Identidad Oculta

¿Qué sucede?

  • ¿Por qué no me respondiste el teléfono? – Cuestiono Adrián mientras miraba como su prometida parecía raramente ¿desinteresada?
  • Perdóname estaba ocupada con las cosas de la boda, además no siempre me dices que no debería molestarte cuando estás trabajando. – Dijo Mia con una seriedad que no se conocía, la misma que también sorprendió de sobremanera a Adrián, ella jamás había sido tan fría con él, pero por raro que parezca todo parece ser diferente desde que se convirtió en su prometido.

Lo que el desconoce es que Mia justamente el día después de su elegante y perfecto compromiso, donde le había puesto un maravilloso anillo de diamantes en su dedo, había ido a visitarlo en la oficina, ella estaba emocionada por contarle que la diseñadora que quería para su vestido de novia estaba en el país, después de mucho tiempo.

Lo que Mia no sabía era la sorpresa que se llevaría, pues al llegar allí vio como una mujer parecía estar muy cerca de él, solo que ella no la reconoció, pero casi estaba segura de haber visto que se besaban.

El dolor en su corazón fue profundo, pero también fue el clic que necesitaba, ese mismo día tomo una decisión, misma que sin saberlo la llevaría a la aventura más grande de su vida. Aun así, todavía no podía decir nada, debía fingir un poco más hasta tener las suficientes armas en sus manos, pues sabe que lo que librará después de eso será una dura batalla.

Sin embargo, no tiene miedo, pues ahora además de su libertad, desea algo más, una nueva emoción está despertando en su corazón, aunque sabe que eso es un más peligroso que lo que debe enfrentar con Adrián, la familia de él y aún más importante la suya. Esta decidida.

  • ¿Era por eso que estabas así?, porque crees que no te pongo atención. – Sonrió Adrián, interrumpiendo sus profundos pensamientos. – Vamos Mia ya eres adulta, aunque aún no hayas tomado tu puesto como la heredera de los Rinaldi ya no eres una niña amor, debes entender que nuestra agenda es ocupada. – Dijo con condescendencia disfrazada de amor.

Algo que antes Mia no había notado, pero que ahora entendía perfectamente, todas esa criticas disfrazas de concejos, todo era una gran mentira.

  • Ahora lo entiendo. – Dijo Mia con una pequeña sonrisa, claro que ahora entendía muchas cosas, sin embargo, siguió. – Es por eso que últimamente me he dedicado a los detalles de la boda, como debes saber una ceremonia de tal magnitud para nuestras familias requiere de mucha atención. – Dijo, pero su tono sonaba diferente. – Además estuve pensando y creo que tienes razón, Siempre me dijiste que debía enfocarme en cosas más serias. – Dejo caer la última palabra como un recordatorio de las muchas veces que con pequeños comentarios le había dicho que era muy inmadura, al igual que lo acababa de hacer hacia solo un momento. – Así que hablaré con mi padre. Quiero empezar a involucrarme en el negocio familiar.

Él arqueó una ceja, claramente sorprendido. Al hablar con ella no esperaba encontrarse con tal situación, la mujer que tenía al frente en ese momento no se parecía para nada a Mia, la misma que tantas veces había tratado como un adorno elegante para cenas y eventos, pues si había aceptado ese compromiso, no era precisamente porque estuviera enamorado de ella, y no es que no fuera hermosa, porque claro que lo era, pero para él, ella era solo una niña mimada, alguien que siempre estaba detrás de el sin ningún otro propósito en su vida.

Según Adrián lo único valiosos de ella era el poder y dinero de su familia, nada más.

Pero ahora esa misma mujer estaba allí frente a él hablando con ¿seguridad?

  • ¿Así que ahora sí quieres tomar tu puesto y adquirir responsabilidades dignas de tu posición? — Preguntó con un dejo de incredulidad, aun no se lo creía del todo.

Mia sonrió un poco antes de responder

  • Claro que sí, después de todo, quiero ser una esposa que esté a tu altura… ¿no es lo que siempre insinuaste? — Dejo caer con fingida inocencia, con un tono que parecía sumiso, pero que escondía mucho más en él.

Adrián la miro por unos segundos. Estaba seguro que había algo distinto en ella. Pero tan rápido como ese pensamiento llego él lo elimino, no sabía en que estaba pensando se regañó, ¿Quién era ella?, era Mia la chica que había estado enamorada de el por años.

Estaba completamente seguro que la tenía en sus manos y con ella a las familias Rinaldi y Moretti, solo debía eliminar algunos obstáculos de su camino y todo iría de maravilla como siempre lo planeo.

Lo que jamás se imagino es que Mia en ese momento no solo tenía la idea de tomar las riendas de su vida, sino que además sus planes iban mucho más allá, entre ellos acudir a alguien que estaba segura que siempre la ayudaría.

********

  • Así que algo está pasando aquí. – Sonrió la mujer después de leer la información que con mucho esfuerzo le había conseguido su infiltrado. – Oh querida, parece que has cometido un gran error. – Sentencio con una mirada llena de satisfacción, pues ahora tiene un arma lo suficientemente fuerte para atacar y con un poco de suerte ganar de un solo golpe.




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