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Epílogo (2/3)

PARTE 2


Escuché un ruido y me levanté de golpe, no tenía idea en qué momento me quedé dormida, pero no observaba al chico por ninguna parte de esa recámara y sin dudarlo fui hacia la sala principal; todo era oscuro, no se veía ningún rastro de Razvan lo cual me iniciaba a preocupar.. un golpe se escuchó y volví la cabeza para mirar, pero no era nadie. Jamás le he temido a la oscuridad, pero creo que cualquier chica que estuviera en ''territorio vampiro'' lo sentiría sin duda alguna; el viento soplaba pues se escuchaba todo en ese sitio.

- Razvan -lo llamé, esperando obtener respuesta- ¿En dónde estás?

En ese momento sentí dos brazos atraparme de una manera violenta, sabía que algún instruso se había metido y traté de liberarme algo casi imposible debido a la extraordinaria fuerza que estaba aplicado. Entré en pánico y empecé a gritar.

- No hagas tanto escándalo, linda -dijeron susurrando- No querrás morir de esa manera.

Una voz casi tétrica se escuchaba detrás de mi, me quedé quieta por el miedo más que por el asombro.. Dios, esto no se veía bien.

- ¿Quién eres...? -cuestioné agitada- ¿Cómo entraste? ¿Qué es lo que quier...?

- Pongamos las cosas claras -dijo tapando la boca, estaba tan fría como el hielo- Aquí el de las preguntas, soy yo. En primera, ¿Qué hace una hermosa señorita en estos lugares? ¿Acaso te perdiste? -capté el tono de burla.

- ¿Quién lo quiere saber? -pregunté, evitando a toda costa mencionar la verdadera razón; y al parecer, el sujeto era de poca paciencia.

- No te hagas la desentendida -dijo, esta vez con tono muy serio- Lo podemos hacer de la manera fácil o difícil: ¿Qué es lo que haces aquí?

- Suéltala.

Se escuchó en la puerta principal, ladeé la cabeza para mirar a Razvan con expresión seria y molesta a la vez; mi corazón estaba aliviado por verlo, pero también estaba aterrada por lo que estaba sucediendo. Capté la pequeña risa del tipo.

- Pensamos que habías desaparecido, pero me alegra que te hayas acordado de tu gente... Razvan.

- ¿Quién te envió, Adrian? -cuestionó al sujeto, Adrian me soltó cayendo al suelo y se acercó a él- El Consejo pidió que me ''recibieras''. Qué amables.

- Seguramente no les agradará saber que has traído a una humana a nuestro territorio -me miró- Tienes cinco segundos para largarte de aquí.

- Ella viene conmigo -dijo Razvan- Nadie la va a tocar.

- Traer humanos está prohibido, eso lo sabes- lo fulminó con la mirada- O acaso ella es tu comid...

Antes de que terminara de decir aquello, le propinó un golpe que lo envió hacia el otro extremo de la habitación, se refería a mi en términos de comida, algo que al chico no le gustaba; Adrian parecía muy fuerte ya que se levantó como sí nada y se abalanzó sobre él repartiendo golpes y patadas, aún me encontraba en el suelo siendo testigo de una pelea más agresiva que la de hace unos meses atrás. Razvan me dirigió una mirada rápida con las pupílas rojas.

- ¡Escóndete, Scarlet! -me dijo- ¡Anda!

No quería dejarle solo, sin embargo debía obederle porque ahí la que corría un riesgo era yo; no perdí tiempo y corrí escaleras arriba con el fin de esconderme en la recámara y cerré la puerta, lo único que podía escuchar eran golpes o sus cuerpos estampándose en las paredes, y amenazas... Creo que ese era el precio de ser la novia de un vampiro, y parece que así sería para siempre.

...Si es que no moría antes.

Los golpes cesaron después de unos minutos y pensé que ese tipo Adrian se había ido, lentamente me acerqué a la puerta abriendo con cuidado.. no había ningún ruido en toda la casa excepto mi respiración; bajé las escaleras observando algunos objetos en el suelo a causa de esa pelea, pero ningún rastro de ambos chicos. Observé también la puerta abierta en donde el clima cálido entraba al igual que la luz lunar.

- Razvan... -Llamé. No salí, pues era mejor- ¿En dón...?

- ¿Qué tenemos aquí? -se escuchó detrás de mi, volví la vista hacia un muchacho de estatura más alta que yo.. este me sonreía malicioso.

- ¿Q-Quién eres? -el miedo me invadía, y creo que lo notó.

- Tu peor pesadilla.

Dicho eso, me estampó contra la pared levantándome del cabello sin dejar de golpearme, sus puños conectaban contra mi rostro, el estómago y las costillas (para esos días me había recuperado totalmente de aquello, hoy para ser golpeada otra vez). La peor parte la llevé en la cabeza, pues me lanzaba a la pared y al suelo sin piedad alguna; debieron pasar minutos solamente pero para mi fue una eternidad, terminé en el suelo retorciéndome del dolor, apenas consciente. El chico se arrodilló y me jaló del cabello para obligarme a mirarlo.

- Para evitar que el Consejo se manche las manos con sangre corriente -dijo- Es mejor que lo haga yo, el exterminador de humanos.



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En el texto hay: peligro, vampiros y magia, vampiros y humanos

Editado: 17.12.2019

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