Días pasaron desde aquel sueño mientras poco a poco caí en la rutina de St. Elena, los exámenes comenzaron lo cual nos tenía apresurados con proyectos y tareas que debíamos presentar; en Humanidades tuvimos que entregar un ensayo de diez cuartillas el cual sería nuestra calificación de final de semestre. Todos estábamos cansados, literalmente muertos, rezábamos por que la semana terminara;mi relación con los demás iba siendo cordial sin ningún problema... o eso creo.
Me encontré con Tara saliendo de clases, fulminándome con la mirada, con dos de sus amigas.
- Qué tenemos aquí.. -comenzó ella- La nueva ratita de laboratorio -sus amigas se rieron- Esperando el momento adecuado para dejar al descubierto sus intenciones.
Intenté pasar por alto, pero eso hizo que me tomara por el cabello.
-Que no escuchas, babosa ¡Te estoy hablando! Llegaste en un mal momento a este lugar.
- No sabía que debía tener élite aquí -dije yo, y la empujé- Como una egoísta como tú.
- Pero qué te has creído estúpida -se me echó encima, intentando arañarme.
Escuché las voces de varios que se iniciaron a acercar a mirar aquella pelea, no podía dejar que me expulsaran de aquí, pero tampoco iba a permitir a esa rubia intimidarme; le di una bofetada para quitármela de encima, eso la hizo enfurecer y me propinó un puñetazo en la mejilla. Al lugar llegaron dos profesores para detener el escándalo, el señor Harris y la señora Parks, mientras todos guardaban silencio; Tara no me quitaba los ojos de encima.
- ¿Qué sucede aquí, señoritas? -preguntó Parks mirándonos a ambas.
-Esta loca que me intentó golpear -dijo haciéndose la inocente, como la odio- Ni siquiera le hice nada.
- Claro que lo hiciste, Tara -se escuchó decir entre la multitud- Le diste un golpe.
Observé a la persona que dijo aquello acercarse, no oculté mi sorpresa. Era Blake...
- ¡Eso no es cierto! -gritó Tara, claramente no esperaba que alguien mirara todo aquello.
- Miré todo desde la esquina -se cruzó de brazos- Hannah no te hizo nada, y tú con tus amigas la comenzaron a molestar.
- No me digan que le creerán a él -demandó la chica, los adultos la miraron.
- El señor Tanner ha sido un testigo. A la dirección, señorita Miller.
- Dios.. ¡Le van a dar la razón a un nerd! -gritó ella.
- A la dirección, señorita -el hombre la tomó por el brazo, la señora Parks se acercó a los demás, disipándolos, y luego me miró.
- Sería mejor que fuera a la enfermería, señorita Williams, sólo por precaución.
- Está bien.
- Sí gusta, yo puedo acompañarla -dijo Blake parado en el mismo lugar.
- Por favor, señor Tanner -asintió la mujer.
Me guió por el pasillo hasta que llegar a la enfermería que era atendida por una mujer que rondaba los veinte, la enfermera Rachel Stone. Me dio una bolsa con hielo para ponerla sobre mi mejilla mientras me dio unas pastillas para evitar que el dolor aumentará, una vez que terminó me indicó que me quedara un rato ahí y salió.
El silencio entre Blake y yo inundó la enfermería, era la primera vez que lo miraba desde aquel sueño; él fue quien habló.
- ¿Cómo te sientes?
- Estoy bien -dije en voz baja- Eso no importa.
- No digas que no es importante -dijo, mientras se acercaba a unos metros de mi- Tara te lastimó un poco más de la cuenta de lo que usualmente lo hace con las nuevas.
- ¿Qué significa eso? -cuestioné confundida.
- A esa chica le basta sólo con intimidar a las recién llegadas para que le tengan miedo, y al parecer tú eres la primera que le hizo frente.
- Tampoco iba a permitirle que me humillara -dije sin mirarle a los ojos, bajé de la camilla- Deberían meterla a un psiquiatra.
- Lamento no haberme presentado -dijo luego de un silencio breve- Soy Blake Tanner.
- He escuchado varias cosas buenas sobre ti -dije, el frasco se cayó de mi mano pero lo atrapó rápidamente y me lo volvió a entregar.
- ¿Qué has escuchado de mi? -me cuestionó mientras me miraba.
- He escuchado que eres uno de los alumnos más brillantes de la escuela, y que eres un poco reservado con casi todos... Te he visto en clase de Humanidades, enfocado en los trabajos .
- No me gusta que la sociedad me distraiga en mis asuntos, así no pierdo enfoque.
Blake parecía ser un chico algo reservado, tal y como Shelly había mencionado, no me sorprendía que tuviese la compañía en los almuerzos con ella; desvié al instante la vista al percatar que lo miraba.
- Gracias... por salvarme, creo que te debo mi vida -dije algo atónita mientras sonreí, el hizo caso omiso a mi comentario, y asintió.
- No me debes nada -comenzó a caminar rumbo a la puerta, pero se detuvo y miro hacia mi dirección- Y por Tara no te preocupes, ya no te molestará más.
Aquellas palabras me hicieron sentir un escalofrío por el cuerpo, antes de siquiera poder cuestionarle se había ido.. ¿Qué quería decir con eso? Minutos después regresó la enfermera Stone, indicándome que fuese a mi habitación a reposar por lo que restaba del día como precaución, salí de la enfermería y miré a los alrededores: a los pocos metros miré a Blake hablando con el director Brooks, me detuve cuando se dieron cuenta de mi presencia.