Los días transcurrieron, y mi amistad con Blake comenzó a cambiar de una manera extraordinaria: nuestras pláticas se extendían hasta altas horas de la noche en la sala principal, realizábamos actividades físicas una vez a la semana y extrañamente lograba conocer su forma de ser... algo que me gustaba de él. Una de las ventajas de quedarse en la academia eran las salidas, Adam nos permitía salir hacia la ciudad a comprar lo necesario para la cena de navidad que se aproximaba y a mi me encantaba la idea de poder conocer Londres en su totalidad.
Blake era un buen guía, me enseñó los lugares más atractivos que la gente frecuentaba. Una de esas veces accedió a acompañarme de compras, fue casi cómico mirarlo esperar por mi.... era lo que una chica debía hacer; pero lo más importante era la sospecha sobre aquello: cada día confirmaba que Blake era un chico maravilloso quien comenzaba a gustarme, cada cruce de miradas decía mil cosas que no me atrevía a decir.
Cuando menos lo pensé, Noche Buena había llegado. Aquel día fue tan tranquilo a comparación de las cenas que tenía en casa; algunos sirvientes se encargaron de preparar la cena de esa noche así que fue un día sin prisas.
Estaba practicando con mi guitarra cuando mi celular sonó, me apresuré a contestar.
*Llamada*
- ¿Hola?
- Hannah, ¿Cómo estás? -aquella era la voz de mi madre, una sonrisa se formó en mi rostro.
- Estoy bien, mamá, feliz por escuchar tu voz -no podía ocultar la emoción- ¿Cómo están ustedes? ¿Cómo les va en Suiza?
- De maravilla, hija, los proyectos han dado resultados entre algunos ejecutivos.
- Que bueno, mamá... Los extraño mucho -confesé.
- Nosotros también, mi vida, quisiéramos estar con ustedes para la navidad.
- Bueno... yo me quedé en la academia, pero James si regresó a Liverpool.
- Pero... ¿Estás sola? -su voz cambió a una preocupada, hablé enseguida.
-No, mamá; junto con el director y el secretario de la escuela, y algunos de los encargados.
- Está bien, hija. Te deseo feliz navidad de parte de papá y mía, te amo.
- Yo los amo también, mamá, felices fiestas.
*Fin de llamada*
Una vez que colgó continué practicando hasta el atardecer cuando tocaron a la puerta, me dispuse a abrir y miré al secretario Richards afuera.
- Secretario.
- Por favor señorita Williams, dígame Matthew -pidió cortesmente- Éste es un obsequio de parte del señor Adam.
Me tendió una bolsa la cual tomé, me informó que la cena comenzaría a las nueve en punto, miré el reloj marcando las siete treinta así que decidí en meterme a dar un baño mientras miles de cosas golpeaban mi mente... la manera tan amable que Blake me ha tratado los últimos días, sin duda era extraño su comportamiento...
Una vez que salí, saqué el contenido de aquella bolsa: era un vestido negro combinado con rojo que llegaba hasta las rodillas y mangas largas sin duda elegante, escogí unas zapatillas de tacón, apliqué un poco de maquillaje y ricé mi cabello. Miré mi celular, ¡8:30!, vaya que tomé mi tiempo en arreglarme, también miré cuatro mensajes que abrí uno por uno.. El primer mensaje era de Jade, donde me decía que tuviera una buena noche, el segundo era de Rox donde me decía que traería una sorpresa de regreso, el tercero era de Shelly quien me decía que disfrutara aquel momento (no era sorpresa aquello, ya que ella sabía sobre las estadías de Blake en el colegio); y el último mensaje era de Paige quien me envió una fotografía la cual me agradó.
Agarré mi bolso donde guardé el móvil y salí del cuarto caminando por el pasillo, miré a los demás que me esperaban para iniciar; sentí las miradas de todos sobre mi claramente maravillados por mi aspecto, mientras bajé los escalones, Blake no dejó de mirarme así como yo no lo hacía y me ayudó a bajar los últimos tres.
- Sí les parece, vayamos al comedor. La cena esta lista -dijo Brooks mientras comencé a caminar, pero el chico me tomó por el brazo.
- Permítame escoltarla, señorita Williams -dijo sin dejar de mirarme.
Asentí.
- Gracias, señor Tanner.
El comedor era una habitación más grande de lo que imaginaba, un decorado tan elegante, un candelabro colgando del techo, el mantel rojo y las sillas cubiertas de blanco; tomé asiento mientras los sirvientes traían los platillos.. regresaron con un pavo horneado, algunos piezas de pan, bacalao, y varias cosas que se miraban deliciosas.
- ¿Un poco de vino? -me preguntó Matthew.
- Si, por favor -le pasé mi copa mientras lo llenaba, asentí al devolverlo y comenzamos a comer los alimentos.. en breves tiempos miraba discretamente a Blake quien portaba un traje gris oscuro y llevaba consigo una cadena entorno a la garganta.
- Así que, cuéntenos, señorita Hannah -habló Brooks media hora después de la cena- Tengo entendido que sus padres son unos empresarios exitosos.