Lorenzo conducía a toda velocidad, seguramente se ganaría unas cuantas infracciones, pues en el silencio de la noche, el auto casi volaba por las calles, esquivando a los demás como si estuviera en una carrera a muerte o algo así, mientras que este solo pisaba cada vez más a fondo el acelerador, la razón, una que él no quería analizar en ese momento, ¿para qué?, lo único que sabia era que se había retrasado casi una hora para llegar con ella, aun cuando hizo cuanto estuvo a su alcance para llegar antes. Una parte de él temía que al llegar ya no la iba a encontrar ahí.
Pero contrario a eso cuando entro la vio, sentada tranquilamente donde normalmente él la esperaba, parecía completamente envuelta en sus pensamientos, rodeada de una rara paz que el también siente cuando está allí, por un instante la figura de la mujer allí hizo que su pulso se acelerara, la observo durante un momento cada vez más intrigado por ella, aun cuando no podía ver su rostro, sabía que era una mujer bella, y justo allí sentada en ese lugar donde el aire ondeaba su largo cabello negro la vio hermosa, como un ángel que descendió lo que lo hizo sonreír, no obstante, su conciencia en cuento pudo reaccionar le recordó que ella se acercó a él con un propósito, el cual el debería estar averiguando, pero contrario a ello llevaba todo este tiempo hablando de mil cosas, sonriendo, pareciendo amigos de verdad.
Entonces el sonido de un mensaje a su celular lo distrajo, era un mensaje de Lucas.
Con lo que Lorenzo desvió un poco su atención de la mujer que lo esperaba allí para solo sonreír, pues ahora estaría más cerca de quienes tuvieron la osadía de infiltrarse en su imperio, por lo que rápidamente tecleo y envió un.
Ninguno había roto el contacto visual, por lo que con toda la fuerza de voluntad que logro reunir, Lorenzo fue quien rompió el silencio.
Pronto como lo hacían cada noche sirvieron vino y hablaron de nada en particular, las estrellas, la ciudad, poesía, música, pero nada que pudiera acercarlos a sus propios objetivos.
La noche transcurrió como las otras con risas, con brindis, pero en la mente de cada uno un gran interrogante se gestaba, ¿Qué estás haciendo?, les gritaba la conciencia, pero ambos decidieron ignorarla, pues la otra opción era peor, escucharla y analizar muy bien una respuesta para tan importante pregunta.
*****
Un nuevo día había llegado, Luis llevaba más o menos 20 minutos hablando con Lorenzo sobre la nueva inversión en la que están trabajando, pero este parecía estar solo de cuerpo presente, pues era obvio que su mente estaba muy, pero muy lejos de allí.
Pero curiosamente ha pasado todo lo contrario, pues él se ha percatado como Lorenzo en los últimos días, había estado saliendo a horas de la oficina, es más salía prácticamente corriendo, algo que jamás pasaba, Lorenzo tranquilamente podría pasar la media noche en la oficina, es mas en muchas ocasiones se quedó a dormir allí, entonces estaba seguro que algo estaba sucediendo.
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Editado: 15.08.2025