La luz del sol ingresaba por la ventana alumbrando dos figuras en una cama gigante, ambos se abrazaban como si temieran que mientras dormían la personas a su lado simplemente desapareciera y es que en el fondo sabían que eso era algo que más que probable, aun así, ninguno quería en realidad que sucediera, pero, ¿Qué hacer para evitarlo?, las respuestas por ambos lados eran diferentes y desde cada Angulo se deberían hacer sacrificios que probablemente no serían suficientes.
Lorenzo fue el primero en abrir los ojos y encontrarse con que todo lo sucedido la noche anterior no había sido un sueño como había llegado a temer, sino que por el contrario esa hermosa mujer se encontraba allí en su cama, entre sus brazos durmiendo plácidamente.
Por su parte Coral tenía el sueño muy liviano, así que solo fue suficiente que Lorenzo se moviera un poco para despertarla a ella también que abrió los ojos lentamente con un gran conflicto en su mente por un lado deseaba que todo fuera un sueño, de lo contrario estaba en grandes problemas, pero por otro lado deseaba que todo fuera real y para su fortuna o desgracia aun no lo sabemos, lo rea, era muy pero muy real.
Lorenzo que casi podía leer todos los pensamientos que pasaban por la cabeza de Coral con solo ver sus ojos dijo.
Coral no respondió, al menos no con palabras, pero el brillo en sus ojos y su sonrisa le indico a Lorenzo que ella también está de acuerdo, fue por eso que él se levantó primero para tomar una ducha e irse a la cocina para preparar el desayuno a su invitada.
Con lo que Lorenzo no contaba es que, ya que su apartamento permanecía vacío la mayor parte del tiempo, Lucas solo había dejado agua en su refrigerador, café y tostadas en sus estantes, dejándolo así solo con pan y café para su invitada.
Cuando Coral bajo después de haberse duchado se encontró con una escena bastante particular, Lorenzo se encontraba sentado en la barra con dos tazas de café al frente y un plato con tostadas, cuando él se percató de su presencia levanto su mirada dejando ver su expresión avergonzada.
Los ojos de Lorenzo se iluminaron desde que la vieron reír tan naturalmente, pero al escucharla y ver como tomaba la taza de café con gran gusto no pudo evitar que una gran emoción lo llenara.
Mientras tanto en un exclusivo hotel de la ciudad Mia despertaba con un insoportable dolor de cabeza, desorientada pues no recordaba mucho de lo sucedido la noche anterior, lo último que recordaba era a ella y Cristal tomando mientras hablaban de sus últimas acciones y de lo que planeaba, mientras que Cristal la alentaba y le decía como iba a conquistar a Lorenzo.
Pero entonces Mia vio que no se encontraba en ningún espacio conocido esa definitivamente no era su habitación, ni la de Cristal, entonces, ¿Dónde estaba?, se preguntó cada vez más asustada, pronto levanto las sábanas para confirmar que no haya hecho alguna locura que le cueste la vida, pues no se podía olvidar quien era ella, menos quien era su prometido y su futuro suegro.
Un gran suspiro de alivio salió de sus labios cuando confirmo que tenía puesta casi toda su ropa, pues su lujoso abrigo estaba puesto en una silla cercana, pero el alivio fue momentáneo, ¿Cómo había llegado allí?, se preguntó nuevamente, sin poder obtener ninguna respuesta hasta que vio como la puerta de la habitación se abrió y alguien elegantemente vestido entro con su cara tan indiferente como siempre.
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Editado: 04.09.2025