Igual a mi reflejo.

Igual a mi reflejo.

¡¡Muérete!!, ¡¡regresa por donde llegaste!! ¡Me das asco! Un día mas esas frases me despertaban de una pesadilla mental para pasar a mi pesadilla real , la voz de mi madre me apuraba para encaminarnos a ese lugar que se volvió oscuro para mi "La escuela" ahí llegaba otro intento fallido de enfermedad para no asistir , la cara y voz de mi madre cambiaba por las cejas diagonales y gritos ensordecedores , como me gustaría conversar con ella o contarle a algún compañero este sufrimiento, pero no, no hay nadie , todos viven al parecer en un mundo al cual quizás no pertenezco.

Al salir de la casa tomaba la mano de mi madre, ella me la sacaba diciendo ya no tienes 5 años, claro ella sabia que no tengo esa edad pero no que sentía ese mismo miedo de entrar por esas puertas y alejarme de ella por largas horas. Al llegar a la puerta de entrada, siempre los susurros de las madres eran por la mía, yo sabia que al cruzar esa puerta todo iba a ser igual para mi.

¡IDIOTA! ¡REGRESA A TU CHACRA! Era el recibimiento de compañeros al salón, al comenzar la clase llegaban esas bolas de papel a mi cabeza , las burlas a mis oídos, las patadas a mi asiento , los recreos la pasaba solo pues si alguien se acercaba era solo para tirarme cosas o lanzarme algún insulto. Al sonar el ultimo timbre del día, era el momento de recorrer ese camino lleno de humillaciones y desprecio, pues era el momento de volver a casa y asi fue mi rutina durante largos meses.

En casa siempre prevaleció el silencio y la soledad, mientras extrañaba jugar con ese amigo que no le importaba mi forma de ser o de vestir, aquel que moviendo la cola me decía que estaba feliz de mi llegada. Pensaba también en soluciones a mi problema, solo mirándome al espejo siempre eran las mismas preguntas - ¿Por qué no me aceptan? ¿Sera mi tez morena? ¿Será el lugar de donde vengo? ¿será mi rostro? ¿Mi cuerpo?. Si yo era como todos, no sabia porque no me querían ahí con ellos.

Pasaron días y meses, no conseguía dar solución a mi problema que cada vez se hacia mas grande, en ocasiones me tocaba llegar a casa cubierto de harina con huevo y no por ser mi cumpleaños , llegar con el pantalón cubierto de arena o con chicles pegados , cansado de todo busque soluciones , regresar a mi tierra era imposible , aunque preferiría mil veces morir de hambre que de desprecio , agobiar a mi madre con mi problema tampoco , suficiente tenia la pobre trabajando día y noche para darme de comer, estaba solo en esto y solo tenia que salir.

Una vez mas mirándome al espejo pude darme cuenta que soy igual al resto, tengo rostro, manos y pies, puedo pensar, puedo sentir, yo sabia que era hora de luchar contra todo, de demostrar que todos somos iguales, que había llegado el momento que sepan que esto no se debe repetir con nadie mas. Hubiera sido muy lindo haberlo logrado, lamentablemente la soga ya rodeaba mi cuello y no había marcha atrás.

 



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En el texto hay: discriminacion, trizteza, sufriento

Editado: 27.09.2019

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