Tessa Pimenova
- Tessa te pido que recapacites... - volvió a hablar Tara mientras observaba como guardaba todo en la única maleta que tenía - Creo que estas cometiendo una locura...
No era una locura. Estaba harta de que la gente tuviera la confianza suficiente como para meterse en mi vida, hacerme daño y después excusarlo cuando veían que me molestaba.
Consideraba a Tara como mi mejor amiga ya que prácticamente había crecido conmigo. Habíamos pasado tantos momentos juntas que me sorprendía que se hubiera posicionado en el lado de mis padres cuando ella mas que nadie, sabia el daño que me habían hecho.
Acabábamos de llegar del viaje y ya estaba recogiendo todas mis cosas dispuesta a irme para no volver a esa habitación.
Había firmado los papeles asegurando que dejaría de vivir ahí y ya estaba todo listo para que me fuera.
Tara al principio no me creía, pero cuando vio que la directora de la residencia me dejó en la misma puerta de la habitación comenzó a creerselo
- Te he pedido perdón por lo menos cuatro mil veces, Tessa - volvió a hablar enfadándome aún más - No fue mi intención decir ese tipo de cosas...
Pero lo dijiste. Lo dijiste y me hiciste daño, quise decir. Pero sabia que ha estas alturas lo mejor era ignorarla como ella había hecho conmigo en todo el viaje.
Se había sentado con una chica de su clase y me había ignorado totalmente, mandándome a la mierda.
Ahora que se joda.
- Tessa - me llamó exigiendo mi atención. Seguí ignorándola y ella al igual que yo, se enfadó - ¿Sabes que te digo? Que te den por el culo. No iré detrás tuya como una perrita faldera para que me perdones como tú haces con tus padres.
Y volvemos al mismo tema de siempre. Deje de doblar unos pantalones y la encaré. Estaba enfadada, pero yo lo estaba aún mas.
Pero aun así me mordí la lengua y solamente la miré, retándola con la mirada.
Jamás pensé que me iba a enfadar con ella de esta forma. Siempre habíamos sido unidas, siempre me había entendido. No me podía explicar su comportamiento ahora, no sabia como tomármelo.
Claro que me dolía, me dolía muchísimo, y más de lo que le dolía a ella, eso era visible verlo.
- Me parece muy bien que te quieras largar de aquí - gritó, elevando los brazos - Pero lo que no te voy a permitir es que metas tierra entre Ted y yo.
Jamás había querido una cosa así. Si algo entendía a la perfección era que Ted se seguía llevando bien con ella, y yo lo respetaba. No quería meter mierda entre los dos. Jamás lo había querido.
Pero aún así mantuve la boca cerrada mientras seguía guardando la poca ropa que quedaba en la gran maleta que estaba encima de la cama donde había dormido sólo dos semanas.
Hacia mucho tiempo que algo entre nosotras había pasado. Antes nos la pasábamos riendo, y haciendo gilipolleces. Algo había ocurrido para que eso dejara de ser así. Algo había pasado y no sabia el qué.
El móvil que el amable Ted me había dejado sonó, pero no me paré a observarlo hasta que volvió a sonar. Suspirando, lo cogí y lo desbloqueé.
Este móvil era el antiguo que había tenido Ted. Y me lo había prestado ya que el mío sufrió un infarto del frío, y estaba sin teléfono.
Abrí la aplicación de Whatsapp y me encontré con varias conversaciones. Además, me habían metido en un nuevo grupo que por lo que pude observar eran de los chicos que vivían en la mansión donde ahora viviría.
Mansión Playboy
Thomas te ha añadido
Roy: Ahora el nombre lo tendremos que cambiar. 12:09
Neil: Me niego rotundamente. 12:09
Jaden: Estáis muy pesados esta mañana. 12:10
Jaden: ¿A quién habéis añadido? ¿Os tengo que recordar que solo estamos los que vivimos aquí? 12:11
Roy: Deja de tocar los huevos, tío 12:12
Thomas: ¿Nadie le ha avisado? 12:13
Jaden: ¿Avisarme de que, gilipollas? 12:13
Gabriel: Con mi hermano te vas relajando, imbécil. 12:14
Roy: No comencemos de nuevo, por favor. Ya me ha costado separaros esta mañana 12:15
Thomas a añadido a Teddy SoplaPollas
Jaden: ¿Y ahora este? ¿Que coño pasa aquí? 12:16