Los siguientes dos días fueron los más duros de toda mi vida, era viernes por la noche... bueno, al atardecer:
Después de clases Blake, las chicas y yo nos dirigimos a la biblioteca para terminar nuestros apuntes restantes, no fue sorpresa que Alexander estuviese ahí; vaya que hablaba enserio pues se acercó con nosotros presentando a la chica (como si no supiésemos) Kaley Thompson, una niña bastante guapa de tés blanca, ojos verde esmeralda, cabello negro azabache como una muñeca de porcelana, la secretaria del Comité estudiantil... era asombro como cayó rendida a sus pies; aquello me ponía nerviosa, pero traté de concentrarme en mi trabajo y afortunadamente.. Lo hice.
No paramos hasta que la cena llegó, nos dirigimos a la cafetería claramente exhaustos mientras hablaba con Blake sobre unas dudas del examen de Química, la cena transcurrió de una manera tranquila hablando sin parar, mirando de vez a la mesa donde estaba Alex con Kaley... no podía entender por qué ambos hermanos no podían llevarse bien él era un buen chico. Sólo ellos saben.
- Atención alumnos –se escuchó Adam decir a través de un megáfono, todos guardamos silencio mientras se dispuso a hablar- Como se les da dicho, el lunes inicia el periodo de tres días de evaluación; el jueves serán puestas sus calificaciones en la página del colegio. Espero que den lo mejor de sí para que disfruten el tradicional baile de Halloween.
Los murmuros comenzaron a sonar en todo el sitio y en nuestra mesa ni hablar; surgió de nuevo el tema de los vestidos, había aprendido que ahí, en esos bailes, es tomar tu vestimenta muy en serio... dios.
...
- ¡Finalmente lo comprendí! –grité alzando los brazos al cielo.
Paige y Blake se mostraron sorprendidos cuando pude resolver un problema con algunas fórmulas de reacciones químicas, la ojiazul sonrió.
- Lo resolviste en menos de diez minutos –tomó la libreta revisándolo- Y lo hiciste muy bien; te felicito Hannah.
- Eso es gracias a ustedes, sus clases me ayudaron mucho –les miré agradecida.
- Es un placer Hannah, para eso están los amigos –dijo Blake, luego miró el reloj- Es todo por ahora, esto se merece un descanso.
- Tienes razón –concordó Paige- Escuché que los demás estarían jugando billar e iré con ellos. ¿Vienen?
- Yo paso –dije levantando de la silla- Necesito despejar mi mente por un buen rato.
- ¿Qué tal tú, Blake? –le preguntó.
- Me daré una vuelta en un rato más –le aseguró.
- Te esperamos. Hasta luego, Hannah.
- Nos vemos –una vez que me despedí de ella tomé mis cosas saliendo de la biblioteca exhausta claramente, miré a Blake- No sabía que jugabas billar.
- Es un pasatiempo de hace un rato, llevo algunos meses sin hacerlo. ¿Estás segura que no quieres ir?
- Muy segura, estas clases que tuve me dejaron agotada... pero estoy bien –le sonreí- Puedes ir a divertirte.
- Te creo –me dio un breve beso en los labios- luego nos vemos.
- Por supuesto.
Regresé a las salas comunes tratando de despejar mi mente, había estudiado mucho las últimas horas con todos que me sentía lista para lo que viniera y al parecer yo no era la única: todos estaban vueltos locos preparándose sin perder tiempo; nunca había visto tan concentrados a todo mundo (en especial a nosotros, los del último año) ¿El motivo? Asistir al baile de Halloween, sí deseábamos ir a ese baile debemos aprobar todas nuestras materias. Me senté en una de las sillas pensando en mil cosas, mi celular comenzó a vibrar lo saqué de mi bolsillo observé que había recibido un mensaje, lo abrí: ''Hola hermanita, espero que todo esté bien en la academia. La universidad es genial. Te extraño... James''.
James... sonreí al recibir noticias suyas sin haberlo hecho prácticamente desde el día que se fue, él estaba al tanto sobre el periodo de exámenes y esa era una forma de desearme suerte, guardé el móvil de nuevo mientras cerré los ojos para descansar un poco y luego ir con los chicos...
- Hannah... despierta.
Abrí los ojos encontrándome con una luz amarilla y con una silueta inclinada sobre mí, cuando pude mirar...
- ¿Blake? –dije con mi voz ronca- ¿Dónde estoy?
- En tu habitación.
Una vez que desperté por completo, eché un vistazo alrededor y en efecto: estaba en mi recamara, pero... ¿Qué había pasado? Lo miré extrañada.
- ¿Cómo llegué aquí?
Blake se sentó a un lado de la cama mientras volvió a hablar.
- Algunos estudiantes intentaron despertarte sin lograrlo, creían que te había sucedido algo; llamaron a Adam y a su vez me mandó llamar, me ocupé en traerte hasta el edificio y déjame decirte que no fue sencillo con las chicas mirándome extrañadas...
- Tú... ¿Me trajiste aquí? –pregunté un tanto sorprendida, asintió.