Identidad Oculta

Piezas del juego

Coral no tuvo que girarse para saber perfectamente a quien pertenecía aquella irritante voz, había pasado un tiempo desde la última vez que había tenido el disgusto de oírla, aquella mujer que en su momento había sido su amiga, pero que con el paso de los años y las luchas internas se habían convertido en eternas enemigas, esa mujer era su némesis, alguien que sin el cuidado necesario podría destruirla o por lo menos intentarlo.

  • Adela querida. – Sonrió Coral girándose hacia ella. Sabía que probablemente esa noche ella también estaría allí, era parte de su plan, aunque no creyó que fuera ella quien diera el primer paso y se acercara, estaban jugando con fuego y lo sabían, un solo paso en falso y todo se iría al trasto.

Este pequeño intercambio no pasó desapercibido para los cercanos y quienes estaban atentos a cada movimiento, pues la mujer que se había acercado a la pareja, había empezado a adquirir importancia en el mundo de los negocios, ella era Adriana Arboleda y era la CEO de ORION, el gran conglomerado que estaba ganando fuerza en el país, sobre todo después de ganar el proyecto del gran hospital central.

  • No esperaba encontrarte aquí esta noche. – Comento Adela con una sonrisa calculada que claramente no llegaba a sus ojos. – Con eso de que prefieres hacer tu trabajo alejada del ojo público. – Dejo caer en lo que parecía aun comentario desinteresado, pero que para buenos entendedores dejaba claro el ataque incurso en él.
  • Bueno, ya lo sabes, hay ocasiones que lo ameritan. – Respondió Coral con calma manteniendo su postura serena.
  • Claro, claro. – Dijo Adela desviando un poco su mirada hacia Lorenzo que permanecía a un lado de Coral sin intervenir solo escuchando la pequeña interacción entra las dos mujeres, con su mente trabajando a millón sin dejarlo ver en la superficie.
  • Presidente Rinaldi, que grata coincidencia. – Dijo ofreciendo su saludo con cierta coquetería que no intentaba ocultar en lo más mínimo.
  • Me parece que no tengo el honor de conocerla, señorita… - Comento Lorenzo manteniendo su rostro inexpresivo.
  • Arboleda. – Completo ella. – Adela Arboleda. – Se presento con una mirada llena de satisfacción. Aunque nunca había visto a esta mujer en persona antes, con la mención de su nombre sabía perfectamente quien era. Aunque ya lo suponía, pero quería estar seguro.
  • CEO de ORION. – Dijo Lorenzo y no era una pregunta.
  • Exacto. – Confirmo ella manteniendo su sonrisa coqueta, para añadir. – Además de alguien muy allegada a su, ¿novia? – Inquirió con una expresión de falsa intriga, pero denotando su diversión.
  • Así es. – Respondió esta vez Coral tomando del brazo a Lorenzo en un gesto cariñoso que denotaba cercanía. – Soy su novia. – Sonrió mirando directo a los ojos de Adela en un gesto calculado, que decía no juegues con mi presa, pero en el cual ella vio algo más, ¿posesión?

Adela sintió que todo se estaba volviendo aún más interesante, era posible que la mujer que había conocido hacia años, la cual no tenía ningún sentimiento por nada ni por nadie, que desde que llego a la organización solo se preocupó por ser la mejor y desarrollar cada misión a la perfección ahora hubiera desarrollado algún tipo de emoción, la sola idea hizo sonreír de verdad a Adela quien comentó.

  • Ya veo. – Dijo al fin. – Pues felicidades a ambos. – Expreso con entusiasmó. Para luego poner una expresión pensativa. – Pero parece que no le has hablado de tus amistades a tu pareja, eso no está bien. – Comento con fingida preocupación. – Las parejas no deben guardarse secretos, eso las destruye. – Expreso con preocupación, poniendo cara de sufrimiento. – ¿No lo cree así también presidente Rinaldi? – Pregunto con inocencia tan falsa que era imposible no notarlo.

Coral quiso hablar, pero fue Lorenzo quien deslizo su brazo por la cintura de ella en un pequeño pero significativo gesto.

  • No lo creo así. – Comento con una pequeña sonrisa mientras su mirada se encontraba con la de Coral, llevando su mano hasta un mechón de su cabello que se había soltado para llevarlo tras su oreja en un gesto íntimo. – Los secretos. – Dijo para volver de nuevo su atención a la mujer frente a ellos. – Son algo que todos tenemos, necesarios e insignificantes en comparación de tener a mi lado a una mujer como ella. – Declaro con certeza absoluta y una sinceridad tan cruda que fue imposible que no llegara a lo más profundo del corazón de Coral.

Un espeso silencio se instaló en el pequeño circulo que los rodeaba, la declaración de Lorenzo había sido tan firme que Adela demoro más de un momento en reaccionar, pero cuando lo hizo una idea en su cabeza empezaba a formarse queriendo confirmar tal afirmación.

  • Claro, el amor, el amor. – Dijo sonriendo mientras tomaba la copa de un mesero que pasaba por allí. – Brindo por el de ustedes. – Sonrió levantando la suya para tomar en un elegante gesto.

Al rededor, la tensión era palpable pero por diferentes razones, por su parte Cristal quería asesinar a alguien allí mismo, la declaración de Lorenzo sumado a la escena que había creado junto a esa mujer la tenían muerta de indignación, mientras que Luis que sabía perfectamente quien era Adela Arboleda y lo que representaba que ella fuera amiga o conocida de la misteriosa mujer que acompañaba a su amigo y de la cual ya no le quedaba la menor duda de que estaba enamorado lo tenía realmente preocupado.

Pero fue la especial atención de Mia hacia la mujer la que llamo la atención de Lorenzo, quien tenía su atención dividida, en varios puntos en ese momento tratando de organizar todas las piezas del puzle en el que esa mujer parecía ser pieza clave

Desde cerca unos ojos perspicaces observaban la escena con genuino interés, desde donde estaba no podía escuchar la conversación y tampoco era como que pudiera acercarse, pero no sabía que pensar de tener a todas estas personas juntas, siendo demasiada casualidad para él. Quien creyó que tenía el juego en su mano, pero al parecer los hilos no estaban precisamente en sus dedos, pero, ¿entonces?, se preguntaba mientras observaba cada movimiento, en ese punto no sabía si al menos él estaba en el juego o sin saberlo ya había perdido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.