En acción, una lucha de poder
- Creí que nuestra cooperación había terminado. – Dijo el hombre mientras se sentaba en su habitual lugar frente a la mujer que lo había estado esperando.
Ella se encontraba allí sentada en un sofá de terciopelo, con un vestido elegante que resaltaba su porte de heredera. Acababa de salir de una reunión muy importante algo que él sabía perfectamente, aunque ella desconociera ese hecho, sin embargo, desde su último encuentro e incluso durante tan importante evento, ella solo pensaba en alguna forma de volver a verlo hasta que durante esa noche la excusa había aparecido justo frente a sus ojos y eso la había enojado y emocionado a partes iguales.
- ¿Siempre se mantiene tan distante con sus clientes o es solo conmigo? – Pregunto ella de pronto haciendo que el hombre tranquilo que había entrado por esa puerta tuviera una reacción, mínima pero perceptible para ella que lo había estado observando con especial cuidado. El sostuvo su mirada, por más tiempo del necesario, pero solo eso fue suficiente, una chispa, pequeña quizás pero suficiente para cambiarlo todo.
Un leve silencio se instaló, por primera vez en la vida ese hombre se había quedado sin palabras ante una chiquilla.
- Si no necesita nada más, me iré, su caso ya ha sido cerrado. – Dijo el hombre con calma para ponerse de pie.
- Envidio su calma ante cualquier situación, me gustaría ser así. – Dijo ella observándolo
- La calma es parte del oficio. – Murmuró el un poco después, pero algo en su tono delató que no era tan inmune como aparentaba.
Ella inclinó la cabeza, estudiándolo con curiosidad, pero decidió que no podía arriesgarse demasiado por lo que comento.
- Su trabajo fue excelente, es por ello que necesito ampliarlo un poco. – Expreso volviendo a su posición.
- ¿Ampliarlo? – Cuestiono el hombre volviendo su atención a la chica.
- Así es. – Respondió ella. – Necesito saber más de la mujer y que esa información les llegue a ciertas personas. – Explico ganándose toda la atención del hombre, pues sin que ella supiera, eso es justamente lo que ellos necesitan.
Mientras tanto esa misma noche una hermosa mujer llegaba a su casa encontrarse son una imagen digna de una escena criminal.
- ¿Qué diablos? – Cuestiono al ver todo destruido, su apartamento estaba completamente hecho un desastre, estaba segura de que no quedaba nada intacto allí y lo peor su hermosa pared blanca está completamente manchada con tinta rojo en una clara amenaza,
DESAPARECE
Una noche donde las fichas del tablero empezaron a moverse, haciendo que los siguientes días se tornaran interesantes para todos, pues esa fiesta dejo varios sentimientos, y algunos no estaban dispuestos a tolerarlos, por lo que decidieron actuar en consecuencia.
- Señora nos siguen. – Indico el chofer quien manejaba tranquilamente hasta que se percató que varios vehículos los seguían a cierta distancia.
Coral quien en ese momento salía del pent-house de Lorenzo observo a los lados confirmando lo que su chofer decía, la estaban siguiendo, pero, ¿Quién? Se pregunto.
Sabía que su asistencia a la fiesta del día anterior llamaría la atención de algunas personas, es más sabe perfectamente que ya debe haber quienes buscan información sobre su identidad, pero, ¿un ataque?, le parece exagerado y muy tonto, alguien no muy inteligente piensa.
- Acelera. – Ordeno con calma.
Pero no era suficiente para perder a quien fuera que la estaba siguiendo, era más que obvio que eran expertos. De pronto en una de las calles uno de los vehículos los obligo a desviar por una de las calles que los llevo hasta un callejón oscuro.
- Mi señora, cuidado. – Indico el hombre dispuesto a buscar su arma. – Pero Coral sabía perfectamente que sin saber exactamente qué estaba pasando o quien era la persona detrás del ataque, ella no podía revelar nada de su identidad.
- Espera. – Ordeno. – No hagas nada hasta que yo te de la señal. – Indico para bajar del auto.
- Mi señora… - Intento detenerla, pero ella lo detuvo rápidamente.
- Obedece. – Dijo sin más y bajo, estaban rodeados, pero ella jamás temió a la muerte, así que salió del vehículo con elegancia.
- Creo que hay un malentendido. – Dijo de cara a uno de los hombres que también había bajado de uno de los vehículos que la seguía.
- No lo creo, señorita Esmeralda. – Dijo el hombre con una mirada peligrosa, Coral se dio cuenta de inmediato que no estaba tratando con cualquiera, eran profesionales y estaban allí solo para entregar un mensaje, lo supo por la postura del hombre y el despliegue táctico que utilizaron, solo querían intimidarla, pero, ¿Quién?
- ¿Quién eres? – Pregunto con un ligero temblor, al saber que su objetivo ese día solo era asustarla, decidió que lo más inteligente era seguirles el juego, eso haría que todo terminara más rápido, en ese momento no tiene tiempo ni ganas de jugar con ellos, pero, primero debía saber quién los envió. – ¿Qué quieres?
- Tranquila. – Dijo el hombre sacando su arma, en un movimiento que buscaba enviar una clara amenaza.
- ¿Qué… que hace? – Pregunto Coral con los ojos cristalizados, apunto de soltar las lágrimas, una actuación digna de un Oscar, tanto que el hombre se lo creyó de inmediato, así que sin más entrego el mensaje.
- Lo mejor es que no olvide su lugar y no pretenda ocupar un puesto que no le corresponde. – Dijo el hombre. – Mi jefa está siendo considerada esta vez, pero no lo será una segunda. – Dijo para acercarse a paso lento a Coral, cada movimiento medido con la intención de generar terror.
- No… no sé de qué habla. – Tartamudeo ella, mostrándose completamente aterrada. Pero por dentro la ira amenazaba con salir
- Es mejor que lo sepa, y no interfiera en una pareja solo por capricho. – Dijo el hombre lo suficientemente cerca para tomar a Coral por el cabello. – Espero que le haya quedado claro. – Declaro el hombre. – No querrá que nos volvamos a encontrar. – Amenazo, para soltarla bruscamente haciendo que Coral perdiera el equilibrio y casi cayera. – Esta advertida. – Finalizo el hombre para darse la vuelta y marcharse seguido por los demás vehículos.