JIN: Hola.
JK: ¡Buenos días! Encantado de conocerte.
JIN: Igualmente.
JK: ¿Estás nervioso?
JIN: ¿Cómo no voy a estarlo? Tengo miedo a tus preguntas.
JK: ¿A mis preguntas? Intentaré no preguntar nada muy íntimo para que estés tranquilo.
JIN: ¿En serio? Qué considerado. Gracias.
JK: ¿Qué preguntas crees que he seleccionado?
JIN: Espero que unas fáciles y triviales. ¿Qué películas vemos? ¿Qué deporte nos gusta? ¿Por dónde paseamos? ¿Cuánto pesamos? ¿Qué comemos en un día? ¿Cuánto bebemos? (Bromea)
JK: No será tan fácil, aunque intentaré que no sea incómodo. He dicho muchas veces que tu relación con TN me sorprendió cuando lo revelásteis.
JIN: Cierto.
JK: Tengo curiosidad de saber cómo pasó todo. ¿En qué momento llegó a surgir esa relación?
JIN: ¿Cómo surgió todo?
JK: ¿Cómo pasasteis de una relación profesional a una más personal? Me interesa conocer los detalles porque sabes que, desde que lo supimos, sois mi pareja favorita.
JIN: Gracias. Fue mientras practicaba mi baile para mejorar y no molestar a los miembros en el escenario. Me quedaba hasta tarde y a solas en el estudio. Me esforzaba todo lo que podía para no pensar en dejarlo y regresar con mi familia. No quería llegar a eso porque me gustaba estar viviendo esta experiencia. En uno de esos días, TN regresó a la empresa porque se había olvidado el móvil en la sala de ensayo y me vio.
JK: ¿Se quedó contigo?
JIN: Por supuesto. Le molestó ver mis pasos de pato mareado.
JK: No era tanto.
JIN: Era penoso. Comparado con los demás era una peonza sin control. Me miraba en el espejo y era bochornoso.
JK: ¿Qué estás diciendo? ¿Creías eso?
JIN: No era fácil sin experiencia previa.
JK: Cierto. No estabas familiarizado con el baile. Tener experiencia te lo hace menos complicado.
JIN: Lo facilita bastante.
JK: Has dicho que TN te vio practicando. ¿Qué te dijo en ese momento?
JIN: Se quedó mirando con la boca abierta, se acercó y me dijo: “Tienes que relajarte, no pensar que cometerás un fallo en cualquier momento y dejarte llevar. Solo así disfrutarás del baile”.
JK: CIerto.
JIN: “Crees que estás estorbando, pero no es así. Practica, esfuérzate y llegarás a ver la recompensa a tu trabajo”. Aquellas palabras se me quedaron grabadas e hizo que algo se despertara en mí.
JK: ¿Qué creíste en ese momento que era ese despertar en tu interior? ¿Supiste que tu relación con TN iba a cambiar?
JIN: Creí que la comida me sentó mal.
JK: Después de motivarte a continuar, se quedó practicando contigo.
JIN: Sí, sí.
JK: ¿Cuándo te diste cuenta que sentías algo más que amistad por TN?
JIN: Fue durante uno de los ensayos. Uno de nosotros se equivocó en la coreografía… Yo no fui.
JK: No fuiste tú.
JIN: TN hizo una demostración del paso junto a JHope y me molestó verlos juntos. Fue un sentimiento extraño que me hizo pensar mucho y replantearme en ese instante muchas cosas: “¿TN sentiría lo mismo? ¿Estaríamos dispuestos a dar ese paso más allá de la amistad?” La empresa nos lo tenía prohibido relacionarnos sentimentalmente con los trabajadores.
JK: No era fácil.
JIN: Lo pensé bastante tiempo porque no era una decisión para tomar a la ligera. ¿Qué debía hacer? Si decidía confesarme y TN me rechazaba, sería incómodo continuar trabajando juntos. No quería que eso pasara porque no quería que dejáramos de vernos. Me pregunté: “¿Qué puedo hacer?” No es fácil decidir si dejar pasar al posible amor de tu vida o dar el salto al vacío con los ojos cerrados y que el destino te guíe.
JK: Ese es un pensamiento común. Creo que todos nos preguntamos: “¿Haré lo correcto si dejo ver mis sentimientos hacia esta persona? ¿Esta persona sentirá lo mismo? ¿Nos arriesgaríamos?”
JIN: Exacto. Lo medité mucho porque no quería meter la pata.
JK: Diste con la decisión correcta.
JIN: Gracias. Quería hacer las cosas bien y que TN no me viera como un crío inmaduro. Podría haberla perdido si me precipitaba y no era eso lo que quería. Esperé hasta que creí ver una señal por parte de TN. Que me diera ese empujoncito para confesarle lo que sentía. Había muchos factores a tener en cuenta. No quería ser rechazado. Era nuestrx coreógrafx en ese entonces y, además, mayor que yo. El trabajo de ambos estaría en peligro si me equivocaba.