Lorenzo se acercaba a ella lentamente sin mediar palabra, simplemente la rodeo con sus brazos para acercarla más a él.
Pero en ese punto ya no le importaba mucho todas las defensas que había activado en su momento, es más ya hasta había olvidado que justo ese día había tomado la decisión de nunca más volver a verlo, todo aquello se desdibujo por completo de su razonamiento, de hecho, ninguno de los dos estaba razonando, fue por eso que ella no respondió la pregunta de Lorenzo, al menos no con palabras, pues Coral simplemente se acercó más al punto que sus labios rozaron los de el para pronto fundiesen en un tierno beso, que poco a poco se convirtió en más, mucho más.
Ese momento era algo que Coral había estado deseando secretamente durante demasiado tiempo, qué sentido tendría mentirse ahora, así que simplemente se dejó llevar.
Lo mismo fue para Lorenzo quien estaba sintiendo que estaba tocando el cielo con las manos mientras poco a poco su ropa y la de su compañera quedaba regada desde la sala hasta la habitación del elegante pent-house que para él siempre había sido un lugar vacío, hasta ese momento, donde por primera vez en la vida se sentía completamente pleno.
Ninguno de los dos sabía que pasaría mañana, decidieron solo vivir el ahora, ¿Qué si habría consecuencias?, claro que sí, siempre las hay y ambos lo sabían, pero justo en ese momento nada de eso era realmente importante.
En su debido momento lo resolverían, ¿o no?
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Ya que mientras hablaban sobre sus penas y del viaje de Cristal se les habían pasado las copas, sin que no se dieran cuenta quedando completamente perdidas, pronto Luis llego a recoger a su hermana, habían estado llamando a Lorenzo, pues una vez Mia había perdido parte de su conciencia escuchó las suplicas de su amiga que casi lloraba pidiéndole que lo llamara, pero este no contesto, de hecho su teléfono sonaba apagado, por lo que no tuvieron más opción que llamar a Luis quien se ofreció a llevar a Mia también, pero esta no acepto diciendo que su chofer la llevaría.
Luis y Cristal se quedaron esperando hasta que había llegado el chofer, una vez Luis se cercioró que efectivamente habían llegado por ella se marchó con su hermana que estaba más que inconsciente.
La cuestión es que el hombre para nada era el chofer de Mia, aun así, cuando la escucho al teléfono se pudo percatar que para nada estaba en sus sentidos y temiendo que algo le pudiera pasar, decidió acudir a su llamado, aunque todo el camino se estuvo cuestionando, ¿Qué le importaba a él lo que le pudiera pasar a esa chiquilla?, aunque no obtuvo ninguna respuesta, llego al sitio, encontrándose a una Mia peor de la que se imaginaba.
Ese gesto había paralizado por completo al hombre, tanto que por un segundo que pareció eterno se quedó completamente inmóvil, sintiendo como ella se recostaba en su hombro después de besar su mejilla como si nada, cuando volvió a reaccionar y quiso reclamar la acción, se dio cuenta que Mia se había quedado dormida recostada sobre él.
La impresión fue tanta que no supo que hacer, al final no le quedo más opción que llevarla a un hotel, pues dado el estado de ella no podía simplemente llevarla a su casa, pues no es como si el pidiera simplemente llegar a su puerta y tocar.
En ese punto no sabía qué demonios estaba haciendo, pero tampoco era como que pudiera dejarla allí en ese estado, solo esperaba no meterse en serios problemas por ello.
Pero la vida normalmente no es como la deseamos y si de problemas y consecuencias hablamos, las que estaban a punto de desatarse eran suficientes para equipararlas a una crisis de escala nacional.
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Editado: 07.09.2025