Desperté a la mañana siguiente cerca de las nueve quince, me metí a dar una ducha y después fundirme en una blusa blanca y un pantalón de lana para no morir de frío, unas botas de tacón mediano con mi abrigo y mi boina; tomé mi celular y tendí mi cama antes de bajar hacia el edificio donde encontré el arbolito puesto decorado con adornos llamativos, me quedé admirando unos cuantos minutos hasta que una voz se escuchó:
- Buenos días, señorita Hannah –dijo Adam bajando las escaleras- Feliz navidad.
- Buenos días tenga usted también, Adam –contesté respetuosa- Feliz navidad por igual.
- Se ha despertado un poco temprano al parecer, supuse que dormiría por algunas horas más.
- Preferí hacerlo temprano y ver sí hay en algo que pueda ayudar.
- No se preocupe por eso, Hannah –me aseguró- Puede ir a la ciudad sí así lo desea.
- Se lo agradezco señor, tal vez tome eso en cuenta –miré en dirección a la cocina y observé a Matthew con una taza de café en la mano- Buenos días, Matthew.
- Buen día Hannah, ¿Va a salir?
- Sip, daré una vuelta por la ciudad; disfrutar este día haciendo algunas compras.
- Antes de que marche –dijo Adam- Le hago recordatorio que la comida/cena será a las seis.
- Prometo estar de vuelta antes de la hora.
Salí directo al campus no sin antes subir a mi recamara por mi bolso y bajé de nuevo rumbo a la reja entusiasmada y llena de energía, podría mirar las hermosas vistas que Londres tenía que mostrar.
- ¿Saldrás tan temprano? –cuestionó Alex, se encontraba cerca de la fuente llevaba puesto un largo abrigo, junto con una sudadera gris y unos tenis; dirigí la mirada hacia él.
- Si, haré unas compras mientras admiro la ciudad.
- ¿Te importa sí te acompaño?
- En lo absoluto, pero tenemos que regresar antes de las seis.
- Es el tiempo suficiente para mirar lo esencial.
Comenzamos a caminar a la reja y una vez fuera tomamos un taxi rumbo a la ciudad, ahí estaba de nuevo en la ciudad observando los edificios, los locales y la gente paseando... aunque fuese navidad, a cientos les gustaba salir; bajamos en uno de los centros comerciales más recurridos por los londinenses, visitamos cada tienda de ropa buscando alguno que otro accesorio para la celebración de año nuevo. Me asombré al saber que Alex tenía un buen gusto por la ropa, lo vi tomar varias prendas que le favorecían y hasta bromeé sobre eso, me dijo que la presentación de uno mismo es importante y en eso tenía razón; jamás había pensado estar de compras con un chico ya que a los hombres no les interesaba tanto como a las mujeres, a veces el mundo era demasiado extraño...
- Si que tienes un gusto muy bueno en cuanto se refiere a la moda –le dije luego de salir de todos los centros comerciales y nos detuvimos en uno de los parques para mirar la vista ante nosotros.
Alex sonrió de lado.
- Habemos chicos que amamos las tendencias, además, han pasado como siglos que no iba de compras.
- Nunca pensé que algún día estaría compartiendo un momento así con un chico y que fuera tan... divertido.
- Bien es como dicen, nunca sabes lo que puedan tener en común dos personas.
- Fue un momento muy agradable –dije mirando uno de los lagos- Tal vez me equivoqué en pensar antes de conocerte Alex, eres una buena compañía.
- Eso lo dicen muchas chicas –dijo, yo reí.
- No dudo eso. Nunca supe cómo comenzaste a salir con Kaley, no llevabas ni un mes en la academia y ya tenías a una de las integrantes del Comité.
- Me topé con ella cuando iba de regreso a mi habitación, me pidió ayuda en una de duda de sus clases y comencé a cortejarla.
- Muchos ya no usan esa palabra –agregué.
- Es una pena, pero existen personas que lo usan de manera adecuada; la gente pierde las verdaderas técnicas para conquistar a una chica.
- Y según tú, ¿Cuáles son las técnicas correctas? –le pregunté.
Alex se puso de cuclillas para quedar a la altura de mis ojos.
- Falta poco para que lo sepas, Hannah, sólo tienes que darte cuenta en su momento.
No niego que aquello me intrigaba, sabía de sobra que en las antiguas épocas se usaba el término 'cortejar' cuando un hombre pretendía a una mujer, y eso consistía en que el hombre debía obtener el permiso del padre de la mujer para poder hacerlo; hoy en día ya no se hacía eso... era bueno saber que unos cuantos aún lo aplicaban.
- ¿Blake lo hace conmigo, no es así? –pregunté unos segundos después de un breve silencio.
- Las acciones hablan por sí solas –dijo- Sólo tienes que darte cuenta como dije.
Miré de nuevo el lago mientras traté de recapitular todo lo que había ocurrido desde que iniciamos a frecuentarnos... desde un principio intentó acercarse hacia mí, después de la pequeña discusión que existió luego de que quise investigar sobre el edificio abandonado, puede decirse que nos acercó más hasta el punto de comer y cenar juntos en la cafetería; y a lo que se refiere a las vacaciones de navidad hace un año se portó como un caballero, me regaló algo de mucho significado para él lo cual cuido con mi vida, y durante todo el año me ha mostrado la clase de chico que es... ¿Qué más podía pedir? Esta vez no sería la excepción de tener un gran año con él a mi lado, los príncipes realmente existían.
Sonreí, sentí la mirada de Alex sobre mí, tal vez pensaba que estaba loca; caminamos por las calles principales visitando algunos lugares de atracción mientras continuamos hablando sobre distintos temas, me sorprendí también que conocía las historias y leyendas más populares de la capital... para alguien que nunca ha radicado en Londres, era asombroso.