atención del hombre. – Así que, si lo que necesita es información, le aseguro que tendrá toda la necesaria, una vez cumplido el encargo, es lo máximo que podemos llegar sus planes con ello no nos competen. – Declara segura.




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