-Bien, bien, no se emocionen. Hoy les voy a presentar un caso y quiero que todos presten suma atención, él - la imagen de un hombre apareció en la pantalla - Su nombre es Ethan Matter trabaja como profesor en una academia de música, su pasatiempo es tocar en un bar y ganó un sorteo de una nueva guitarra gratis.
Todos quedaron en silencio, puesto que nadie veía nada raro en él - ¿Y porque tenemos que investigar sobre él? Parece alguien más corriente que todos nosotros.
Él que estaba al frente suspiro y cambió la foto donde ahora se mostraba al mismo chico solo que este ahora se veía más indiscreto ya que fue tomada de un ángulo él no miraba -Su nombre es Máx Clorwon, asistente de una cafetería de Starbucks, estudiante de universidad de licenciatura. Y ellos - presióno otro boton para cambiar de imagen, solo que ahora habían cuatro imágenes en pantalla - Son Lorcán Seth, Hyperion Lepeus, y los dos que ya conoces, Ethan Mather y Máx Clorwon - fue apuntando a cada uno mientras decía sus respectivos nombres. Las fotos ahora eran más de cerca ya que fueron tomadas o sacadas de una foto de carnet de identidad, pero todos, absolutamente todos eran la misma persona - Ahora ¿Te parece muy normal? Y si lo es dime ¿cuántas identidades tienes tú? Perdoname pero yo solo tengo una. A menos que el tenga cuatro gemelos idénticos no creo que sea fidedigno.
Su tan esperada graduación llegó a la puerta de su casa con más anticipación de la que se esperaba. Dahmer ahora ya estaba graduado como Licenciado en informática, bueno solo faltaba a dichosa fiesta y el viaje al cual Dahmer no asistiría.
Dahmer salió de su casa y contrato un taxi que lo llevara a la fiesta de graduación de su universidad. Mientras se encontraba en el auto miles de recuerdos pasaron por su mente haciéndolo sonreír, dejá vu de los cuales nunca olvidaría.
El taxista al ver lo pensó en lo emocionado e importante que estaría por su graduación, ya que Dahmer se veía como el típico estudiante que se iba a graduar, no era tan difícil para el conductor darse cuenta de ello. Miró por el retrovisor como Dahmer todavía mantenía aquella sonrisa mientras miraba por la ventana, recordó entonces su propia graduacion, lo nervioso que estaba y el alivió que sintió al momento de recibir un papel que para sus ojos era solo un certificado para ya no asistir a clases nunca más. Al recordar todo aquello se dio cuenta de lo viejo que estaba, él se graduó en el 2016 y ese chico se estaba graduando en 2037. En ese momento se dio cuenta que el tiempo pasaba volando, no te das cuenta de cuantas primaveras has visto, de cuántas navidades han pasado y un día te das cuenta que pasaste 21 años en un trabajo que nunca te ayudó a salir adelante, no como querías, los sueños que anhelaba siendo adolescente no los cumplió y no podría cumplirlo. Tenía 40 años y seguía en el mismo lugar que hace 20 años.
¿Cuándo fue que pasaron 21 años y el no se dio cuenta? Recordó cuando encontró ese trabajo, recordó el pensamiento de que sólo serían algunos años hasta encontrar un buen trabajo en la materia que había estudiado 4 largos años. Esos “algunos años” se convirtieron en 21 y él ya estaba listo para su retiro. ¿Cuántos inviernos vivió? ¿Es que no recordaba como contar? ¿Qué pasó con su madre? ¿Su familia? ¿Y sus sueños? ¿Enserio se estaba preguntado eso? Él era dueño de su vida, o no lo era...
Miró sus manos, parecían mas viejas ahora que les ponía atención, algo bronceadas por los rayos del sol, algunas cicatrices se acerban dando a ver que esos 21 años no fueron buenos.
Suspiro, había desperdiciado su vida, y ahora todo se convertía en un vano recuerdo de un viejo decrepito el cual siempre quedaría en el olvido, porque la verdad era, que él no había hecho nada bueno en su vida como para ser admirado, ni nada malo para ser recordado. Por qué si algo sabía es que más te recordarán por ser un hombre que marcó la historia por ser alguien odiado y despreciado.
Recordó el viejo cuento que su padre le decía de niño, aquel que no pudo hacer ni lo podrá hacer. El tiempo a pasado y él se quedó sin fuerzas, sin energía, sin tiempo.
Tenía 13 años cuando oyó a su padre decir que él debía ser un buen árbol, y no lo entendió, con el tiempo logró entenderlo. Un buen árbol, aquel que da una buena sombra, que da frutos a pesar de ser viejo todavía tenía una buena sombra para que las personas pudieran ir con él. Alguien en la vida tenía que ser un buen árbol, que a pesar de los años siga dando fruta y sombra, para que los más jóvenes lo sigan e igualen su sombra.
Él no era una buena sombra, nadie debería igualar su sombra, nadie debería seguir sus pasos. Pero no importa lo que él pensara, a nadie le importaría porque él no era nadie relevante.
Solo un simple taxista.
-Llegamos.
Dahmer bajo del auto y se dirigió a la entrada de su universidad después de pagar. Como era de suponer todos vestían muy bien, las chicas con un gran y hermoso vestido, de diferentes colores, texturas, tamaños y modelos, los chicos de traje negro, otro de traje blanco e incluso amarillos o dorados, de diferentes colores pero el mismo modelo. Era interesante si te lo replanteabas bien.
Dahmer tenía un traje más clásico y sin llamar para nada la atención, un traje negro y debajo una camisa blanca, la única diferencia que hacía en los demás es que él llevaba corbata mientras los otros llevaban moño.
A Dahmer nunca le gustó llevar moño como conjunto a su vestimenta y aunque ese no era el estilo que se debía utilizar para una fiesta de graduación, a Dahmer no le importaba en absoluto.
La moda era relativa, al igual que la belleza o lo bueno y lo malo. Puedes verlo de la forma en la que quieras, no importa lo que sea, es la forma en la que lo vean. Y a Dahmer le gustaba su vestimenta y él la veía bien y al quien no le gustara bien podría joder se.