Identidad Oculta

Tormentas

Luis Llevaba exactamente media hora viendo la enorme sonrisa en la cara de su amigo que le aseguraba sin lugar a dudas que estaba más que feliz.

  • Supongo que tu cara tiene todo que ver con tu mujer desconocida. – Comento Luis después de un rato al ver que su amigo no tenía intenciones de contarle nada al respecto o quizás solo quizás estaba esperando a que el preguntara, porque no hizo falta, sino que Luis hablara para que la sonrisa de Lorenzo se extendiera aún más como si eso fuera posible y empezara a hablar.
  • La vi. – Dijo rebosando de alegría.
  • Llevas semanas viéndola. – Dijo Luis rodando los ojos.
  • No. – Negó Lorenzo. – No entiendes, la vi, su rostro. – Explico.

Ganándose toda la atención de su amigo, el sinceramente creía que esa mujer jamás iba a descubrir su rostro ante Lorenzo, por lo que este le había contado, era más que obvio que ella quería ocultar su identidad hasta el final, entonces, ¿Qué había pasado para que cambiara de opinión?

  • ¿Cómo sucedió? – Pregunto completamente interesado, pues sin conocer a la mujer debe admitir que desde que Lorenzo le conto sobre ella se ganó su especial atención.

Ninguna mujer común podría lograr lo que ella hizo, cautivar a Lorenzo Rinaldi.

  • Bueno… Fue por casualidad. – Respondió Lorenzo recordando todo con exactitud, el momento en que ingreso al bar de su amigo con la única intención de verlo y hablar un poco con él para así sacarse de la cabeza que ella había cancelado su encuentro de ese día.

Hasta el instante exacto en que la vio y haciendo caso a lo que desde cualquier otro punto de vista definiría como un hechizo, camino hasta ella hasta estar seguro de que no se trataba de nadie más, era ella. Su Eloísa, aunque no está seguro si ese es nombre real y sinceramente lo duda bastante.

  • ¿Casualidad? – Inquirió Luis incrédulo, para el todo parecía más bien un nuevo plan de la mujer para acercarse más a su objetivo.

Lorenzo entendía la expresión que hizo su amigo al escuchar que había sido casualidad, obviamente no creía que fuera así, de hecho, si las circunstancias hubieran sido diferentes él también lo creería, pero estaba seguro, no había forma de que ella supiera que el estaría en aquel lugar, además la expresión llena de asombro y pánico que había tenido ella cuando lo vio no se podía fingir.

Lorenzo había podido ver cada mini expresión en su rostro y era obvio que lo que estaba sucediendo estaba completamente fuera del control de la mujer, es más está seguro que revelar su rostro sería una jugada que jamás pensó en utilizar, al menos no con él y es que no tenía necesidad, ya que con o sin él antifaz ya lo tenía exactamente donde quería.

  • Se que es increíble. – Expone Lorenzo. – Pero te aseguro sin temor a equivocarme que ella no tenía planeado encontrarse conmigo en ese momento y mucho menos en aquel lugar.
  • ¿Cómo así? – Frunció el ceño Luis, no estaba entendiendo bien como sucedió la casualidad.

Por lo que Lorenzo le conto todo lo sucedido evitando uno que otro detalle, que solo les pertenecía a ellos.

Después de escuchar el relato de su amigo, Luis entendió porque este estaba tan seguro de que no había sido un plan de la mujer, aun así, también determino que efectivamente ella tiene su agenda oculta con Lorenzo.

  • Se lo que estás pensando. – Dijo Lorenzo al ver en la cara de Luis, esa que decía que quería decirle algo muy serio, pero que no sabía cómo hacerlo para no lastimarlo, pero él lo tenía muy claro. – Soy perfectamente consciente de que ella tiene un motivo y que me estoy arriesgando demasiado con esto. – Dijo para levantarse de su silla y pararse frente a la ventana desde donde se podía ver gran parte de la ciudad en una hermosa mañana donde el sol parecía brillar más de lo normal, pero que entre esas nubes ahora despejadas y llenas de luz se escondían también grandes tormentas que podrían desatarse en cualquier momento.

Esa era la vida ese mismo cielo que en ese momento le regalaba una vista hermosa, en cualquier momento se podría oscurecer tanto como para que los trueno y relámpagos cayeran sobre esa misma ciudad, de igual forma que la ciudad no podía evítalos, él tampoco podía evitar todas las tormentas que se arremolinaban en torno a él.

  • Se que es posible que haya caído justamente en la trampa que ella preparo, pero amigo mío quiero correr el riesgo. – Declaro y con eso a Luis no le quedó más remedio que apoyar a su amigo como siempre lo había hecho.

Mas si de tormentas hablamos la que probablemente se acaba de desatar al otro lado de la ciudad, de donde una seria pero segura Coral sale completamente vestida de negro y con su característica mascara, aquella que utiliza para recibir a sus clientes VIP, seguramente va a dejar innumerables damnificados.

Aun así, ella ya dio el paso y por supuesto que no es de las que da marcha atrás.

Hizo su elección, ahora debe afrontar las consecuencias. Que no demoraran en llegar.

  • ¿Por qué tan alterado? – Cuestiona Adela viendo que su socio no ha dejado de caminar de un lujar a otro como León enjaulado.
  • No sé qué movimientos está haciendo Casandra, pero el hombre que tengo vigilándola me dijo que se reunió con unas personas bastante misteriosas y según lo que puedo entender se trata de la líder del Enclave. – Explico el hombre. – No se para que los contrató, aunque me imagino que se trata de Lorenzo. – Especulo. – No quiero que se me adelante.

Esa información le pareció muy interesante a ella y una razón de peso para que ese hombre estuviera así, sin embargo, ella que ya lo conocía bastante bien, sabía que eso no era lo único que lo tenía en ese estado. Pero prefirió no preguntar seguramente tampoco iba a obtener una respuesta por parte de él.

Claro que no se equivocada había algo, más bien alguien que justo en ese momento estaba molestando seriamente al hombre.




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