Un fuerte zarandeo me despertó a la mañana siguiente, gruñí por aquello hasta que sentí una lamida en mi cara abrí los ojos mirando a Nugget dándome los buenos días, le acaricié la cabeza mientras me levanté y opté por darme una ducha. Al salir me puse unos jeans con una sudadera y tenis, recogí mi cabello y dejé la comida del cachorro antes de dirigirme a la cafetería; mientras caminaba sentí como una mano posaba en mi hombro y di la vuelta.
- Hola Hannah.
- Alec, hola; madrugaste al parecer -reí mientras caminamos.
- Uno se acostumbra a la vida en el colegio, no te preocupes te puedo dar consejos útiles -guiñó el ojo, le propiné un suave puñetazo en el brazo.
- Me vendría bien una guía de supervivencia, pero imagino que el fin de semestre traerá calma.
- Es todo lo contrario, Williams; con el término de semestre y el inicio de las vacaciones de invierno, ponen a este lugar lleno de personas.
- No creo que suene exagerado -supuse al llegar a la cafetería y agarré una pequeña barra energética y una botella de agua, Alec tomó un plato de tostadas francesas y un jugo para después dirigimos a una mesa... tal parece que estos chicos odian madrugar en sábado. Alec volvió a hablar.
- Tal como te había platicado en uno de los correos que te mandé, durante las vacaciones nos permiten regresar con nuestras familias a pasar las fiestas navideñas hasta febrero, que es cuando inicia el nuevo semestre.
- Entonces, déjame entender esto: durante ese tiempo, ¿La escuela se queda sola mientras todos se van a casa?
- Sip, muy parecido a eso; tengo deseos en volver a ver a todos por allá -dijo entusiasmado mientras le daba una mordida a sus tostadas- ¿Por qué pones esa cara? ¿Acaso no estás emocionada?
No dije nada y me quedé en silencio por un periodo muy largo lo cual Alec notó extraño en mi; luego de un momento olvidé lo que pasa en el exterior y me puse a pensar en mi situación:
Todos se iban a ir a casa luego de seis meses en este sitio, pasarían las fechas festivas junto a sus seres queridos, un ambiente de amor y más que nada... volver a ver a la gente que quieres.
- ¿Hannah? -la voz de Alec me sacó de mis pensamientos, me miraba preocupado- ¿Qué ocurre?
- Tal parece que no habrá navidad para mi este año.
- ¿Qué dices? Claro que la habrá, mira es cuestión de...
- No, Alec, escúchame... -dije hablando con mi voz más seria- Es absurdo regresar a Liverpool sin mis papás, hasta donde supe mi hermano irá, pero yo... Me quedaré aquí.
- Pero.. para esos días este lugar estará tan solo como una casa abandonada.
- Bueno, ya lo he decidido -sonreí triste- Pasaré navidad aquí.
- Pero, ¿Qué hay de tus amigas? De seguro querrán verte.
- Leslie y Jade deben comprenderlo -pensé en ellas, en realidad, jamás terminé de explicar mi traslado a Londres, nunca devolví las llamadas que me habían hecho. Me encogí de hombros- Al igual que ustedes, estaré bien.
- Es tu decisión, y estaré de acuerdo con lo que decidas -dijo comprensivo, sonreí leve y lo abracé.
- Gracias Alec, sabía que comprenderías.
- Eso no te servirá sí intentas impedirme darte un regalo.
- Obvio no tonto, recuerdo el intercambio de obsequios; lo tendré listo antes de que te vayas.
- Estoy seguro de que me agradecerás aquello -sonrió.
Seguí mi camino luego del almuerzo y Alec estudiando con Tyler para el examen de Química del lunes, me quedé rondando por el campus, los entrenamientos de soccer habían terminado por ese año así que no había nada que pudiera hacer; Rox aún continuaba durmiendo o es lo que creía y no deseaba molestarla.
Un edificio abandonado a unos metros de los principales captó mi mirada y me entró curiosidad por saber que guardaba, me aseguré que nadie me estuviese viendo y me dirigí hacia allá; había un candado cerrando y las puertas que parecían cerradas desde hace años así que me asomé por una de las ventanas, lo que observé me estremeció: había un cuerpo en medio de aquella habitación y, por lo que pensé, era un cadáver... No creo que entiendan lo que hace eso ahí, mucho menos yo, miré al suelo incrédula por lo que veía y regresé mis ojos hacia dentro pero el cuerpo ya no estaba lo cual me aterró.
- ¿Qué haces aquí? -cuestionó una voz detrás de mi lo que me hizo soltar un grito y dar la vuelta.
- ¡¿Blake?! ¡Qué diablos sucede, me diste un susto! -exclamé, mi corazón latía rápido por el miedo y la sorpresa.
- No era mi intención, pero aún no respondes. ¿Qué haces aquí?
- Yo sólo... -no sabía que decir, tragué saliva mientras sentí aquellos ojos grises en mi.
- Ésta es un área prohibida para todo estudiante, ¿Acaso no te leyeron las reglas?
- Lo siento, no sabía que estaba mal investigar -gruñí, su actitud sarcástica me molestó y me comencé a alejar- Quita esa actitud de adulto.