Tessa Pimenova
El coche al fin paró. Llevábamos más de cinco horas de viaje y solamente habíamos parado dos veces.
Mi vejiga iba a explotar. Ted al darse cuenta se estuvo riendo de mi durante todo el viaje, descojonandose.
Conducía Gabriel uno d ellos coches, donde íbamos a Ted y yo, por decisión del conductor. También nos acompañaba Thomas, que hacia bromas con su hermano.
En el otro coche iban los demás, se mantenían detrás nuestra para no perdernos. También habían hecho una pequeña carrera en la autovía, haciéndonos gritar.
Pero por lo demás, había sido un viaje tranquilo y agotador.
— La habitación que utilizareis está subiendo las escaleras en el segundo pasillo a la derecha. Hay dos habitaciones, poneros de acuerdo —informó Gabriel bajando del coche, suspirando por el viaje —
Le imite y baje para ver la casa donde nos hospedararíamos unos cuantos días. Abrí mi boca al ver todos los ventanales que tenía la casa.
¡No podría andar desnuda ni aún que quisiera! ¡Le enseñaría el toto hasta a un hombre que estuviera dándole un paseo a su perro!
La casa, tenía que reconocer, que era preciosa. Estaba recién pintada, y si no lo estaba, lo parecía. Y las ventanas cubrían las paredes en casi todas partes. Parecía la casa de ensueño de la barbie.
Mi casa era grande, pero nada comparada con esta maravilla.
— ¿Les parece que vayamos a acomodar todo esto y pasemos la tarde en la piscina? — preguntó Jaden esperando a que Gabriel diera el paso para abrir la puerta de la casa—
Este seguía mirando la casa, perdido en sus pensamientos. Por un momento puso una mueca en su cara, descontento por algo, llamando la atención de su hermano que se posicionó a su lado para intentar volverle a traer al mundo.
Este pego un pequeño saltito volviendo en sí, y comenzó a avanzar con sus maletas y la mía en sus brazos.
Espera, ¿desde cuando tenía mi maleta?
Rápidamente me acerque y le quite de malas maneras la maleta de sus manos. Sacándole la lengua. Este sonrió y sacó las llaves de su bolsillo delantero.
Abrió la puerta y más o menos se veía lo que ya había visto a través de las ventanas. Todos los muebles eran blancos, y relucientes, limpios.
Estaba todo en perfecto estado.
Lo primero que se veía era el salón que estaba acompañada con un gran sofá que recorría todo el salón con una televisión demasiado grande para mi gusto.
Esto parecía más un cine que una casa, la verdad.
Después a la derecha había unas escaleras que seguramente llegaba a la planta de arriba (obviamente).
Ted gritó y comenzó a recorrer la casa contentísimo por lo que estaba viendo.
Seguramente petaría el instahistories de la casa.
— Bueno, antes de que se me olvide y empiece a gastarme los megas... —Como lo conocía, no podía estar sin contar lo que estaba haciendo al instahistories —Necesito que me digas la clave del WiFi.
Gabriel sonrió y sacó su teléfono. Abriendo la aplicación de instahistories y haciéndole un boomerang a mi amigo, que veía la casa maravillado.
— Así se quedó cuando me pillo en el baño mientras me estaba duchando —dijo mientras escribía en el teléfono, haciéndonos reír a todos menos a mi mejor amigo que no lo entendía. Cuando subió la foto, volvió a prestarle atención — La contraseña del WiFi es jadenselacomeaunperro todo en minuscula y junto.
Después de que mi mejor amigo se burlara por décima vez de la contraseña del WiFi subimos a las habitaciones, para poder acomodarnos.
Precisamente yo había elegido la habitación de la derecha, enfrente de Ted, que era la única de las dos que tenía cuarto de baño.
Lo siento cariño, pero yo era más importante que tu.
A quien quería engañar.
Estuve rebuscando por toda la maleta casi media hora para buscar el bañador que había traído. Era negro, pero y tenía algunas aberturas en los laterales haciéndolo más sexy de lo que era.
Tenía mi panza que también era importante, pero afortunadamente el bañador la tapaba lo justo.
Tampoco estaba avergonzada de mi cuerpo, seamos sinceros. Me encantaba la comida. Más bien, adoraba la comida. Era la única obsesión que tenía.
Por ejemplo, otra persona puede tenerle devoción a las drogas, lo mío era la comida.
Y no había más que hablar.
Volviendo al tema. Si, la verdad es que estaba rellenita. ¿Pero que pasa? Comía cuando quería y lo que me apetecía. Prefiero morir habiendo disfrutado todo lo que los dioses me habian puesto por el camino.
Yes.
— Tessa —me llamó mi mejor amigo, tocando la puerta, impaciente — Ya todos están en la piscina, ¿no piensas salir?
— Estaba buscando el bañador, gilipollas — Le insulté abriendo la puerta para bajar a la piscina — Vamos.
MI mejor amigo llevaba un bañador negro bastante corto. Seguramente para tomar el sol para que no le quedara marcas.
Por que si, mi mejor amigo utilizaba pantalones de chica en verano.
Exactamente.
Lo he dicho.
Cuando llegamos me encontré con un panorama bastante extraño.
Jaden y Roy estaban en una hamaca tomando el sol como dos viejos aburridos, mientras que Travis, Thomas, Neil y Gabriel estaban en la piscina tirándose espuma.
¿Espuma?
— ¿De donde cojones habéis sacado la espuma? —gritó mi mejor amigo horrorizado. La espuma había llegado hasta mis pies. Hasta la puta casa —
— Neil se ha duchado aquí —gritó Thomas como respuesta, mientras le hacía una hogadilla a Neil que intentaba salir casi muerto — Le estamos castigando por eso.
Neil gritó llamando la atención de todos y comenzó a pegar a Thomas con rabia. Este soltó una carcajada y cogió sus brazos como si nada, como si Neil no tuviera nada de fuerza.
Sin pensármelo mucho más, me tire a la piscina empujando a Gabriel con mi caída, sumergiéndolo conmigo.
Este me agarró de la cintura y nos impulsó hacia arriba, cogiendo aire.
— Te debo una hogadilla —soltó este, separando sus dedos de mo cintura y cogiendo espacio entre nosotros — Me las pagarás, pequeña rata.
— ¿Me acabas de llamar pequeña rata, engendro del mal? —grité empujandolo con mis piernas, haciéndolo reír — Te meteré la hostia que no te ha metido el papa en tu vida.
— ¡Las manos quietas, Gabriel! — chilló Jaden desde la otra punta, levantándose de la hamaca para meterse con nosotros en la piscina — No quiero tocamientos.
Gabriel murmuró algo y se separo de mi. Cosa que me extrañó, ya que si algo le molestaba más que le mintieran era que le dieran órdenes.
Igualmente hice lo mismo que él, si no me quería a su lado tenia que aceptarlo. Y hacer mi camino.
Que coño estaba diciendo...
SI solo eramos amigos.
×××
La atardecer había pintado toda la casa, dándole un aspecto acogedor. Yo por mi parte, había decidido dar un paseo por la montaña.
Mientras los demás se habían quedado haciendo la cena. Ted, seguramente estaría haciendo su ensalada tan especial. Era su plato favorito, y así se podía tirar semanas. Comiendo siempre lo mismo.
Aspire profundamente. Mis padres habían llamado varias veces a Ted preguntando por la razón por la cual no estaban cobrando al mes la residencia.
Y Ted le había dicho que había abandonado la universidad.
Y ahora me estaban buscando.
— ¿Tierra llamando a Tessa? — soltó alguien un poco confuso — La cena ya está lista.
— Ahora voy, no te preocupes — dije dándome la vuelta. Me encontré con los ojos de Gabriel que me miraba atentamente — ¿Que pasa?
— Nada, ¿que iba a pasar?
— Me miras raro — solté haciéndole reír — ¿Tengo un moco o que?
— Te miro porque eres preciosa y ya esta.
Me sorprendió su manera de decirlo. Fue tan directo, tan él... Pero aún así había cosas que no podían pasar.
Red apareció en mi campo de visión hablando com Thomas, dando un paseo.
Que cosa más rara.
— ¿Te han llamado tus padres? —cuestionó Gabriel poniéndose a mí lado, mientras observabamos las vistas — No tienes muy buena cara...
— Han llamado a Ted, pero solamente preguntaron porque no están cobrándose las facturas — solté suspirando — Es algo de lo que me tengo que acostumbrar...
— No merecen a la hija que tienen — decidió en silencio,mirando hacia a la nada — Más o menos como mis padres a Thomas.
— ¿Que ocurre con Thomas?
Sé que había sonado algo alarmada. Pero no podía evitarlo. Thomas se había convertido en alguien bastante importante para mí. Era una persona bastante callada pero que con una mirada te decía todo lo que estaba sintiendo en ese momento.
Gabriel suspiró sin poderme dar ninguna respuesta. Intenté persuadirlo, pero de mis labios no salía nada.
Suspiré derrotada.
¿Qué cojones estaba pasando?
— Es algo que no me concierne decir a mi, Tessa — soltó de golpe, dejándome de piedra — Solo te digo que nosotros no estamos viviendo en esa mierda de universidad por obligación. Estamos porque queríamos huir de todo lo que teníamos encima.
Y sin más..se fue
¿Que estaba pasando?
¿Por qué huían?