(¿Me ha visto? ¿Está tratando de decir algo?)
Ieyasu- Es... pada...
(¿Está tratando de decir espada?)
Rápidamente me giré para mirar a Mitsuhide. Sin decir una palabra, me entregó una espada corta.
(Bien. Si tengo cuidado, este agujero es lo suficientemente grande para que pueda pasar mi brazo. Y si puedo hacer que la espada llegue a las manos de Ieyasu, ¡será capaz de liberarse!)
Deslicé la espada fuera de su vaina tranquilamente y envolví un trapo alrededor de la hoja para poder agarrarla. Aguantando la respiración, metí mi brazo en el agujero.
(Sólo un poco más...)
Cuando me estiré todo lo que pude, sentí la empuñadura de la espada chocar con sus manos.
(¡Sí! ¡La tiene!)
Cuando empecé a tirar de mi mano hacia atrás, escuché el sonido de cuerdas siendo cortadas.
Enemigo- ¿Hm? Ieyasu, ¿qué estás...?
Nobunaga- Vamos a movernos.
Tan pronto como Nobunaga susurró su orden, Mitsuhide se dirigió hacia la entrada. Escuché el sonido de la puerta siendo pateada y a nuestros hombres gritando mientras cargaban dentro.
(¡Wow, eso fue rápido!)
Mitsuhide- ¡MC, quédate donde estás!
MC- ¡Entendido!
Me asomé por el agujero para ver a los hombres de Oda entrando en la cabaña.
Mitsuhide- ¡Suelten sus armas!
Nobunaga- Estamos aquí por ese hombre.
Enemigo 1- ¿Qué? Pero tú eres...
Enemigo 2- ¡Mataré a Ieyasu antes de entregárselo a usted!
En cuanto el enemigo terminó de hablar, oí un golpe cuando el hombre cayó al suelo. Y detrás del hombre caído estaba...
Ieyasu- ¿A quién vas a matar?
Con los ojos cansados e inyectados en sangre, Ieyasu se puso en pie con la espada corta en la mano.
(¡Ieyasu está bien!)
Enemigo 2- ¡Maldito seas!
El hombre que leyasu había cortado gimió a sus pies.
Ieyasu- ¡Silencio!
Una rápida patada en la cabeza del hombre le dejó inconsciente.
(¡Uf! Eso tuvo que doler. Suele ser tan tranquilo y distante, nunca había visto a Ieyasu así antes. Es como una persona completamente diferente.)
Los ojos de Ieyasu brillaban con rabia para igualar el brillo de la punta de su espada.
Nobunaga- Me alegro de tenerte de vuelta, leyasu.
Ieyasu- Sí. Siento haber fallado en mi misión.
Con una voz dura y monótona, Ieyasu ajustó la empuñadura de su espada.
Nobunaga- ¡Espero que no pienses que te librarás fácilmente después de atacar a uno de mis hombres!
Enemigo- ¡No puedo creer que Nobunaga haya venido en persona! ¡Retirada! ¡Retirada!
Los enemigos se replegaron y salieron corriendo hacia la puerta destrozada.
(Uh-oh, ¡mejor me mantengo fuera de su camino!)
Me retiré de la mirilla y me escondí en la hierba alta. El sonido de las espadas chocando entre sí resonó a través del oscuro bosque.
Mitsuhide- No dejen que ninguno de ellos escape... los quiero vivos. Tengo una montaña de preguntas para este grupo.
Soldado- ¡Si, señor!
Cualquier enemigo que lograba salir de la choza era detenido rápidamente por los miembros del escuadrón de rescate.
Ieyasu- ¡No pueden escapar!
Enemigo 3- ¡Augh!
(¡No puedo creer que Ieyasu tenga tanta energía!)
leyasu estaba derribando enemigos y capturándolos como si tuviera una salud perfecta.
(Tiene una mirada aterradora en sus ojos. ¿Es esto lo que llaman sed de sangre?)
Mis nervios y mi miedo se entumecieron al ver la intensa batalla que se estaba desarrollando. De repente, un hombre se estrelló contra la maleza donde yo estaba escondida.
Ronin- Tú eres... ¡¿La concubina de Nobunaga?!
(¡Es el mismo ronin que me atacó antes!)
Con una espada en la mano, el hombre se dirigió lentamente hacia mí.
Ronin- Fuiste una tonta al seguir a tu hombre hasta aquí. Parece que tu hora ha llegado finalmente. ¡Si tengo que ir al inframundo, me llevaré al menos a uno de ustedes conmigo!
Los ojos que se asomaban de su rostro envuelto en una pañoleta se contorsionaron en la desesperación y la locura.
(¡Está completamente loco!)
La luz de la luna brillaba en su espada mientras la levantaba por encima de su cabeza. Intenté retroceder, pero un grupo de árboles me tenía atrapada.
(¡Si tan sólo tuviera un arco! ¿De qué sirve todo ese entrenamiento sin uno?)
Mientras buscaba frenéticamente algún otro medio de escape...
Ieyasu- ¡MC!
El sonido del choque del acero sonó en el aire, y capté el movimiento de un abrigo amarillo por el rabillo del ojo.
Ieyasu- ¡Deja a la mujer fuera de esto!
MC- ¡Ieyasu!
Ieyasu se había puesto delante de mí, recibiendo la katana del ronin con la suya. Los hombros del ronin temblaban de rabia mientras miraba a Ieyasu.
Ronin- ¡Maldito seas, Ieyasu! ¡Traidor de Mikawa!
Los hombros de Ieyasu se movieron como si se hubiera sorprendido.
(¿Qué significaban las palabras del ronin?)
Ieyasu- No me digas que estás con...
Ronin- ¡Pagarás tu crimen con tu vida!
Al cortar a Ieyasu, el ronin saltó hacia atrás y preparó su espada de nuevo.
Ieyasu- Grr...
Ieyasu bloqueó y detuvo el ataque.
Ieyasu- ¡No sabes de qué estás hablando!
Ronin- Urgh...ahh!
Antes de que el hombre pudiera volver a bajar su espada, Ieyasu deslizó su espada corta a lo largo del torso del ronin. La espada del ronin se le cayó de las manos al caer al suelo con un fuerte golpe.
Ronin- Má-tame...