- ¿Qué haces aquí? –cuestioné más sorprendida que nerviosa.
- Ya te lo dije –sonrió de nuevo- Pero sí quieres te lo repito...
- Te escuché –dije exasperada- Me refiero a qué haces aquí, en la escuela. Pensé que tú también habías regresado a casa.
- Hubo un pequeño cambio de planes, y heme aquí –me miró- Me sorprende que tú te hayas quedado.
- No creo que tenga que dar explicaciones –dije cruzando los brazos.
- Por favor cuñada –puso los ojos en blanco- No seas tan ruda conmigo, estaremos viéndonos la cara por un buen tiempo, más vale irse acostumbrando.
En aquel sentido tenía razón, serian tres meses atrapada con...mi cuñado; le miré un momento y suspiré en silencio.
- Tienes razón... ¿Qué tan malo puede ser?
Sonrió con complicidad.
- Nos vamos a divertir mucho.
SEMANAS DESPUÉS
- Entonces... platícame sobre ti, Alex.
Habían pasado unas cuantas semanas, era Noche Buena, después de la cena que habían preparado para la ocasión optamos por caminar un rato por el campus; mi relación con Alexander era mejor y la verdad no me había percatado del increíble chico que era, pensé siempre que era un egoísta, pero era lo contrario: era divertido, listo y también detallista. Se había mostrado encantado en llevarme de compras en días anteriores para la cena y hoy (también para consentirme con algunas joyas), no entendía porque Blake no entraba mucho en detalles sobre su hermano... tal vez cometí un error con Alex y realmente podíamos ser amigos; siguió caminando por la cancha de soccer, el clima era agradable ni una sola nube en el cielo, sólo la luna y ligera brisa soplando.
- No hay mucho que decir: Crecí en Rumanía desde temprana edad con otros familiares.
- Blake me contó sobre sus padres... -dije seria, insegura sobre preguntar del tema.
- No tengas miedo en preguntar –me dijo sentándose en la grada- Con el tiempo duele menos, pero aún sigue ese pequeño sentimiento; los reportes fueron los mismos, no se ha aclarado mucho como nos gustaría.
- Lo lamento –le dije, miré su expresión tan relajada- Debió ser duro todo aquello.
- Platicarlo con alguien es una forma de sacar un poco el dolor que llevas dentro.
- ¿Qué hacías en Rumanía? Tengo entendido que los separaron a ti y a Blake luego de lo que ocurrió.
- El hermano de mi madre se hizo cargo de mí, desconozco cómo fue capaz de sobrevivir... creo que otros familiares se lo trajeron a Inglaterra y desde entonces se creó la distancia.
- Él me comentó sobre la poca relación que tenían, hablaba muy poco de ti.
- Por sí no te has dado cuenta, es reservado en varios temas cuando se trata de su vida personal.
- Eso fue lo primero que Shelly me dijo cuando empecé a hablar con ella –dije- Pero que conmigo fue con la que se abrió para decirme todo esto que me dices. ¿Siempre ha sido así?
- Así desde que nuestros padres murieron –dijo Alex- Pero es bueno que alguien por fin logró hacerlo un poco más social.
Sonreí levemente al saber que le devolví un poco la esperanza luego de aquel trago amargo, y también saber que soy una persona de su confianza prácticamente desde el primer momento que me vio; recuerdo en mi primera conversación con Shelly (cuando me odiaba un poco) mencionó que Blake hablaba sobre mi días antes de que tuviera mi primer sueño con él y antes que hablamos por primera vez... parece ser que alivió un poco el dolor y le di una oportunidad para enamorarse... o tal vez, mutuamente.
- Si, lo es –dije finalmente.
- Bien, ya te dije sobre mí: ahora, cuéntame de ti –dijo el chico, mirándome curioso.
- Como pudiste darte cuenta en las vacaciones de verano, soy de Liverpool –comencé a decir- Estuve por una promesa que les hice a mis amigas y asistí al baile de graduación donde te conocí; en mi antigua escuela fue donde inicié a jugar soccer con competencia sí es que sabes a lo que me refiero, al ver mis habilidades me nombraron capitana.. era la mejor jugadora, sin presumir, también practico la guitarra.
- Ah si, fue la primera vez que cantabas para un público grande –me apené un poco- No lo hiciste mal para ser tu primera ocasión.
- Gracias... había hecho algo así únicamente con mi familia y unos cuantos amigos.
- ¿Dedicaste la canción? –cuestionó, miré al cielo antes de contestar.
- No realmente, casos como esos se dan en las parejas, así de simple.
- Interesante; ¿Crees que podrías cantar algo esta noche?
- Lo haré sí los demás están presentes –dije.
- Hecho.
Le pedí a Alex que me acompañara por mi guitarra a mi habitación, una vez que lo hice bajamos de nuevo hacia el edificio en donde aún se encontraban Adam y Matthew mirándonos.
- Señor Tanner, señorita Williams –dijo el primero- ¿Necesitan algo?