I'm Better Than You

Capítulo 19

La comida había pasado sin ningún percance. La única novedad que tuvimos más o menos, fue cuando Neil se tiró un eructo que hizo retumbar toda la puta casa. Sí, quizás estaba exagerando un poco, pero de verdad que a mi al menos me había sorprendido bastante.
Gabriel no se volvió a acercar a mi en toda la maldita tarde, y eso no me gustaba un pelo. Siempre estaba a mi lado simplemente para molestar, ahora el único que estaba cada vez que me daba la vuelta era Jaden.
Pero oye, que no me quejaba, pero me molestaba un poco que pasara de mi de esa manera tan fea.
Ted llamando a Tessa a la tierra – bramó mi mejor amigo tirándome un cojín que reposaba en el sofá que tenia enfrente - ¿Qué cojones te pasa, Tessa?
Mi madre me llamó, Teddy – solté dejándolo bastante sorprendido, este se levantó y se acomodó a mi lado, esperando a que le contara algo que no tenía muchas ganas de contar – 
¿Qué te ha dicho? – Cuestionó en voz baja, con miedo a que los demás se enterasen de nuestra conversación - ¿Tu abuela se ha chivado?

Los demás se mantenían jugando a la play cuatro que por arte de magia había aparecido en la habitación de Neil.
Al parecer había preferido traerse la videoconsola antes que traerse ropa interior para cambiarse. O eso pensaba yo, claro. ¿Dónde había guardo la puta videoconsola en una mochila tan pequeña como la que utilizaba para ir a la guardería?

No tenía explicación.

Mi abuela no se ha chivado – le informé acercándome también un poco a él, suspirando – No le llegué a coger el teléfono, Teddy. Creo que eso sería perder mi tiempo.
A mi Tara me llamó preguntándome que porqué no me veía por el campus – avisó Teddy, tristón - ¿No la vas a perdonar nunca?
Ted – solté un poco mas borde de lo que realmente quería - ¿Me lo estas diciendo en serio? ¿Después de lo que me hizo?
Simplemente dio su opinión, Tessa – explico intentando hacerme entrar en razón – Estuvo mal lo que dijo, porque sí, es tu vida y no debería haberse metido ni mucho menos – hizo una breve pausa, suspirando – Pero es tu amiga, y lleva siéndolo durante muchos años.
Con más razón no debería haber sacado ese tema – sentencié levantándome del sofá, algo enfadada – Con mas razón no debería haberme fallado de esa manera tan fea.
Los chicos al darse cuenta de la pequeña discusión que estábamos teniendo Ted y yo dejaron de jugar al momento. Observaron como cogía camino para irme lejos de la casa, quizás a dar un paseo, no sé.
Simplemente quería estar tranquila, sin llamadas ni reproches por parte de nadie. Quería una vida tranquila, fuera de las peleas y discusiones que tenia constantemente con mis padres.
Los quería, sí, pero es cierto que la palabra padres se les había quedado muy grande.
Cuando me sentí lo suficientemente cansada me senté debajo de un árbol que justamente estaba dando sombra. Saqué mi teléfono y me metí en Instagram, simplemente para ver los historiales de las personas que aparentaban ser felices.
Vi un historial que había subido Tara hace unos segundos. Al parecer estaba en la habitación que habíamos compartido estudiando, pues muy bien.
También cotillee el Instagram de Shephen James. Ese adonis salido del mismísimo infierno para hacerme pecar como una perra.
Uff como me ponía ese hombre.
Las horas pasaron pero yo no quería abandonar el único lugar donde había conseguido una paz que no había conseguido nunca. Estaba anocheciendo, pero no me importaba. Era feliz viendo como los arboles bailaban gracias al viento. Mi teléfono comenzó a vibrar y lo ignoré. Seguramente era Ted para reprocharme que no estuviera con él en estos momentos. 
Pero volvió a sonar una y otra vez.
¿Hola? – pregunté sin mirar el identificador de llamadas, ya que estaba casi segura de que era Ted - ¿Podrías dejar de molestarme de una vez, Ted?
Tampoco me alegro de escuchar tu ridícula voz, mongola – gritó mi abuela a través del teléfono, trayéndome de vuelta al mundo real – Además de que te llamo para avisarte de lo que van a hacer tus padres y me pagas con esto, hija de puta.
Pensaba que era Teddy, abuela…
Me importa una grandísima gran mierda – interrumpió gritando – Tus padres piensan que abandonaste la universidad esa rara, por lo cual te vas al carajo, guapa.
¿Qué? – escupí levantándome - ¿Qué estás diciendo?
Que van a dejar de pagar todo porque piensan que te has escapado, por lo cual eres libre. Tienes 19 años y eres lo suficientemente mayor como para estar abanicándote el coño, ¿clarito?
No abuela, espeso, ¿eres tonta? 
Coño ya – chilló mi abuela seguramente peleándose con alguien – Como me toques otra vez las tetas mientras hablo con mi nieta te meto en to’as (todas) las bolas, gilipollas
Se le escuchó hablando con alguien. Bueno, mas bien discutiendo porque mi abuela no para de chillar. Aunque bueno, después se comenzó a descojonar ella sola.
Realmente la echaba de menos. Estar con ella hartarte de reír día si y día también. Ella era así de natural. Se echaba de menos, realmente.
Siguió discutiendo durante unos segundos mas donde no para de decir gilipolleces, haciéndome reír. Seguramente estaría con algún tío que no le paraba de tocar, y eso le ponía muy nerviosa. La conocía.
Estoy aquí de nuevo, niñata – soltó después de escucharse un portazo. Seguramente habría salido de la habitación para poder hablar conmigo sin complicaciones. – He estado hablando con tu madre sobre tu educación y toda esa chorrada que no sirve para nada. Esta un poco preocupada por lo que dirán sus amigas las estiradas, pero nada más de lo que ya sabías.
¿Y papá? – pregunté con un hilo de voz. De el me esperaba la peor parte, porque sabia como era y sabía lo que le molestaba todo esto.
Tu padre pasando como siempre, niña – soltó de sopetón, haciéndome sentir como la puta mierda – Ya lo sabes desde hace años, no se de lo que te sorprende, la verdad.



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En el texto hay: peligro, universidad

Editado: 13.06.2018

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