Identidad Oculta

Jaque

  • No te puedo negar que es hermosa. – Expreso Luis con seriedad, mientras se sentaba en la oficina de Lorenzo. – Pero, ¿viste lo que yo vi? – Cuestiono. – Conoce a Adela Arboleda, quien coincidencialmente fue quien se quedó con el proyecto del hospital que perdimos. – Añadió
  • Lo vi. – Respondió Lorenzo con calma. – Así como escuche que ella conoce a tu padre. – Devolvió mirándolo.

Luis dejo salir un pesado suspiro, claro que escucho aquello también, pero su padre ahora está fuera del país y no puede molestarlo por un asunto tan pequeño.

  • También le escuche. – Murmuro. – ¿Quién es esa mujer? – Pregunto queriendo obtener alguna idea por parte de Lorenzo.
  • ¿Qué te puedo decir? – Expreso Lorenzo. – Es una mujer increíble. – Dijo poniéndose de pie quedando frente al gran ventanal de su oficina en IMPERIUM. – y temo que la mujer que amo. – Confeso Lorenzo exponiendo su corazón a la más honestas de las verdades, dejando a Luis sin respuesta, es que, ¿Qué podía decir a eso?, la amaba y ante esa verdad no había nada que se pudiera hacer.
  • Amigo. – Dijo Luis recomponiéndose. – Sabes que pase lo que pase cuentas conmigo. – Le expreso porque así era, sin importar lo que enfrenten el estará ahí, como Lorenzo lo hizo en su momento con él.
  • Gracias. – Fue lo único que dijo Lorenzo, aunque en verdad estaba conmovido y agradecido por la lealtad de su amigo.
  • ¿Qué paso? – Pregunto el hombre llegando a la llamada de la mujer que lo esperaba histérica en su departamento, que justo en ese momento parecía más una zona de guerra.
  • ¿Estas ciego? – Pregunto ella en estado total de ira acumulada.
  • Te calmas. – Dijo el hombre mirándola sorprendido, esa mujer que siempre había sido tan medida, elegante, sin levantar ni un ápice su tono de voz, ahora parecía una mujer completamente fuera de sí.
  • Es muy fácil decirlo, cuando no es tu casa la que está en este estado. – Grito Adela.
  • ¿Quién lo hizo? – Pregunto el hombre entre intrigado y sorprendido por la situación tan irreal, además de las grandes letras en tinta negra de la pared donde está la clara amenaza, es obvio que alguien no quiere volver a saber de ella. – ¿A quién ofendiste? – Cuestiono, por último, pues está claro que acciones como esa no se utilizan por cualquier cosa.
  • Créeme que cuando lo sepa, alguien va a querer no haberse metido conmigo jamás. – Anuncio con una chispa de fuego en sus ojos, para ese momento ya tenía personas averiguando quien era el autor de semejante afrenta.
  • Ayer en la fiesta vi que tuviste una pequeña plática con Lorenzo Rinaldi y su misteriosa acompañante. – Comento el hombre tratando de sacar alguna información adicional sobre la mujer.

Adela que no era tanto sabía perfectamente las intenciones del hombre por lo que se limitó a responder.

  • Es alguien que conocí hace un tiempo. – Dijo. – Pero ella no haría esto, aunque me odie, no es tan tosca, esto sería un insulto a su sentido del buen gusto. – Expreso imaginándose la cara de Coral ante la escena, si algo tenían en común a la hora de actuar era su sutileza, ellas jamás harían escenas tan burdas como esa.
  • Parece que la conoces muy bien. – Expuso el hombre mirándola de reojo con más curiosidad ahora.
  • ¿Estas interesado en ella? – Pregunto con burla Adela, olvidando por un momento el estado de su hogar, que no es como que fuera el único, pero en el tiempo que llevaba viviendo allí le había tomado aprecio.
  • Parece ser alguien muy importante para Lorenzo, por lo tanto, debe serlo para mí también. – Explico. – Ella puede ser una pieza clave para su destrucción. – Añadió con una sonrisa.
  • ¿Qué te hace pensar eso? – Pregunto Adela con una pequeña sonrisa, en el tiempo que llevaba junto a ese hombre había aprendido a conocerlo bien, a leerlo mejor que nadie, así que sabía perfectamente que no era solo eso, Coral había llamado su atención de otra forma, era obvio para ella y no es que le molestara al fin de cuentas su relación solo era laboral y bueno a veces terminaban en la cama sí, pero solo como algo físico, sin ningún sentimiento de por medio.

Ella sabía perfectamente que él tenía muy claros sus objetivos y no cambiaría sus planes por nadie al igual que ella, era por eso que eran los socios perfectos. Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos ante la respuesta del hombre.

  • Por la forma en que Lorenzo la miraba todo el tiempo, sin que el mismo se diera cuenta, su atención estaba en ella, sus movimientos eran sutiles, pero todo el tiempo mantuvo una mano en su cintura en su mano o sobre su pierna, en un claro gesto de protección y ella parecía corresponderle. – Explico el hombre confirmando lo que Adela ya sabía, él la había observado demasiado bien.

Pero en algo ella estaba de acuerdo, desde que había conocido a Coral jamás la había visto ser tan cercana a un objetivo, aun cuando su actuación es de primera, ella también noto que no parecía ser una puesta en escena, eran detalles sutiles, como la pequeña sonrisa que Coral tenía cuando Lorenzo le hablaba o la forma en que sus ojos se iluminaban, por lo que su teoría cobraba más fuerza, ella había roto las reglas, se había involucrado en la misión y esa sería su perdición.

  • Tienes razón ella puede ser la fórmula de su destrucción. – Comento con una sonrisa siniestra, pues si todo salía como había previsto después de su ultimo movimientos las cosas estaban a punto de cambiar y así fue.

Pues justo en ese momento en todos los medios de comunicación del país se extendía la primicia bomba, con el encabezado.

IMPORTANTE MAGNATE DEL PAIS, ES EN REALIDAD ¿UN PELIGROSO ASESINO?

  • Señor tenemos serios problemas.




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