Identidad Oculta

Misión

En la soledad de su despacho Coral moría de ira de solo recordar ese encuentro tan exasperante, aun podía escuchar ese timbre de voz tan calmado, esa expresión de superioridad y cada una de sus palabras y la suma de todo solo lograba que su sangre hirviera de la ira, hacia demasiado tiempo que alguien no la menospreciaba, mucho menos de esa manera tan civilizada, hubiera preferido que la insultara, peor aún esa corta interacción no logro dejarle ver nada sobre ese hombre, así que podía ver que era alguien que sabía muy bien cómo mantener para él sus pensamientos.

Aun así, eso solo logro que este aún más que interesada en encontrar más, ¿Por qué?, por la misión obviamente o al menos eso es lo que se dice a sí misma. Sin embargo, esta segura de que ese momento lo recordará por un tiempo y encontrará la forma de desquitarse esta segura.

A su mente vuelve la escena mientras ella aprieta sus puños,

  • Debes ser nueva. – Dijo una voz calmada detrás de ella, casi con desprecio.
  • Ah. – Se exalto ella o bueno hizo como si tal persona la hubiera sorprendido pero en realidad ya se había percatado de que alguien había ingresado al lugar, aun así mantuvo la actuación de sorpresa girándose hacia dónde venía la voz, pero solo basto ese movimiento para que al levantar la mirada entonces si se sorprendiera de verdad ya que sus ojos se cruzaron con esos ojos grises que la miraban con calma, unos ojos que no dejaban ver mucho sobre el hombre que había llegado hasta donde ella estaba, se dice que los ojos son la ventana del alma, pero había de dos o ese hombre no tenía alma o esa puerta estaba muy bien resguardada, por un segundo que pareció eterno ninguno de los dos dijo nada, ella mantenía el limpiador en su mano pero no se movía, hasta que el hombre levanto una ceja como indicando que seguía esperando una respuesta por parte de ella.
  • Así es señor, este es mi primer día aquí, estaba asignada a otras empresas. – Respondió rápido al ver que se había quedado en silencio por más tiempo del que le gustaría admitir.
  • Ya veo. – Comenta desinteresadamente. – Aunque, aun así, estoy seguro de que deberías saber que las salas de juntas deben estar listas antes de las 9 que es la hora en que se empiezan a utilizar, tengo plena certeza que fue una de las indicaciones que se les dio a tus jefes, al mismo tiempo que nos prometieron asignar personal altamente capacitado que cumplía las reglas al pie de la letra. – Dice sin alzar la voz ni siquiera parece reclamo, pero Coral siente lo que está diciendo implícitamente y ese hombre ahí frente a ella la acaba de llamar incompetente solo con esas palabras y su actitud y entonces piensa, ¿alguien le dijo de ello?, no, nadie lo hizo, si lo hubiera sabido obviamente habría hecho su trabajo a tiempo pues aun cuando es una actuación ella la lleva a cabo a la perfección siempre. Cumplir reglas es su ley de vida, pero, en ese momento no tiene como defenderse por lo que sin más remedio solo admite el error y se disculpa claro guardando toda la frustración para sí misma.
  • Me disculpo, quizás mi supervisora olvido darme ese dato tan importante, aun así, sé que no es excusa, en 5 minutos estará lista. – Asegura Coral conteniendo la molestia, aunque el hombre puede notar el pequeño cambio en su voz, sin embargo, no dice nada solo asiente y pasa a sentarse en lo que ella termina.

Coral solo podía maldecir a su supervisora por eso, pues habían estado preparando la operación una semana entera, ya que para esta misión fue todo un reto, el sistema de seguridad de la compañía era uno de los mejores del país, ingresar en el desde fuera era imposible, por lo que tuvieron que buscar una oportunidad para infiltrarse, una tarea que tampoco era sencilla, pues el ingreso solo estaba autorizado para personal de la empresa y quienes tuvieran cita previa, nadie más podría ingresar, así que la única forma fue infiltrarse entre los miembros de la empresa de aseo que tenían contratada, el cual enviaban un equipo tres vez a la semana para dejar todo impecable.

Era por ello que coral había ingresado a la compañía, allí fue mucho más sencillo entrar con su identidad, hoja de vida y experiencias falsas, aunque claro si era muy buena en el trabajo, pues aunque muy pocas personas lo supieran ella sí que lo conocía de primera mano, pero nadie le indico lo de tener listas las salas de reunión tan temprano está segura que lo hicieron a propósito ya que pudo ver que a su supervisora no le agradaba mucho, pero ya se encargaría de ello, por el momento trabajo rápidamente haciendo toda la limpieza del lugar en tiempo récord, eso sí dejando todo a la perfección e impecable, todo ello mientras ese hombre solo estaba concentrado en su computadora, sin importarle mucho la persona que estaba ahí, para el parecía invisible y por alguna razón eso solo aumentaba la molestia de coral.

  • Listo señor, nuevamente me disculpo y me retiro. – Dice ella una vez ha terminado, a lo que Lorenzo no responde solo mueve su mano indicando que salga irritando aún más a Coral que no puede decir nada solo salir de allí.

De solo recordar nuevamente esa escena Coral quiere romper algo, tensión que nota Elías en cuanto entra a su despacho y la encuentra sentada en el mueble con cara de pocos amigos, haciendo que se pregunte que habrá pasado, pues solo estaba enterado de que tenían una misión de reconocimiento, pero según lo que supo todo había salido bien.

  • ¿Pasa algo? – Pregunta con cautela, sabe perfectamente que cuando Coral esta de malas no se aguanta ni ella misma.

Por su parte Lorenzo se encuentra aún en su oficina terminando algunos asuntos, cuando sin querer llega a su mente la imagen de la incompetente mujer que se encontró en la mañana, aunque no le pudo ver el rostro ya que estaba cubierta por un tapabocas, si vio sus profundos ojos negros que por alguna razón despertaron una pequeña curiosidad en él, más aún cuando vio como ese negro se profundizo aún más cuando le recordó las reglas de la compañía, eso le genero una pequeña sonrisa, pues recordó cómo sus puños se cerraron un poco al disculparse, además que en su voz se notaba un tinte de molestia, aun así ella sabía que él tenía razón por lo que tampoco tenía más opciones que admitirlo, eso sin contar con que él es el jefe.




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