El día siguiente desperté en el sofá de la sala, recordé lo tarde que habíamos llegado del centro de la ciudad, estaba exhausta... miré alrededor: todo estaba en un silencio profundo, tal vez todos aún dormían, alcé la mirada y lo observé esperando a que yo despertara.
- Buenos días -dijo Blake.
- Buenos días -me reincorporé para sentarme, traía la misma ropa de anoche- Oriéntame un poco... ¿Qué hago en la sala?
- Tranquila, no sucedió nada -se apresuró a decir riendo, era la primera vez que escuchaba su risa- Estabas tan agotada, no quería despertarte, así que dejé que durmieras tranquilamente.
- De ser así, gracias -sonreí perezosa- Necesitaba una noche de sueño.
- Sí necesitas algo, no dudes en decírmelo.
Miré a Blake, un poco desorientada por el sueño, mientras hacía lo mismo; no entendía su repentino cambio.. recordaba lo que sucedió a medianoche. Debía obtener respuestas.
- ¿Qué fue lo de anoche? -cuestioné dudosa- ¿Por qué lo hiciste?
- ¿Acaso te incomodó? -preguntó mirándome serio, negué.
- No... es sólo que, necesito respuestas; aquello me tomó desprevenida únicamente -froté mi frente y suspiré- No entiendo el motivo.
- Hannah, aquello tampoco lo miré venir: simplemente se dio -tomó mi mano- Y me agradó que sucediera. ¿A ti no?
- Blake...
No logré emitir ninguna palabra cuando se acercó a mi rostro y observé frente a mi aquellos ojos. Dios, no se cuánto más lo podría callar; dudosa alcé mi mano a su rostro rozando apenas los dedos. Vamos Williams: no lo puedes seguir negando.
- ¿Desde cuándo has pensado en eso? -volvió a hablar, sabía a que se refería.
- Desde la ocasión de la enfermería, captaste mi atención desde el primer momento y... los sueños.
- Generalmente no aparezco en los sueños de otras personas -confesó- Sin embargo, contigo fue distinto... pues tú has aparecido en los míos. Hannah, yo te quiero, y sé que guardas sentimientos por mi.
- Es cierto... Te quiero, Blake Tanner -solté, mientras lo abracé- No podía ocultarlo más. Me enamoré de ti a pesar de los breves encuentros que manteníamos, pero no sabía que hacer; Rox me lo había señalado una vez... y tuvo razón.
- Hannah... -susurró debajo de mis cabellos, un escalofrío recorrió mi cuerpo y mi corazón latía mil por hora- Yo puedo protegerte sí así lo deseas.
- Con el hecho de estar contigo, me siento protegida -dije sin soltarlo.
Un silencio inundó la sala. Eventualmente todos bajaron a tomar el desayuno hablando de otros temas, tanto Blake como yo nos unimos a la plática sin dejar de mirarnos y luego de ahí nos dirigimos a la biblioteca para despejar la mente; había pedido a Adam y Matthew más información acerca de la chica que murió en el edificio abandonado, al principio dudaron por un momento en darme la información pero al final accedieron. Así que prendí una de las computadoras ingresando a los registros escolares, buscando algunas de las noticias de eventos ocurridos en la institución, y lo primero que apareció: ''Estudiante se quita la vida'', mientras comencé a leer la noticia completa:
La academia St. Elena se viste de luto luego de que la estudiante, Angelique Summers, se quitara la vida en el dormitorio al saltar desde el tercer piso. Según declaraciones de algunos estudiantes, 'Angie' sufría problemas psicológicos, autolesionándose con hojas de papel y plumas; aquel día se dice que la notaron distinta... Sin darse cuenta, Summers estaba en lo alto del edificio tirándose al vacío sin que nadie pudiese hacer algo para salvar su vida.
El director de la academia, Adam Brooks, ha ordenado que los alumnos regresen a sus antiguos colegios para continuar sus estudios; el caso duró más de dos meses en determinar las causas del suicidio, los padres de la muchacha se mostraban desconcertados ante la muerte de su hija.
Al término del artículo, se mostraba una fotografía de la chica en vida y otra fotografía del día del incidente con una sábana cubriendo el cadáver, resguardando el dormitorio; mi corazón palpitaba rápido al imaginar la escena presenciada por todos.
- Dios mio... pobre chica -dije luego de varios minutos, Blake se encontraba sentado junto a mi y tomó de mi mano al ver mi expresión.
- ¿Estás bien?
- Si, pero... No puedo imaginar el miedo de todos aquellos que presenciaron esa escena tan lamentable.
- Ahora tal vez entiendes con más claridad mi comportamiento la noche que te sorprendí cerca del dormitorio.
- Me estabas protegiendo -dije- Lo comprendo.
- Entonces, ¿Qué piensas hacer con la información?
- Algún día podría servir para encontrar algo o alguien relacionado a su muerte -dije, anotando datos importantes en una hoja, doblé dicho papel cuando terminé y la guardé en mi bolsillo.