Luis estaba realmente impresionado por todo lo que estaba conociendo de esa organización que con los años se había posicionado tan bien dentro de la elite de la sociedad, pues ha resuelto más de un problema que los aquejaba.
Luis asintió conforme con la apreciación de Laurel y ya con eso fue suficiente para terminar por acabar con la poca paciencia que le quedaba a Lorenzo.
No lo tuvo que repetir dos veces, Laurel y Luis sabían que ya habían llevado al límite a Lorenzo así que ambos salieron prácticamente corriendo de allí. Mientras que Lorenzo solo negaba por la gran admiración que sentían por una mujer que ni siquiera conocían y que hasta ahora lo único que había hecho era generarle problemas como el proyecto del hospital, además que aún no sabe cómo fue que se filtraron esos documentos y si es que aún tiene a alguien dentro de la empresa que pueda estar confabulando en su contra.
Pensando en ello salió de la sala de juntas para dirigirse a su oficina, solo que al pasar por el lado de una de las empleadas de la limpieza recordó a aquella mujer nuevamente, la mujer con los ojos retadores que lo había logrado impactar desde la primera vez que la vio.
Pero entonces, de pronto así, de la nada un rayo de comprensión atravesó su mente, esos ojos, esos mismos ojos que ahora conoce tan bien, pero no podía ser, ¿o sí?
Alentado por esa posibilidad se acercó a la chica para preguntar.
Ella siguió su camino con tranquilidad sin percatarse del brillo de entendimiento que se extendió en la mirada de Lorenzo, como cuando al fin notas algo que no habías podido ver, algo que siempre estuvo ahí, que no encajaba, un rastro, al parecer esa hermosa mujer después de todo si había dejado una pequeña pista en su perfecta planeación.
Ella siguió su camino con tranquilidad sin percatarse del brillo de entendimiento que se extendió en la mirada de Lorenzo, como cuando al fin notas algo que no habías podido ver, algo que siempre estuvo ahí, que no encajaba, un rastro, al parecer esa hermosa mujer después de todo si había dejado una pequeña pista en su perfecta planeación.
Ella siguió su camino con tranquilidad sin percatarse del brillo de entendimiento que se extendió en la mirada de Lorenzo, como cuando al fin notas algo que no habías podido ver, algo que siempre estuvo ahí, que no encajaba, un rastro, al parecer esa hermosa mujer después de todo si había dejado una pequeña pista en su perfecta fachada.
Sin querer una sonrisa se extendió por su rostro, Lorenzo no sabía muy bien cómo se sentía, por lógica debería estar enojado, mucho de hecho, pues si todo era como sospechaba y la probabilidad de que así fuera era muy alta, esa mujer era en verdadero peligro, uno que se había estado burlando de él desde hacía mucho tiempo, además de un completo enigma, con quien sabe cuántas identidades, aun así, debía admitir que sentía un poco de satisfacción en saber que antes de lo que él pensaba, ella ya estaba presente en su vida, en su empresa, en su mundo, y sin lugar a dudas había llegado hasta su corazón.
A simple vista eran solamente dos personas completamente desconocidas que compartían lugar en el hermoso café. Sin embargo, pronto el hombre fingiendo hablar por teléfono dijo.
Un rato después el hombre termino la bebida que había pedido, realizo su pago y se arco del lugar, para quienes hubieran podido estar observando la escena nada diferente sucedió, sin embrago para cuando la mujer salió del café, llevaba consigo un sobre sellado con una importante información, que si sabía cómo manejar seria su llave para tomar lo que sentía suyo por derecho propio.
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Editado: 04.09.2025