Ieyasu Tokugawa

ROMANTIC ROUTE - CAPITULO 12 (1-5)

Ieyasu- ¿Acaso no sabes qué hacer en un momento como éste?

Con sus mejillas rosadas, Ieyasu me mostró una sonrisa seductora.

(Sí, sé qué hacer, pero...)

Le devolví la sonrisa de manera burlona.

MC- ¿Qué harías si te dijera que no lo sé?

Ieyasu- Entonces tendría que enseñarte. Haces esto...

Ieyasu me dio un ligero beso en mi párpado y dejé que mis ojos se cerraran.

(Eso está bien.)

Me levantó suavemente la barbilla, esta vez colocando un beso en mis labios.

MC- Mm...

Recorrió mi labio inferior con la punta de su lengua, sacando un profundo gemido de mi garganta.

MC- Ng...ah...

Su lengua me abrió la boca y me hizo sentir que me estaba derritiendo.

(Creo que hay algo malo en mí. ¿Cómo puede un simple beso hacerme sentir tan bien?)

Una pulsación en la boca del estómago hizo que mi cuerpo sintiera más calor.

MC- Ieyasu...

Susurré su nombre entre besos.

Ieyasu- Shh...

(¿Hm? ¡No te detengas!)

Me dio un último beso en los labios y luego dejó que su frente se apoyara en la mía.

Ieyasu- Este es un campamento pequeño.La gente puede oír, así que tienes que estar callada.

MC- Sí, está bien.

Ieyasu- Pero en realidad, me gustaría poder escuchar más tu voz.

Un ceño fruncido de decepción llegó a sus labios mientras suspiraba.

(Sí, desearía que pudiéramos ceder a nuestros deseos sin preocuparnos por nadie más.)

El calor en mi cuerpo estaba atrapado sin salida, llenándome de una agonía agridulce.

MC- Quiero que tú también me toques. Sé que no podemos, pero...

Ieyasu- Sí, realmente no podemos. Si empezara a tocarte, no sería capaz de contenerme. Y no quiero que nadie más te oiga gemir así.

A pesar de sus palabras, Ieyasu me acercó aún más.

(Mi necesidad de él es demasiado fuerte... ¡no puedo manejar esto!)

El fuego continuó creciendo dentro de mí hasta que sentí que no podía respirar.

MC- No deberías abrazarme así, no puedo resistirlo.

Ieyasu- Lo sé. Yo tampoco puedo resistime.

No quisimos separarnos. Metí mis dedos entre el suave cabello de Ieyasu y tiré de su cabeza contra mi pecho. El suspiro de necesidad de Ieyasu me hizo cosquillas en la piel mientras me pellizcaba juguetonamente la clavícula.

MC- Mm, es demasiado...

Ieyasu- Te dije que no podemos.

MC- YO te lo dije.

El anhelo era evidente en nuestras voces incluso cuando nos quejábamos mutuamente.

(Realmente no deberíamos estar haciendo esto.)

La guerra comenzará de nuevo mañana. Si nos tocamos y nos besamos ahora, entonces estar separados será mucho más difícil.)

(Pero si no lo hacemos ahora, ¿cuándo tendremos otra oportunidad?)

MC- Quiero quedarme así hasta la mañana.

Ieyasu- Yo también.

MC- Sé que no podemos hacer nada más, pero...

Ieyasu- ¿Sí...?

MC- Sólo quiero quedarme en tus brazos, Ieyasu.

Ieyasu- Sí. Eso es lo que yo también quiero.

leyasu me abrazó más fuerte, haciéndome sentir tan segura y cálida. Se sentía como si estuviera calentando no sólo mi cuerpo, sino mi propia existencia.

(Realmente te amo. Eres tan especial para mí, que apenas puedo contenerme.)

Sin otra opción que mantener nuestro deseo febril dentro, nos fuimos a dormir encerrados en los brazos del otro. Compartiendo el calor corporal que sabíamos que podía perderse en cualquier momento. Expresando nuestro amor por el otro sin palabras.

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Mitsunari- Ten cuidado en tu viaje, MC.

MC- Tú también, Mitsunari.

Al amanecer, las fuerzas conjuntas de Oda-Uesugi llenaron el campamento y se prepararon para marchar. Mientras tanto, me preparé para volver a Azuchi con una pequeña escolta.

(Masamune envió un mensaje diciendo que Kennyo también está reuniendo sus fuerzas. Ahora que el clan Uesugi también está tras él, Kennyo no tiene ninguna posibilidad. Parece que planea reunir todas sus fuerzas y salir en una llamarada de honor.)

MC- ¿Qué tan grande crees que es el ejército de Kennyo?

Mitsunari- Masamune estima que 5.000 hombres. Eso no es mucho, pero... Las bestias son más peligrosas cuando están preparadas para morir. No tienen nada que perder, así que pueden intentar algunas tácticas suicidas.

Las inquietantes palabras de Mitsunari pesaron mucho en mi mente.

(Si no tienen cuidado, luchar contra Kennyo podría ser más peligroso que luchar contra Kenshin.)

Mitsunari- Aún así, no tendremos ningún problema.

MC- ¿En serio?

Mitsunari- MC, ¿no lo sabes? Somos muy fuertes. Los más fuertes de todo Japón.

Mitsunari me mostró una sonrisa suave y reconfortante. Sus ojos se llenaron de confianza.

MC- Sí, por supuesto.

Yo también asentí con una nueva confianza. Dirigí mi mirada a la cabeza de la columna. Nobunaga estaba sentado sobre su semental negro, mientras que Kenshin montaba uno blanco. Ellos también exudaban una confianza total mientras escudriñaban tranquilamente sus fuerzas. Vi a Sasuke junto al caballo de Kenshin. Tenía una expresión que nunca había visto en él antes. El rostro severo y resuelto de un hombre que va a la guerra. De hecho, todos en el ejército tenían sus guardias levantadas, ya en alerta máxima antes de que la lucha comenzara.

(Buena suerte, chicos. Y vuelvan a casa a salvo.)

Ieyasu- Estamos listos. Es hora de marchar, Mitsunari.




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