Compromiso
La sala de la mansión Rinaldi estaba vestida de celebración, justo en ese momento recibían no solo a sus integrantes, sino también a las familias más influyentes del país, pues esa noche se va a anunciar el evento del año, Mia Rinaldi Moretti única hija de Casandra Moretti y Rómulo Rinaldi, la heredera de la familia, se compromete con Adrián Leone, hijo menor del Senador y futuro candidato a la presidencia del país del Norte, Eusebio Leone.
La velada es majestuosa, con música suave donde las bebidas van y vienen con entusiasmo, pues esta no es solo una simple reunión es el escenario perfecto para trazar alianzas y formar frentes unidos contra posibles enemigos.
El ambiente era ligero y festivo, las sonrisas no faltaban en el lugar, todo era alegría esto hasta que la puerta del gran salón donde se llevaba a cabo la velada era abierta rompiendo abruptamente con la tranquilidad del sitio.
Los murmullos no se hicieron esperar y es que todos los allí presentes sabían quién era el alto hombre vestido de negro que ingresaba con paso tranquilo al salón, donde hasta ese momento todos charlaban y reían tranquilos, las miradas de desprecio no se hicieron esperar, era más que obvio que su presencia era cualquier cosa menos bien recibida por los presentes, aun así, él se mantuvo estoico, su rostro no reflejaba ningún cambio, su expresión era la de alguien que ya está acostumbrado a los murmullos, a las miradas de fastidio, al rechazo, pero eso era algo que poco o nada le importaba a él.
Lorenzo desde niño conoció el rechazo, empezando por su padre quien debió ser el encargado de protegerlo y apoyarlo, pero contrario a ello fue el primero en darse la vuelta apenas supo de su existencia, así que, ¿Qué podía esperar del resto del mundo?, con el resto de los integrantes de su familia paso lo mismo, desde su abuelo hasta sus tíos, todos excepto una persona.
- Lorenzo. – Grito emocionada Mia, pues aún en contra de los deseos de su familia, sobre todo los de su madre, para ella, él era su querido hermano mayor y lo quería como tal, aun cuando en realidad había sido muy poco tiempo el que habían podido compartir.
- Hermosa, ¿Cómo estás? – Le devuelve el saludo Lorenzo con una sonrisa sincera, es posible que en el mundo después de la muerte de su madre solo haya una persona que sonría tan sinceramente al verlo y esa persona es justamente ella su hermanita menor Mia.
- Me alegra mucho verte, no había podido felicitarte por tu reciente éxito, ganaste como empresario del año, todos hablan de ti como el hombre más importante en los negocios de todo el país de Norte hermanito. – Felicita Mia colgándose del brazo de su hermano. – Eres el mejor. – Sonríe encantada, no podría estar más feliz con el éxito de su hermano, aunque sus declaraciones logran indisponer a todos los presentes que siguen viendo a Lorenzo como un bastardo sin clase, un nuevo rico que ha tenido suerte, pues para ellos el dinero es lo de menos.
- Amor deja llegar a tu hermano. – Interviene Adrián acercándose para saludar a su cuñado. – Lorenzo, ¿Cuánto tiempo? – Lo saluda cordial, si bien es cierto ellos no tienen ningún tipo de relación si se han encontrado en algunos eventos, por lo que se conocen.
- ¿Cómo estas Adrián? – Devuelve el saludo Lorenzo recibiendo la mano que Adrián había extendido hacia él.
- Agradecido de que estes aquí, sabes que es un día muy importante para nosotros y Mia está feliz de que estes con ella. – Sonríe amable mirando a su futura esposa.
- Así es, cuando supe que no estabas en el país creí que no vendrías. – Comenta Mia haciendo un puchero. – Pero ahora que estas aquí, estoy muy feliz. – Sonríe emocionada abrazando a su hermano.
Mia creció como una pequeña princesa, tuvo todo lo que deseaba y más, consentida por sus padres y sus abuelos, es una jovencita de buen corazón, pero muy inocente, ella no comprende de odios o penas, así que es muy jovial y risueña, algo que Lorenzo desea conservar para siempre, pues solo ella le recuerda que la bondad aún existe en el mundo.
- Lorenzo, acabas de regresar y ya estas olvidando la etiqueta, ya deberías haber saludado a tus mayores. – Expone Casandra fingiendo pesar por la falta de educación de su hijastro.
- Mamá. – Exclama Mia, ella aun no comprende porque tratan tan mal a su hermano si él también es parte de la familia, por lo menos así lo siente ella, pero Lorenzo que sabe perfectamente quien es cada uno de los que está allí presentes, sobre todo su madrastra, la detiene poniendo su mano sobre el brazo de Mia negando, no valía la pena una discusión por eso.
- Señora Rinaldi, lo lamento, me entretuve saludando a los festejados, en un momento saludare a la familia. – Dijo sin mayor expresión, disculpándose con los novios para dirigirse al lugar donde estaba su padre, su abuelo y sus tíos.
- Buenas noches, padre, abuelo, tíos. – Saludo Lorenzo respetuoso con un pequeño asentimiento de cabeza, era obvio que ninguno de ellos mantenía el más mínimo sentimiento de cariño por él, al contrario, era más fastidio y hasta odio que otra cosa, sentimientos que eran completamente correspondidos.
- Pensé que nos harías el desplante, ahora que eres un hombre importante. – Comenta con clara burla Rómulo, haciendo que las risas que nadie se preocupaba en disimular se escucharan por todo el salón.